El respeto y admiración que tengo por el cantautor Silvio Rodríguez data de hace más de dos décadas y se sustenta en excelentes canciones, tanto desde el punto de vista musical como estético: "Como esperando abril", "Óleo de una mujer con sombrero", "Yo digo que las estrellas", "Domingo rojo", "Requiem" y "Monólogo", entre otras. Este culto estético permanece intacto muy a pesar de ciertos lunares abiertamente propagandísticos, una que otra rima desafortunada y la decadencia que exhibe en sus últimas producciones.
No obstante, mención especial merece la canción "Eva" (de "¡Oh, melancolía!", 1988), una de esas piezas que manifiestan tal grado de contradicción y absurdo intrínsecos que uno no puede menos que quedarse perplejo ante la debilidad de criterio allí exhibida.
Musicalmente impecable, con arreglos que sugieren toques de Bach en las partes más instrumentales, su contenido transita entre un homenaje a la madre soltera y una reivindicación feminista del papel sociocultural de la mujer. Veamos y comentemos:
Eva no quiere ser para Adán
la paridora pagada con pan
[Magnífico y plenamente de acuerdo: los hombres evolucionados de este siglo no nos emparejamos con domésticas cuyo sueldo va "en especies", sino con personas plenas e integrales con quienes compartimos las diferentes dimensiones de la vida laboral y familiar]
Eva prefiere también parir
pero después escoge dónde ir.
[Pausa: pare, mire, oiga. Según Silvio, ¿la liberación de la mujer es incompatible con la vida de pareja? ¡En buen concepto te tienes, chico!]
Por eso adquiere un semental
y le da uso sin dudas normal.
¡Eva cambió la señal!
[¡Vaya reivindicación! Ahora resulta que el ideal de mujer liberada es aquella que "usa" a los hombres, extrayéndoles el semen. Con esta "venganza histórica" imagino que las cosas mejorarán mucho.]
Y a continuación, el ideal en toda su dimensión:
Eva sale a cazar en celo,
Eva sale a buscar semilla,
Eva sale y remonta vuelo,
Eva deja de ser costilla.
Una cosa es que, ante las circunstancias adversas, se admire y apoye el espíritu y esfuerzo de la madre soltera, capaz de salir adelante a pesar de la irresponsabilidad paternal.
Otra muy distinta, en cambio, es que ese sea justamente el camino previamente elegido por ella, con lo cual se vuelve totalmente innecesaria la Procuradoría General de la República y toda la legislación relativa a la responsabilidad paternal, siquiera económica.
Desde ese punto de vista, todo lo que un buen macho latinoamericano necesita es, precisamente, una "Eva liberada" con quien copular sin complejos ni ataduras "burguesas" (entiéndase, la institución del matrimonio), "liberado" también él de todas esas molestias y complicaciones que derivarían de cualquier exigencia posterior, relativas al ejercicio de la paternidad.
Así, como el buen Silvio plantea, todo mujeriego que busque vaginas sin compromiso estaría encantado ante esta nueva Eva, arquetipo de mujer en busca de hombres-objeto, y seguramente exclamaría entusiasmado (que no excitado): "¡Preséntenmela cuanto antes!".
jueves, 22 de febrero de 2007
viernes, 16 de febrero de 2007
FM Trova... ¿algún día?
La primera radio que se puede hallar en el nuestro dial está en la marca de 88.5 FM y la última en 107.7 megahercios. Como la distancia entre emisoras contiguas está reglamentada en 0.4 MHz y no tenemos ya espacios vacíos, quiere decir que en nuestro espectro radiofónico hay casi cincuenta radios.
Entre ellas encontramos radios de corte religioso, en formato de noticias y deportes, juveniles pop y fresa, clásica e instrumental, rancheras, infantiles, tropicales, etc. Se diría que hay para todos los gustos... mas no es así: ninguna de ellas se distingue por una programación centrada en el género trova, en donde la poesía y la expresividad musical sea el punto distintivo a toda hora.
