viernes, 19 de junio de 2009

De doctrinas y conminaciones

Lo que la mayoría de veces molesta no es, en sí, la doctrina, sino la actitud con que te la presentan (de lo contrario, yo estaría indignadísimo con los monjes budistas de allá por donde se atraviesa el globo). Una cosa es que te vengan con una propuesta de vida a modo de invitación e incluso de exhortación, otra muy diferente es que realmente se crean que están investidos/as con alguna especie de autoridad suprema, indubitable y sin cuestionamiento posible, y te amenacen desde con ardientes llamas inapagables (como antes y algunos ahora) hasta con otras sutilezas tan conminatorias como altaneras (“allá Ud. si no quiere entrar en la luz...”).

Del caso particular que en el recuerdo genera estas líneas, lo más divertido y triste a la vez es que, estando más o menos consciente de que la gente pasa de sus normas irreales para una felicidad imaginaria, este tipo tiene que insistir en ellas porque su institución las ha hecho un sello tan seudo-distintivo que pareciera ya no entenderse a sí misma sin tal conjunto de sinsentidos.

jueves, 11 de junio de 2009

¿Un artista? ¡No, por favor!

Cuentan que el día de ayer hubo una tumultuosa (y caótica) reunión de artistas en donde, básicamente, se les preguntó a quién querían como presidente de la entidad estatal encargada del cuido y desarrollo de las artes nacionales. Si todo es un montaje para justificar algo que ya se tiene cocinado (como ha sido usual cada vez que se lanzan candidaturas tipo “yo no quería, pero me lo han pedido, así que me sacrificaré”), mal, muy mal comenzamos. Sin embargo, si realmente la genuina idea es escuchar propuestas serias, ahí les va una: por favor, no vayan a poner a un artista al frente de dicha institución.

Aunque no es el único oficio en donde esto ocurre, el o la artista generalmente tiene su ego demasiado crecido como para trabajar sin el desmedido interés por un vanidoso e infantil protagonismo, característica incompatible con este tipo de cargos y, lamentablemente, muy común en los hacedores de arte local. Por otra parte, es notoria la grave la falta de capacidades administrativas que el gremio ha exhibido históricamente (hay nombres y ejemplos concretos, comenzando por los estandartes), aparte de la generalizada carencia de habilidades de liderazgo y trabajo armónico en equipo, más ciertas aficiones consuetudinarias que, de no ser ciertas, ni siquiera valdría la pena traer a cuenta.

Así que yo, por eso, prefiero a un buen administrador o administradora antes que a un divo o una vedette allí al frente... ¡aunque aquél/la no escriba un verso, trace media pincelada o se retuerza sobre las tablas!

domingo, 7 de junio de 2009

De vibras vibrantes.

En los deportes, además de la técnica individual, siempre se ha hablado de la mentalidad como un factor decisivo para alcanzar la meta, es decir, la mera victoria. No sé si en los jugadores locales y nativos de anoche existía la íntima convicción de que ese partido no se podía escapar, pero cuando vino el gol del empate y todos temíamos lo de siempre, la majada en el estadio despertó de nuevo y recomenzó a animar, exigir y prácticamente inyectar la certeza del triunfo, que finalmente llegó con bastantes merecimientos. Pareciera que ese espíritu colectivo, en efecto, “mueve montañas”. ¿Y no pudiera ser así para componer los viejos males nacionales, en otros ámbitos más cotidianos?

Correos repelentes

Por mis nexos con el ajedrez nacional, hoy temporalmente inactivos, mi correo está en una lista de gente vinculada al “juego-ciencia”. El daño está en que, desde hace algunas semanas, somos víctimas pasivas de una inundación de mensajes y contra-mensajes que hablan en público de problemas domésticos de la FSA, siglas de la Federación Salvadoreña de Ajedrez. Los líos son esencialmente del mismo tipo de los que se vienen ventilando desde hace más de dos décadas.

No descarto que algunos de los remitentes o “contestantes“ lo hagan de buena intención e incluso aporten ideas saludables; sin embargo, lamentablemente éstas se pierden entre la multitud de razonamientos y opiniones nacidas en el excesivo afán de protagonismo, las revanchas virtuales y la inmadura lucha de egos que ha caracterizado al mundo de los escaques nacionales e internacionales.

Dos son, en lo inmediato, las consecuencias visibles: la primera, que quienes estábamos hartos de tales comportamientos y por ello nos habíamos alejado de ese mundillo nos confirmemos en dicha opción; la segunda, que quienes, teniendo vocación y talento para desarrollarse como futuros/as atletas del pensamiento... ¡realmente lo piensen muy bien antes de dar semejante paso!