miércoles, 9 de agosto de 2017

Estafando ilusiones

Transcribo, con mínimos ajustes, la denuncia publicada por la señora Naty Molina, acerca del evento Ronaldinho en El Salvador. El enlace es elocuente y no tengo motivos para dudar de su autenticidad.


Si no fuera porque jugaron con los sentimientos de un niño de 10 años, publicar esto no es algo que haría, pero merecen que todo mundo se entere cómo engañaron a la gente.

Por US$ 225, prometían en su página (y en el local de venta de las entradas) "una interacción futbolística” con el brasileño, quien les “mostrará diversas técnicas del futbol que él domina y que los muchachos pueden practicar y aplicar". Disponibles: 90 entradas.

Fui la primera en decir que iba a ser un “baje”, pero garantizaron que no y que eran 90 entradas.

Después de la emoción del sobrino, de insistir, de compararlo con la mitad del precio de un Nintendo Switch y pedirle pisto a toda la familia, al final dijeron “ok, una experiencia única".

En el evento había más de 200 niños en la cancha. De 2:00 a 3:20 p.m. no apareció Ronaldinho (el evento era de 2 a 4). Al llegar a las 3:20, lo único que hizo fue recorrer la cancha y tomarse una foto grupal con los niños divididos en grupos de 20. Después subió a la tarima, habló unos minutos y a las 4 de la tarde se retiró… ¡sin tocar ninguna pelota! Y mucho menos "mostrar diversas técnicas de fútbol"

Les escribí a los organizadores y les valió. Al reclamar en el lugar, la respuesta fue: "ese era el plan, pero NO pasó". Por teléfono no contestan. Lo menos que deberían de hacer es devolver el dinero, aparte de eso uno esperaría una disculpa pública por engañar a tanto niño emocionado.

Díganme cómo se le explica a un niño de 10 años que “no pasó” en el lugar lo que prometió la publicidad. ¿Fue Ronaldinho o fue una empresa que, con fachada de buenas causas, le estafó US$ 225 a más de 90 familias por una foto grupal?