jueves, 29 de diciembre de 2011

Eso era lo bonito

Con profundo dolor e indignación cultural y, ciertamente, sin el menor asomo de cristiana resignación, me entero por las noticias de que la jerarquía eclesiástica de la capital salvadoreña decidió cambiar la fachada de la Catedral Metropolitana, que desde la década de los noventa estaba decorada con mosaicos costumbristas elaborados por Fernando Llort.

La catedral así decorada -que en tono humorístico mucha gente llamaba “la toallona”, en referencia a los motivos típicos artesanales que también estaban en toallas de una conocida marca local y de exportación- resplandecía en el centro histórico en cuanto objeto de identidad cultural, término que por lo visto no les ha importado ni un ápice a los responsables de la decisión de destruirla.

Que si las parroquias, capillas e iglesias son propiedad privada o bienes públicos, es algo que no toca discutir acá; tan solo señalar que, según sea el fin, suelen ser presentados alternativamente de un modo o de otro. Dicen que consultaron a la feligresía, pero mucho me temo que haya sido una encuesta con respuesta bastante sugerida.

A mi parecer, los motivos costumbristas que allí estuvieron durante tantos años evocaban a la llamada “iglesia popular”, en estrecha relación con el agro salvadoreño y los procesos de cambio social. En su lugar, dicen que pondrán a un Cristo de puro mármol (y me acuerdo de la canción “Cristo, ¿al servicio de quién?”, de Los Guaraguao). Desde mi perspectiva, el simbolismo de la decisión está bastante claro.

Pero muy aparte de la ideología de fondo en este cambio, es repugnante la destrucción cavernícola de una obra de arte, a golpe de martillo y taladro.

Sobre este último punto y de acuerdo a los primeros informes virtuales proporcionados por la Fundación Fernando Llort, la Secretaría de Cultura de la Presidencia (SECULTURA) dijo en un primer momento que la fachada de Catedral aún no forma parte de los bienes patrimoniales, pero hay un documento de dicha institución que los reconoce como tales. Al momento de redactar esta nota, en la cuenta de Twitter de SECULTURA aparece una declaración parcial en donde manifiestan desconocer los trabajos que se están realizando, por lo que es previsible que aleguen ignorancia y aún no se sabe si actuarán a tiempo.

Ante tal sensación de impotencia por la destrucción así consumada y siendo lo que dicen que habrá de sustituir la fachada, es inevitable evocar el célebre texto de Roque Dalton titulado “Los ídolos, los próceres y sus blasfemos” en el libro “Las historias prohibidas del Pulgarcito”, que no por cáustico se descalifica en su totalidad (eso sí: en caso de que al leerlo haya quien tenga ganas de pleito... ¡ahi le reclama al poeta!).

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Posdata:al final del día, en el Facebook oficial de SECULTURA se puede leer la siguiente declaración.

SECULTURA informa que desconoce sobre los trabajos que se están realizando en la fachada con la obra de Fernando Llort, de Catedral Metropolitana de San Salvador. Oficialmente se desvincula de los mismos y ha iniciado averiguaciones sobre si el inmueble posee declaratoria de patrimonio. De ser así, apegados a la ley, se detendrán los trabajos y se analizarán los daños ocasionados.

Posdata II: a través de este comunicado, la Secretaría de Cultura lamenta y condena la destrucción de la obra referida.

Posdata III: en esta publicación se analizan las incongruencias y contradicciones del Arzobispo al responder las preguntas de la prensa.

Posdata IV: un mes después, el Arzobispo dice que el mural tenía símbolos masones y luego, vía Twitter y ante la nueva oleada de críticas, reitera que mandó quitarlo por su deterioro, no por masón, y que tergiversaron sus palabras.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un lugar para la utopía

Le Concert” (2009) me fue recomendada por DX hace varias semanas. Tal vez pensó que porque era de música me iba a gustar, aunque eso no siempre es garantía. Al leer el resumen de la trama, vi que se trataba de la reivindicación de un director de orquesta defenestrado durante la época soviética, pero pensé que era otro el enfoque y admito que por eso no le di prisas.

Luego de la sesión audiovisual de hoy, me resulta particularmente curioso que -pese a darme cuenta del error de percepción a partir del tráiler, la portada (que no es la que aquí se ve) y el plot- no resiento el haber pospuesto su visualización hasta este día, cuando como espectador en su contexto vital particular he hallado resonancias en frases, escenas e imágenes significativas.

