domingo, 26 de diciembre de 2010

Otro nivel



De regalo de Navidad mi hermana Evelyn me obsequió (asumo que a nombre del Niño Dios) el CD/DVD "Yanni Voices", un concepto realmente nuevo que exige quedarse boquiabierto (y, ciertamente, audiabierto).

Ponerle letra y voz a una canción que, tal cual, nació como instrumental generalmente no es una buena idea. Yanni lo sabe y procura evitarlo hasta donde es posible. En muchos casos, se trata de temas inéditos, pero en otros incorpora una melodía nueva y fresca a varias de sus piezas ya conocidas, diseña un estilo y la pone en voces cuidadosamente seleccionadas, cada cual con una fuerte y distinta personalidad: Nathan Pacheo, un tenor que canta en italiano, tan agradable que no parece operático; Leslie Mills, una vocalista pop muy expresiva; Chloe, una chica con voz impetuosa y divina; y el cantante de aspecto y nombre anglosajón más latino que se haya visto: Ender Thomas.

Ante esta obra no queda sino callar, aprender y disfrutar. Aquí, el concepto de perfección en la música deja de ser abstracto.

jueves, 23 de diciembre de 2010

De vaqueros

"Once upon a time in the west" (1968)
Director: Sergio Leone.

Tres tipos esperando un tren. Llega la máquina, se detiene brevemente, es lanzada una caja y sigue su camino. Al salir el último vagón del encuadre, del otro lado de la vía hay un individuo de mirada dura tocando tres notas largas y alternas en una armónica. Es Charles Bronson. Esta secuencia dura alrededor de doce minutos, durante los cuales el único diálogo es el siguiente:

Bronson:
- ¿Frank...?

Tipo 1:
- Frank nos envió.

Bronson:
- ¿Trajeron un caballo para mí?

Tipo 1:
- Bueno, je... parece que nos falta un caballo.

Bronson:
- No. Trajeron dos de más.

Y comienzan los balazos.

¡Un clásico! Y eso sin mencionar la escena de la mosca.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Sabio consejo

Rara vez cito, menos aún antes de terminar el libro, pero en esta ocasión calza bastante bien. Eso sí: donde en el original dice "pintura" aquí he puesto "música", pero arte es arte.

“Si no quieres que el arte y la música te decepcionen, mejor que no se te ocurra tomarlos como una profesión. Por mucha habilidad y condiciones que tengas, busca el dinero y el poder en otro lugar, de manera que, al no recibir la justa compensación por tu habilidad y tu trabajo, no llegues a odiar el arte”.

Orhan Pamuk en “Me llamo Rojo”, capítulo 5.

sábado, 18 de diciembre de 2010

¡Las fotos, las fotos!


Como dice la canción, "andando por la calle..." hace un par de días me encontré con Juan Salomón Paredes, actor de profesión que hace 22 años fue parte del elenco de la obra teatral "Asfixia 2000", que escribí en mis años universitarios e inesperadamente fue llevada a escena por el entonces joven director Edgar Gustave (a quien le he perdido la pista, así que si alguien sabe ubicarlo, me avisa por favor).

Recuerdo que en aquella obra estuvo además Jorge Oviedo, hoy padre de una gran alumna (la Gran Oviedo, obviamente) y Toño Dimas en las luces y sonido. Casi estoy seguro de que una de las chicas de negro es Lissette Consuelo Reyes, quien estuvo con nosotros en "Sinapsis". Según registros, el papel de la protagonista Diana lo hizo Silvia Turcios, la niña del overall. La temporada se desarrolló en la Pequeña Sala del Teatro Nacional a finales de 1988 y tuvimos algunos llenos, varios medianos y hasta un vacío (¡suspendimos una función por falta de público!).

El punto, a todo esto, es que gracias a este encuentro casual citadino es que he logrado recuperar dos fotos, las únicas dos que tengo de la obra (mientras espero hallar a Gustave). Entretanto, ¡he aquí la prueba del "to be" de la obra!

jueves, 16 de diciembre de 2010

Encontrados

Dándole valor al ocio absoluto y evitándome un viaje extra, laptop en piernas esta tarde vi "It's a wonderful life" (1946), motivado por su notable 8.7 en Imdb.com que la acredita como del top-top en dicho ranking. Ambientada en Navidad, la protagoniza James Stewart en el papel de George Bailey, un auténtico Pan de Dios que, no obstante su incontenible bondad, vive secretamente insatisfecho por haber pospuesto eternamente sus proyectos de realización personal en aras de ayudar a las demás personas. Caído en desgracia y extremo desánimo por una fortuita e injusta situación, le es enviado como ayuda un ángel (más bien un proyecto de ángel), quien logra recuperarlo para la vida mostrándole qué sería del mundo y de sus seres queridos de no haber sido por sus acciones. Al final, se manifiesta en su plenitud aquel axioma fundamental: "dando es como recibimos", lo que posibilita que todos acaben felices y abrazados cantando villancicos.

