domingo, 31 de mayo de 2009

¿La noble afición? ¡'Ma, ve!

Los periodistas deportivos acostumbran mencionar a “la noble afición” por aquí y “la noble afición” por allá. Señores del micrófono, la cara y la pluma futbolística: ¡qué gran falacia! Ir al sector más popular del estadio, para uno de hombre varón masculino, implica por lo menos tres cosas:

a) Ser bombardeado con bolsas de meados.

b) Exponerse a una cachimbeada colectiva por el motivo más nimio.

c) Sacar “la caja de lustre” contra los del otro equipo o de la barra de a la par (esto es, el repertorio de insultos más vulgares, sépticos y homofóbicos y, no obstante, poco imaginativos, pues ya no pasamos del “culero”, el "hijueputa" y el “cerote”).

Toso esto considerando que sólo en el delirio y la locura más imprudentes llevaría uno a su madre, esposa o hija.

A lo anterior, puede añadirse la puesta medio a pija por las cervezas a precios duplicados y el riesgo de que le abran el carro para hueviarse el CD player.

¿Puede alguien explicarme dónde está la tal “nobleza”?

Si lo dicen por que la majada aguanta sol desde temprano, será por conseguir una mejor ubicación en la gradería. Si es por tener la paciencia de ir una y otra vez con la esperanza renovada, será por el "quizá esta vez", con explosión de jolgorio y dilución de las penas si el equipo gana; pero, ¿y si no...? ¡Puteadas a granel!

¿Y qué cuando a los equipos visitantes y sus aficiones se les insulta y veja, ante la mirada complaciente de los anti-motines? ¿Qué gesto de gallardía y altura deportiva es propagar gestos y obscenidades al compás del himno nacional de los invitados (que, en última instancia, eso son)?

Broma lingüística de mal gusto

Por mucho amor, cuidado y esmero que le tenga a la corrección del lenguaje, que el diccionario de la Real Academia Española de la lengua cueste US$205.40 me parece:

a) un bofetoncito cultural a precio europeo
b) la confirmación de una visión elitista, sectaria y francamente anti-popular del conocimiento
c) un gasto innecesario, dado que se puede consultar “on line”.

Así que no, gracias.

sábado, 9 de mayo de 2009

El orden natural


Aun a riesgo real de convertir este “blog” en algo muy canino, he aquí la foto de Friso y Titanio, este último el cachorro menor -de color tabaco, a falta de una mejor definición- que completa el par de dachshunds que nos acompañarán familiarmente (esperamos que) durante muchos años. Aparentemente, el pequeño tiene un carácter más fuerte y probablemente sea el dominante, mientras que el clarito es más pacífico y recesivo, lo cual espero que así sea... ¡para garantizar la pacífica convivencia!

sábado, 2 de mayo de 2009

Amaestrados

Dice en la página "Dachshund world" lo siguiente:

“A new dog is not a replacement dog, but a new friend. The new companion may look and sometimes act like the one you've lost, but in their own way. They will prove themselves unique and will soon fill the void in a way that is truly their own.”
Me adhiero totalmente, con la prueba viviente en casa desde hace una semana: Friso, un cachorro dachshund -como Largo, su difunto predecesor- pero cuya caninalidad se va revelando distinta, tanto como su proceso de adaptación y los ojos con que lo vemos, aun cuando la función que desempeña es estructuralmente análoga dentro de la manada (entiéndase, la familia).

Esperamos que este animalito y su próximo compañero Titanio (que vendrá en un par de semanas) se beneficien de la experiencia acumulada por nosotros durante la docena de años anteriores, tanto en el afecto como en la mano dura, imprescindible para la armonía en el mundo natural, pues la idea es que nosotros los amaestremos a ellos... ¡y no ellos a nosotros!