Por 24 años habíamos esperado este concierto de Ricardo Montaner, luego de que en 1993 no nos fuera posible asistir. Quizá fue mejor así, pues aunque en aquella época ya se conocían algunas de sus canciones más emblemáticas, faltaban otras para completar la entrega y, por supuesto, la tecnología audiovisual en el escenario.
Estimo que en el auditorio de Cifco estábamos unas 5,000 personas (muchos, como nosotros, ya casi de la tercera edad), lo cual supuso una taquilla no inferior a los US$ 200,000 y de esa manera se posibilitó el evento.
La potencia del sonido anduvo arriba de los 30,000 watts RMS, suficientes para sacudir las entrañas de cualquiera que estuviese en las cercanías.
Montaner tiene 59 años y está en plena posesión de sus facultades artísticas. La banda que lo acompañó la integraban 10 músicos y 4 coristas, profesionalismo puro.
Cantó por 2 horas y 10 minutos, acompañado por un público entregado que se dio por satisfecho… aunque pudo haber sido un poquito más, dada la cantidad de canciones de sublime romanticismo que tiene en su repertorio.
No faltaron dos elementos relativamente ajenos a lo estrictamente estético: primero, la mención a la crisis venezolana y, segundo, el tema divino. A ambos les dedicó una breve alocución y una canción. Entiendo que tenía que hacerlo y ya, no hay más vueltas que darle.
En cuanto a mi gusto personal, los momentos más emotivos vinieron con estas canciones, mis preferidas (en orden alfabético):
♥ Me va a extrañar♥ Resumiendo♥ Sólo con un beso♥ Tan enamorados♥ Yo sin ti
(También me habría gustado mucho escuchar “Es así”, una de sus canciones con mejor arreglo musical.)Al final del día (literalmente, a medianoche), regresamos a casa con el ánimo recargado por el arte, ese que de alguna manera nos mantiene vivos y esperanzados.
Posdata:
No habría estado de más que los organizadores se hubieran tomado la molestia de solicitar agentes o asignar personas para dirigir el tráfico de salida, pues ¡vaya hazaña la que nos tocó!