Este es el equipo con que competimos en el X Certamen Intercolegial de Debate, que la Escuela Superior de Economía y Negocios organiza desde hace una década. Nuestra participación concluyó luego de la tercera ronda (cuartos de final), cumpliendo con los objetivos educativos con los que se diseñó la actividad.
Estoy orgulloso de sus integrantes, cuyo desempeño fue tan bueno como el realizado por los equipos de 2015, 2016 y 2017.
Desde el principio sabíamos que -en un torneo de eliminación directa, con sistema de copa y sorteando los números iniciales- no necesariamente sería hasta en la final cuando enfrentaríamos al rival más fuerte. Así, en la tercera ronda del torneo (aunque la puntuación global de los jueces nos otorgó nota de 9.1 y la votación final fue ajustadísima), no se nos concedió el pase.
Aceptamos el resultado y reconocemos la calidad del rival; sin embargo, esta entrada faltaría a la verdad si no dejase plasmada la siguiente reflexión.
Está claro que cada equipo diseña su estrategia dentro de lo permitido por las reglas; sin embargo, también es cierto que ningún reglamento en el mundo puede cubrir absolutamente todas las zonas del terreno de juego, por lo que siempre existe un margen para emplear ciertos recursos tácticos discutibles: lo que unos ven como astucia o viveza, otros lo ven como descaro, y quizá nunca habrá un acuerdo en este punto.
Al final del día, lo que sí podemos hacer es optar por competir con entereza... y esa es nuestra mayor satisfacción.
#FairPlay