En Guatemala y Honduras protestan masivamente contra la corrupción, por lo que hay quienes sugieren (esperan) que esa ola llegará a El Salvador. No lo creo, mis estimados/as. Aquí ya pasamos por eso, no le tenemos fe a esas cosas. Hay protestitas molestas, sí, pero no protestotas que cambien rumbos. Lo siento. En este artículo de la Revista Factum les cuento el porqué.
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