Dos excepciones parciales hay: primero, la radio de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" UCA (91.7), con una programación ecléctica que pretende quedar bien con todos los gustos y, dentro de ello, algunos espacios para ciertos cantautores ligados a este movimiento musical; segundo, la radio oficial del partido político de izquierda, "Mayavisión" (106.9), en donde ella se cuela entre el género de protesta y los extractos de discursos de sus líderes.
Hasta la fecha, nadie le ha apostado a una radioemisora en donde lo común sea escuchar a Serrat, Silvio, Aute, Pablo, los nicas como Mejía Godoy, Víctor Manuel y Ana Belén, Fito, Pedro Guerra, el quinteto "Tiempo"... y trovadores nacionales, que los habemos (si no, veamos la sección correspondiente en Música SV y también en Centroamericanto).
Hace dos décadas, y más por iniciativa personal que institucional, lo hizo Neto Blanco en sus turnos en la ABC 100.1 de mediados de los 80's (fue bonito mientras duró)... y tanto la pedía la gente que hasta el chele Rucks se atrevió a poner a Silvio y "Ojalá" en "La Femenina" (sorpréndase Ud.). Hoy es paradójico que haya muchísima gente que pase día y noche repasando sus mismos discos y casetes de aquellos artistas y, pese a ello, ningún empresario radial los considere como el público necesario para justificar su inversión (que es, al fin, de lo que se trata para sobrevivir).
Cabe preguntarse, no obstante, dos cosas en el hipotético caso que existiera una radio FM Trova:
a) ¿Lograría tener audiencia suficiente, en un país donde campean las etiquetas y los esquemas polarizantes; o, por el contrario, sufriría la misma desgracia que todas las opciones políticas moderadas que han pretendido surgir (o sea, el mérito de existir y su pronta extinción)?
b) Si, en el mejor de los casos, la cantidad de oyentes justificase su entrada en el flujo publicitario de las agencias, evitando así el ahogo económico... ¿no sufriría de todos modos el boicot del capital criollo, como ya ocurrió con medios escritos y audiovisuales que se salieron del carril estándar y acrítico dominante?
Entre ellas encontramos radios de corte religioso, en formato de noticias y deportes, juveniles pop y fresa, clásica e instrumental, rancheras, infantiles, tropicales, etc. Se diría que hay para todos los gustos... mas no es así: ninguna de ellas se distingue por una programación centrada en el género trova, en donde la poesía y la expresividad musical sea el punto distintivo a toda hora.
Dos excepciones parciales hay: primero, la radio de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" UCA (91.7), con una programación ecléctica que pretende quedar bien con todos los gustos y, dentro de ello, algunos espacios para ciertos cantautores ligados a este movimiento musical; segundo, la radio oficial del partido político de izquierda, "Mayavisión" (106.9), en donde ella se cuela entre el género de protesta y los extractos de discursos de sus líderes.
Hasta la fecha, nadie le ha apostado a una radioemisora en donde lo común sea escuchar a Serrat, Silvio, Aute, Pablo, los nicas como Mejía Godoy, Víctor Manuel y Ana Belén, Fito, Pedro Guerra, el quinteto "Tiempo"... y trovadores nacionales, que los habemos (si no, veamos la sección correspondiente en Música SV y también en Centroamericanto).
Hace dos décadas, y más por iniciativa personal que institucional, lo hizo Neto Blanco en sus turnos en la ABC 100.1 de mediados de los 80's (fue bonito mientras duró)... y tanto la pedía la gente que hasta el chele Rucks se atrevió a poner a Silvio y "Ojalá" en "La Femenina" (sorpréndase Ud.). Hoy es paradójico que haya muchísima gente que pase día y noche repasando sus mismos discos y casetes de aquellos artistas y, pese a ello, ningún empresario radial los considere como el público necesario para justificar su inversión (que es, al fin, de lo que se trata para sobrevivir).