Si bien las obras de arte no definen su belleza por el solo mensaje que transmiten, siento que la fortaleza de “Le Concert” está en la recuperación de las utopías, del derecho a soñarlas y del riesgo de ir a por ellas. Evidentemente, esta es solo una película y el guión de la vida real no siempre acaba en la realización plena, pero ¿no son acaso los más hondos anhelos los que animan nuestros días?

martes, 27 de diciembre de 2011

Claroscuro

Confianza y temor son los dos lados de una misma moneda, como la luz y la sombra, la alegría y la tristeza, el sonido y el silencio. No es posible entender la una sin el otro. Donde hay confianza cede el temor, mientras que el temor impide la confianza.

Incluso en situaciones extremas y dolorosas, elegimos estar donde creemos estar relativamente mejor o, en ocasiones, con menor mal en comparación con la situación alternativa que la vida ofrece, opción que acaso no siempre sea la ideal porque, como recalcó el Tío Scar al solo comenzar la película “El Rey León”, la vida no es justa.

Hay quienes dicen que no se debe elegir sobre la base del temor sino de la confianza, pero la distinción es algo gratuita y tautológica. Al decidir sobre cualquier opción que se nos presenta en la vida, ponderamos qué pesa más y hacia allí nos orientamos: si confiamos y optamos por una ruta es porque en ella no vemos elementos temibles y sí alentadores, mientras que el rechazo de su alternativa en la bifurcación o encrucijada se basa en el natural alejamiento de aquello que podría dañarnos de cualquier manera.

La ciega confianza y el ciego temor son caminos bastante seguros a la catástrofe. En este sentido, la vida es como el ajedrez, donde la elección de una variante supone haber ponderado otras opciones y posibilidades que finalmente fueron descartadas: desde las más cercanas al camino tomado por sólido y seguro, hasta aquellas que con toda claridad se revelan como perjudiciales.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Autoayudas

"Al final no logré enterarme que cuernos haría yo que yo, en mi lugar, si yo fuera yo."
(Felipe, amigo de Mafalda.)

No soy devoto de los libros de autoayuda ni de las frases que se supone han de cambiarte la vida; sin embargo, reconozco que hay muchas personas que han hallado -en unos y en otras- elementos importantes para encarar y asumir las circunstancias de mejor manera.

Mi impresión es que aquel pensamiento, consejo o reflexión que para una persona es muy significativo, para otra quizá sea completamente indiferente y ajeno a sus circunstancias. Incluso se da el curioso caso que el mismo razonamiento puede ser tomado en cuenta o no por la persona atribulada, dependiendo de dónde lo obtenga o de quién se lo diga.

En este sentido, no creo que exista una panacea para los quebrantos de esa dimensión humana a la cual llamamos "alma" o "espíritu", ni de orden laico ni de naturaleza religiosa.

Como es tan difícil lidiar con los problemas que nos afectan, por eso mismo hace falta discernir y ser muy selectivos frente al torrente de recetas generalmente bienintencionadas que descargan multitud de personas que quieren aplicar en uno lo que les ha funcionado a ellos por razones de muy diverso orden.

Entonces y a fin de cuentas, si es uno quien acaba eligiendo entre las opciones disponibles, ¿será que en esto también estamos solos, como en el nacer y el morir?

domingo, 11 de diciembre de 2011

De toque

Este es el álbum de fotos de la presentación de Balada Poética en el Festival Musicalle, la noche del sábado 10 de diciembre de 2011.

Y aquí está el resumen en video.

El perenne lío del sonido

Con varias personas relacionadas con el mundo de la música local hemos sufrido y comentado, desde que tengo memoria, acerca de la casi absoluta carencia de personas que puedan operar bien las consolas o “mixers” que comandan la amplificación de sonido en cualquier tipo de presentación, a satisfacción del artista.

Esto ocurre tanto con los músicos amateurs como con los grupos que se dedican a ello como profesión, tanto en eventos en vivo como en estudios de grabación. Incluye desde los operadores empíricos multiusos acostumbrados a poner reguetón o música electrónica a todo volumen tipo microbús, hasta personas que supuestamente han llevado cursos de ingeniería de sonido, aunque el resultado no se oye por ningún lado.

Al solo escuchar una canción grabada aquí, se nota el sello de la “música nacional”, que va desde el abuso de la reverberación hasta la ya clásica hamaca del ecualizador gráfico, pasando por encima de la especificidad de cada instrumento. En las mezclas en vivo, cualquiera diría que el propósito del sonidista es evitar que se escuche y se entienda la letra de lo que se canta, aparte de la cantidad de feedbacks de toda frecuencia que suelen martirizar a los músicos y al público, para no hablar del caos usual del monitoreo, vital para que el grupo se escuche a sí mismo y no toque “a ciegas” (técnicamente, “a sordas”).