En contraparte, me llama la atención cómo otro autor, Arthur Miller, siempre norteamericano y casi en la misma época, planteó justamente lo contrario: el doloroso triunfo de la ingratitud, la tragedia de quien creyó erradamente en los valores de aquel sistema. Me refiero a "Death of a Salesman", obra teatral de 1949 cuyo texto leí en el colegio y a cuya versión televisiva de 1985 (con Dustin Hoffman y John Malkovich) le calza perfecto el adjetivo de patética, es decir, "que es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes, y con particularidad dolor, tristeza o melancolía".

¡Pocas veces tan cierto como en este contrapunto fílmico aquello de los cristales y los colores con que se mira la vida!

domingo, 12 de diciembre de 2010

Paso necesario


Los documentos mostrados en esta foto no provienen de Wikileaks, sino del Centro Nacional de Registros de la República de El Salvador (CNR). Con ellos, se acredita el depósito de ley de la canción "La vida llama", escrita y musicalizada por myself en las semanas anteriores. Esta canción será el lanzamiento del proyecto musical "Balada Poética" en la voz de Sarita Cáceres, para los primeros meses de 2011, a través de los medios usuales, con la diferencia que en esta ocasión llevará un videoclip profesional que ya está en proceso. No es que tema excesivamente a los plagios, pero... ¡mejor prevenir que demandar!

viernes, 10 de diciembre de 2010

Sí, la foto también es nueva.

Ojalá este artículo contribuya a la causa para la que está propuesto. Apareció publicado hoy en la página 69 de La Prensa Gráfica, con foto nueva incluida. No comentaré nada del fondo aqua (propiamente "turquesa").

domingo, 5 de diciembre de 2010

De la fama

Algunos en esta vida -de manera velada o descarada, y por los más diversos medios - aspiramos a la fama, eso que nuestro buen amigo el mataburros define como la “opinión que la gente tiene de la excelencia de alguien en su profesión o arte”. Así, queremos ser una persona famosa, o sea, “que tiene fama y renombre”, y esto último como un “epíteto de gloria, o fama que adquiere alguien por sus hechos gloriosos o por haber dado muestras señaladas de ciencia y talento”.

La fama artística, que es el caso, parte de la afirmación del propio yo y se desborda para obtener el reconocimiento de otras personas, cosa que en principio es algo agradable. Sin embargo, vivir por y para la fama, en un plan casi obsesivo, ya no es una sensación tan placentera, sobre todo si consideramos que eso puede despertar un sentimiento de permanente y dolorosa insatisfacción.

La búsqueda y posesión enfermiza de la fama produce más sufrimiento que otra cosa: antes de alcanzarla, se sufre por no haberla logrado aún, y una vez llegada ella, se sufre por incrementarla siempre más y más, o peor aún, por no perderla ni compartirla; mas, como toda gloria es efímera, llegará el momento en que ésta será cosa del pasado y se añorará también dolorosamente.

Pensándolo bien, la fama que de veras importa, aquella que llena y satisface e impulsa a seguir cultivando con alegría los propios talentos, quizá no sea la fama proveniente de 900 ó 90,000 fans, que es un abstracto, un umbral después del cual todo tiene el mismo significado: un número vacío. La fama nutriente y sabrosa... ¡es la que tienes ante las personas a quienes conoces y aprecias!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Vamos bien



Ayer tuvimos la primera presentación de Balada Poética en cuanto tal, en el Salón de Convenciones del Palacio Tecleño de la Cultura y las Artes.

Prólogo e intermedio incluidos, estuvimos de 7:00 a 8:45 p.m. con música mía (seis canciones con Sarita y dos perfomed by myself) y poemas de Rafael Góchez Sosa declamados por Louise (que así le digo). Los jovencísimos músicos acompañantes fueron: la Pequeña Oviedo en su plateada flauta transversal (casi tan grande como ella misma), Ricardo Patricio con sus bongoes y guitarra (ya lo dije antes: impasible, una esfinge), Bruce al piano (paciente, meditativo, etc.) y Fernandita (ya presentada como mi imagen musical en la guitarra).

En lo técnico, vayan las gracias para Guayo, que me prestó la caja de reverb, y a Juan Carlos por el amplificador-monitor. De paso, ya que andaban por ahi en otro evento con Celia, me ahorraron el viaje de regreso de esos aparatejos (je).

Según las cuentas cabales, en ese local caben cien personas. Estaba lleno y sentimos que los aplausos fueron sinceros; además, fueron adquiridos algunos pre-CD's cuya recaudación facilitará la producción del videoclip para 2011, que será "pro".

En resumen, pues... ¡cosas así son las que animan!

Queda aquí el vídeo (siempre amateur y con handycam), para prueba y testimonio.







Posdata: aun cuando no nos corresponde dar explicaciones por ello, sería bueno que los del PTCA aprendieran lecciones pasadas y no programaran eventos simultáneos que puedan interferirse el uno con el otro, hablando en términos sonoros.