Cabe preguntarse, no obstante, dos cosas en el hipotético caso que existiera una radio FM Trova:
a) ¿Lograría tener audiencia suficiente, en un país donde campean las etiquetas y los esquemas polarizantes; o, por el contrario, sufriría la misma desgracia que todas las opciones políticas moderadas que han pretendido surgir (o sea, el mérito de existir y su pronta extinción)?
b) Si, en el mejor de los casos, la cantidad de oyentes justificase su entrada en el flujo publicitario de las agencias, evitando así el ahogo económico... ¿no sufriría de todos modos el boicot del capital criollo, como ya ocurrió con medios escritos y audiovisuales que se salieron del carril estándar y acrítico dominante?
domingo, 11 de febrero de 2007
"Oración", por nosotros.
RFG y Manuel Gómez, grabando "Oración" (10-02-07)
Luego de dieciocho años, finalmente se dieron las coincidencias y circunstancias necesarias para colocarle la voz de Manuel Gómez a "Oración", canción de la cual ya hablé en una entrada anterior, "Las OTI".
Con todo ya preparado, nos reunimos ayer en Audio Mágico para dejar constancia de lo que fue y significó aquella obra. En el transcurso de la mañana, recordamos el contexto de guerra que vivía el país y el clamor generalizado por el fin de aquella demencia, y confirmamos nuestras valoraciones iniciales sobre el controvertido fallo del certamen en donde competimos.
Terminada la jornada y amparado en la certeza y satisfacción de haber hecho una obra digna, doy aquí este pequeño regalo para quien lo quiera y aprecie: la canción disponible para su descarga gratuita desde www.box.net.
viernes, 9 de febrero de 2007
Dilemas musicales
En días recientes, he pensado nuevamente en el viejo debate del artista: crear a partir de aquellos criterios estéticos que él siente suyos y auténticos, aun sacrificando cierta dosis de popularidad; o, por el contrario, acomodar su virtud para quedar bien con las masas y darles lo que ellas supuestamente piden, aunque el producto sea más bien artesanal y, en algunos casos, intrascendente.
Escribo desde la postura de quien practica la música como un pasatiempo y no como su medio de vida, lo cual quizá resulte cómodo y, en cierto sentido, ventajista; no obstante, creo que ello no demerita la esencia de mis inminentes observaciones.
Escribo desde la postura de quien practica la música como un pasatiempo y no como su medio de vida, lo cual quizá resulte cómodo y, en cierto sentido, ventajista; no obstante, creo que ello no demerita la esencia de mis inminentes observaciones.
Recuerdo a muchos músicos nacionales que, habiendo comenzado con proyectos muy interesantes desde el punto de vista estético, fracasaron económicamente por esa vía y, para poder vivir de su oficio, acabaron sometidos a la cultura de la música de bar, fiestón de calle o de amenizar fiestas bailables. Esta música, dicho sea claramente, es legítima, tiene sus objetivos y, en ese contexto, es totalmente válida... ¡pero estoy seguro de que eso no era lo que originalmente querían ellos!.
Pienso en Carlos Hernández a principios de los 80's, con canciones como "Libertad" y "El latinoamericano", y no lo concibo como el mismo que, años después, grabó un cover de "Americana", su antítesis conceptual; ni con el cumbiero de "Los caballeros del sabor" y "Karmina y su banda".
Recuerdo a Nelson Huezo en aquella agrupación algo esotérica y parcialmente sinfónica, pero fiel a sí mismo, "Simiente"; sin duda, un tanto lejos de lo que fue después con un grupo con fines comerciales, cuyo nombre se me escapa (¿"Síntesis", se llamaba?).
Cuando recién había regresado de Alemania el chele Oscar Alejandro, tenía su identidad y estilo reconocibles, incluso tuvo el mérito de haber ganado legítimamente uno de los pocos OTI's nacionales en donde todos estuvimos de acuerdo ("El vendedor de canciones", 1985). ¿Qué pasó con él? Sospecho que las muchas noches tocando en el bar del "Camino real" no le dejaron desarrollar plenamente aquella vena propia.