Una dificultad añadida en el caso de los grupos no comerciales está en que los músicos generalmente aceptan de buen grado tocar de gratis, por el puro placer artístico; sin embargo, ya que el operador de la consola no suele recibir el aplauso y la retribución admirativa con la que uno, de artista, se siente feliz, cuesta mucho más encontrar a alguien a quien capacitar para dicha labor y que acepte ser parte del “staff” en términos ad honorem, o sea, “de choto”.

Así pues, no queda más que armarse de paciencia y soportar lo que hay, aunque -eso sí- con la ventaja actual de aprender poco a poco -aunque sea vía internet- y aplicar los secretos del buen mezclar.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Enfiestados "a la francesa"

Cuentan que Maurice Fleuret, músico francés que ocupaba un cargo gubernamental en 1981, al descubrir que cinco millones de franceses personas tocaban un instrumento musical, empezó a soñar sobre cómo invitar a toda esta gente a participar en un gran evento público y gratuito. Es así como se creó la Fiesta de la Música que, con el tiempo, se ha convertido en una importante tradición cultural en aquel país europeo.

Inspirados en esa tradición, las asociaciones Franceces por el Mundo y Tecleños de Corazón, junto con la Alcaldía Municipal de Santa Tecla, proponen para este año el Festival Musicalle, que tendrá lugar en Paseo El Carmen de Santa Tecla el sábado 10 de diciembre de 2011, desde la media tarde hasta la medianoche.

En ese largo espacio -que incluye el Parque Daniel Hernández, el Palacio Tecleño de la Cultura y las Artes, y el Museo Municipal Tecleño- estarán más de diez grupos de música: Balada Poética, Jazz On, Latinova Ensamble, Sans Identite Fixe, Jane Jacobsen, Shaka & Dres, Marimba Santa Cecilia, Coro y Escuela musical PTCA, Grupo Maya, Le y Dos DJ's.

La gente podrá acceder gratuitamente en uno u otro lugar de acuerdo al género de su preferencia. A mí me hace ilusión.

Posdata: con Balada Poética estaremos a las 7:00 p.m. en el Palacio Tecleño.

jueves, 8 de diciembre de 2011

¡Llegó el preclaro tenor homofóbico!

Para quienes creíamos que Julia Regina de Cardenal y Evangelina del Pilar de Sol eran las únicas encargadas de publicar sandeces anacrónicas, ahora vemos cuán equivocados estábamos. En un artículo de opinión titulado "No me etiquetes", el periodista Rafael Domínguez se une con voz de tenor a tal coro retrógrado, pleno de prejuicios y resplandeciente de supina ignorancia sobre el tema de la sexualidad humana.

Según Domínguez, la homosexualidad es una enfermedad, una anormalidad que está al mismo nivel de la zoofilia, la pedofilia y el sadismo, y la finalidad del género -entiéndase "sexo"- es estrictamente la reproducción. Él cree que no se deben hacer campañas de respeto a la diversidad sexual, ya que estas ofenden “los principios y valores de las mayorías”, los cuales son contrarios a la homosexualidad.

¿Se podrá discutir con alguien que pregona semejantes opiniones?

Para sustentar la anterior pregunta retórica basta fijarse en el último párrafo del artículo, una perla, un mar de contradicciones que deja al descubierto la incoherencia fundamental entre lo que estos cruzados predican y lo que en verdad sienten y hacen.

Ojo con esto: el tipo comienza el párrafo diciendo que “quienes practican este tipo de acciones sexuales no deben ser discriminados” y termina exhortando a que “nuestra sociedad debe rechazar y unirse" contra ellos.

¿Querrá el periodista Domínguez cambiar la Constitución? ¿Será que propugna para la colectividad el oscurantismo religioso en donde él está instalado? ¿Sabrá ese inquisidor que “discriminar” significa precisamente “seleccionar excluyendo”?

La Constitución Política y los Derechos Humanos garantizan que las personas tengan y vivan sus propias preferencias sexuales, religiosas o políticas en el marco del respeto a la convivencia humana, aunque uno no practique o promueva ciertos estilos de vida. Pero de aquí a que los diferentes sectores de la sociedad -y especialmente quienes tienen espacios de opinión publica- lo entiendan hay un largo trecho por recorrer.

Gracias, Rafael Domínguez, por recordárnoslo.