El principal mérito de Downfall (2004) es su patetismo, la imagen de un poderoso en decadencia, que al ser considerado y creerse él mismo un mesías, arrastra consigo a quienes dependen de su palabra y voluntad. Es tremendo este relato de los últimos días de un Hitler fuera de la realidad, cuando cada sencilla evidencia derrumba los mitos, cuando el poderío perdido es, hora con hora, más angustioso y la derrota se instala en lo más vital.
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