Incluso el maestro Héctor Rodas, notable músico que, pese a ello, tuvo éxito en grupos fiesteros y le dio cierto toque fino a "Espíritu libre" (en la época de una magnífica canción popular y de identidad nacional, "Las pupusas", del mismísmo Jhose Lora), también pasó por su pequeño calvario cuando se disolvió su proyecto personal, el "Super combo doce", grupo de excelentes músicos que, precisamente por finos, no hallaron eco entre un público cada vez más acostumbrado a canciones monocordes y jayanadas de doble sentido.
Particularmente, me inclino a creer que la mayoría de mortales sólo podremos hacer arte verdadero si no nos sometemos a la dinámica del arte mercantilista como primer criterio. Y, paradójicamente, una vez que seamos más auténticos con nosotros mismos y hayamos perfilado un estilo original, reconocible y sólido... ¡quizá entonces seremos dignos de la atención del público que en verdad nos interesa!
Pienso en Carlos Hernández a principios de los 80's, con canciones como "Libertad" y "El latinoamericano", y no lo concibo como el mismo que, años después, grabó un cover de "Americana", su antítesis conceptual; ni con el cumbiero de "Los caballeros del sabor" y "Karmina y su banda".
Recuerdo a Nelson Huezo en aquella agrupación algo esotérica y parcialmente sinfónica, pero fiel a sí mismo, "Simiente"; sin duda, un tanto lejos de lo que fue después con un grupo con fines comerciales, cuyo nombre se me escapa (¿"Síntesis", se llamaba?).
Cuando recién había regresado de Alemania el chele Oscar Alejandro, tenía su identidad y estilo reconocibles, incluso tuvo el mérito de haber ganado legítimamente uno de los pocos OTI's nacionales en donde todos estuvimos de acuerdo ("El vendedor de canciones", 1985). ¿Qué pasó con él? Sospecho que las muchas noches tocando en el bar del "Camino real" no le dejaron desarrollar plenamente aquella vena propia.
Incluso el maestro Héctor Rodas, notable músico que, pese a ello, tuvo éxito en grupos fiesteros y le dio cierto toque fino a "Espíritu libre" (en la época de una magnífica canción popular y de identidad nacional, "Las pupusas", del mismísmo Jhose Lora), también pasó por su pequeño calvario cuando se disolvió su proyecto personal, el "Super combo doce", grupo de excelentes músicos que, precisamente por finos, no hallaron eco entre un público cada vez más acostumbrado a canciones monocordes y jayanadas de doble sentido.
Particularmente, me inclino a creer que la mayoría de mortales sólo podremos hacer arte verdadero si no nos sometemos a la dinámica del arte mercantilista como primer criterio. Y, paradójicamente, una vez que seamos más auténticos con nosotros mismos y hayamos perfilado un estilo original, reconocible y sólido... ¡quizá entonces seremos dignos de la atención del público que en verdad nos interesa!
sábado, 3 de febrero de 2007
Negar holocaustos
En meses recientes, dediqué algún tiempo a leer "Sin destino", de Imre Kertész, novela basada en sus experiencias en distintos campos de concentrazión nazis; "Los hornos de Hitler", un testimonio de Olga Lengyel sobre el mismo tema; también examiné los argumentos negacionistas del holocausto judío y sus correspondientes refutaciones, punto por punto; sin olvidar el recuerdo de películas como "La lista de Schindler", "La vida es bella" y la producción para televisión "Conspiracy", basada en documentos sobre la reunión de donde salió el plan operativo para la llamada "solución final".
Luego de este debate, concluí que, si bien algunos razonamientos de los negacionistas dan la apariencia de ser lógicos y hasta verosímiles, la cantidad de evidencias históricas, físicas, testimoniales e ideológicas acerca de aquella matanza sistemática es abrumadora, aplastante y concluyente.
