Llega el momento, como cada 3 años, de elegir titular de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH). Comparto contexto, historia y algunas ideas. Doy mi opinión al final.
1. La PDDH nace en 1992, con los Acuerdos de Chapultepec, para “velar por la protección, promoción y educación” de los DD.HH. en la sociedad. El titular lo elige la Asamblea Legislativa con mayoría calificada. Su debilidad de origen: puede investigar denuncias, pero sus resoluciones no son vinculantes.
2. Su naturaleza es no partidaria y tampoco debería ser usada para fines políticos (como pasó con las dos comisiones de DD.HH. “gubernamental” y “no-gubernamental” durante la guerra, que denunciaban solo al bando contrario).
3. ARENA y FMLN vieron en la PDDH un espacio para colocar a personas afines a sus intereses, buscando instrumentalizar la institución. Y cuando no lo lograban por negociación (bloqueo mutuo), pusieron a funcionarios anodinos y, en ocasiones, altamente incapaces (ej. Peñate Polanco, 1998).
4. Para abonar a lo anterior, recordamos a titulares que dijeron cosas muy extrañas, como Beatrice de Carrillo (2001) cuando fue a Mariona a visitar reclusos, llamándoles “mis niños”. En otra ocasión, sugirió dar instrucción militar a las pandillas.
5. La procuradora Raquel Caballero llegó al cargo en 2016, elegida por ARENA y FMLN. Recibió muchas críticas y no fue reelegida en 2019 por esos partidos, pero retomó el cargo en 2022, con el apoyo de Nuevas Ideas (que para entonces ya era la mayoría calificada).
6. El sentido político de su elección en 2022 fue presentar, ante la comunidad internacional, a una funcionaria en un cargo sensible que no pudiera ser tachada como simpatizante o afín al bukelismo; es decir, que no la deslegitimaran por esta causa. Esto fue explicado por el presidente Bukele en cadena nacional.
7. La gestión actual de Raquel Caballero se da en el contexto de la Guerra contra las Pandillas y el Régimen de Excepción, con el trasfondo de una estrategia de oenegés y activistas opositores para atacar al gobierno, arropados bajo la bandera de los DD.HH. Las críticas recibidas por la funcionaria son, principalmente, porque no se ha alineado a esta causa.
8. Superada la fase crítica de la Guerra contra las Pandillas, considero que se necesita una PDDH que no le haga el juego político a la oposición, pero tampoco parezca alineada con el oficialismo, sino que se centre en su misión institucional. Una persona con ese perfil es muy difícil de hallar, dada la polarización y etiquetas existentes.
9. Personalmente, creo que la Asamblea debería abrir espacio para nuevas postulaciones que surjan de la verdadera sociedad civil. Pero si se agota este recurso y no hay una candidatura idónea, no se extrañen de que la actual titular sea reelegida.