Recientemente, la Asamblea General de la ONU condenó la negación de dicho exterminio masivo.
Desde hace años, en algunos países (Alemania, Austria, Francia, República Checa, Bélgica, Polonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia) existen leyes que tipifican como delito la negación del holocausto; mientras que en otros países ha habido propuestas de ley encaminadas en este sentido, aunque no han prosperado fundamentalmente porque, de aprobarse, creen que lesionarían con ellas la libertad de pensamiento y de expresión al consagrar un hecho histórico como "dogma de Estado", estableciendo la obligatoriedad de creer en él sin cuestionamiento alguno.
En contraposición, está la perspectiva de las víctimas del genocidio: para ellas, negar sus muertes, justificar o deformar las circunstancias en que ocurrieron, es reiterar los asesinatos y querer matar su memoria y recuerdo. Desde este punto de vista, son comprensibles sus clamores.
En días recientes, un reportaje de "The Washington post" causó revuelo, negaciones, confirmaciones, declaraciones y comentarios en el medio local. Más allá de que sea cierto o no lo que allí se dice, lo importante es que trajo a la actualidad la matanza perpetrada en el cantón "El mozote", el 10 de Diciembre de 1981.
No vale la pena mencionar nombres de personajes políticos; aunque, hablando del tema, uno de ellos se refirió como "un héroe" al militar que, en ese año, estuvo al mando de quienes ejecutaron la masacre.
Los negadores del holocausto judío al menos hacen algún tipo de investigación histórica, razonan, dan argumentos, debaten y refutan; en cambio, éste y sus correligionarios sencillamente niegan por negar.
¿Y si, como los alemanes, tuviéramos aquí una ley que estableciera como delito negar las atrocidades y masacres del pasado?
Luego de este debate, concluí que, si bien algunos razonamientos de los negacionistas dan la apariencia de ser lógicos y hasta verosímiles, la cantidad de evidencias históricas, físicas, testimoniales e ideológicas acerca de aquella matanza sistemática es abrumadora, aplastante y concluyente.
Recientemente, la Asamblea General de la ONU condenó la negación de dicho exterminio masivo.
Desde hace años, en algunos países (Alemania, Austria, Francia, República Checa, Bélgica, Polonia, Lituania, Rumania y Eslovaquia) existen leyes que tipifican como delito la negación del holocausto; mientras que en otros países ha habido propuestas de ley encaminadas en este sentido, aunque no han prosperado fundamentalmente porque, de aprobarse, creen que lesionarían con ellas la libertad de pensamiento y de expresión al consagrar un hecho histórico como "dogma de Estado", estableciendo la obligatoriedad de creer en él sin cuestionamiento alguno.
En contraposición, está la perspectiva de las víctimas del genocidio: para ellas, negar sus muertes, justificar o deformar las circunstancias en que ocurrieron, es reiterar los asesinatos y querer matar su memoria y recuerdo. Desde este punto de vista, son comprensibles sus clamores.
En días recientes, un reportaje de "The Washington post" causó revuelo, negaciones, confirmaciones, declaraciones y comentarios en el medio local. Más allá de que sea cierto o no lo que allí se dice, lo importante es que trajo a la actualidad la matanza perpetrada en el cantón "El mozote", el 10 de Diciembre de 1981.
No vale la pena mencionar nombres de personajes políticos; aunque, hablando del tema, uno de ellos se refirió como "un héroe" al militar que, en ese año, estuvo al mando de quienes ejecutaron la masacre.
Los negadores del holocausto judío al menos hacen algún tipo de investigación histórica, razonan, dan argumentos, debaten y refutan; en cambio, éste y sus correligionarios sencillamente niegan por negar.
¿Y si, como los alemanes, tuviéramos aquí una ley que estableciera como delito negar las atrocidades y masacres del pasado?
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