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viernes, 4 de noviembre de 2016

Las ventajas de vivir en El Salvador



Que todo está en la mente y la actitud es lo importante ya nos lo dice la nutritiva biblioteca de libros de superación personal, pero para concretizar tales principios llenos de sadiburía tan fundamental, dejo aquí consignadas cinco ventajas de vivir en la Guanaxia Irredenta.

Bien analizadas e incorporadas a su actitud cotidiana, de seguro cambiarán su permanente cara de amargura.

· Deportes extremos gratuitos

Por poco que viaje a lugares turísticos cercanos, como Costa Rica o Panamá, se dará cuenta de la pequeña fortuna que debe gastar si quiere deportes extremos, sean estos urbanos, de ciudad o acuáticos. Por ejemplo: 15 minutos en un paracaídas tirado por una potente lancha sobre el océano puede costarle entre 80 y 100 dólares. Subirse a una montaña rusa súper espectacular, de esas caras, o lanzarse desde un puente al vacío, apenas sujetado por una cuerda elástica, tampoco es barato.

Y todo eso para producir ese golpe de adrenalina para sentir que estamos vivos.

Pero en El Salvador, tal descarga es gratuita y no se necesita de ningún equipo adicional: basta con subirse a un bus o una Coaster del transporte colectivo para experimentar viarias fuerzas G en distintas direcciones, con la sensación de lidiar con la muerte a cada instante. Y los $0.25 que le cobran no cuentan: esos son por el viaje, las sacudidas son gratis.

Filosofía existencial incorporada

¿Recuerda ese sabio consejo existencial que reza: “vive intensamente, como si hoy fuera el último día”? En el Pulgarcito de América, que es el país más violento del mundo, ese principio ya está incorporado en la cotidianidad, pues la posibilidad de fallecer por causas no naturales es bastante alta, según las estadísticas y las experiencias.

Véalo así: por el solo hecho de haber nacido aquí, usted ya trae incorporado un valioso principio filosófico y su vida será, ciertamente, muy intensa.

Defendemos la vida

Hablando de la vida humana, solo nueve legislaciones en el mundo (siete de ellas en América Latina) penalizan de modo absoluto el aborto, incluso en casos de violación, riesgo médico para la madre o inviabilidad del feto. La de El Salvador es una de ellas, porque aquí "defendemos la vida", así sea que con ese lema tengamos que obligar a una niña de diez años a padecer por nueve meses (o hasta donde aguante) para dar a luz al hijo de su violador. Imagínese: ¡somos parte de ese selecto y avanzado grupo de naciones provida!

Enésimas oportunidades

Fíjese en la calidad de nuestros líderes y los graves errores que cometen: diputados que balacean policías, pastores sorprendidos en moteles en pleno adulterio, funcionarios gubernamentales que se reúnen a negociar con grupos criminales, dirigentes partidarios que hacen apología del delito, expresidentes que recibieron millones milagrosamente y sin tener que dar cuenta de sus ingresos, militares que cometen crímenes de lesa humanidad… y así un largo etcétera.

En cualquier otro país, estos tipos estarían presos o, cuando menos por decencia, habrían renunciado a sus puestos y a toda vida pública. Pero aquí no. Aquí hay segundas, terceras, cuartas e infinitas oportunidades. Eso significa, ni más ni menos, que nuestra fe en la humanidad se mantiene incólume, al renovarle de modo permanente la confianza a estos seres y creer -¿por qué no?- que un día, por obra divina o del azar más exquisito, se despertarán transformados en modelos de virtudes.

Y si ellos merecen tales perdones de misericordia sin límites, ¿por qué no nosotros?

Esperanza siempre renovada

En El Salvador, necesitamos de las elecciones como agua de mayo. Y en cada edición, viene la esperanza renovada en forma de soluciones mágicas que -a partir del próximo periodo municipal, legislativo o presidencial- transformarán la vida de los salvadoreños y salvadoreñas. Los más pobres de los pobres encontrarán su redención, habrá fábrica de empleos, se les acabará la fiesta a los malacates, cambiaremos para mejorar, le daremos play y ahora será diferente. Y allá irán las masas a votar por la cúpula de ungidos o el mesías de turno, a quienes defenderán enconadamente.

Y pensar que en esos países desarrollados la gente se suicida porque no tiene esperanza...

sábado, 29 de octubre de 2016

Cinco errores amorosos

DE ADOLESCENTES E INCLUSO ADULTOS/AS

No tengo la menor duda de que los códigos amorosos de mi lejana juventud ya no están vigentes. Pertenezco a otra época y me da grima pensar qué habría sido de mí si hubiera nacido en el milenio y ahora mismo fuera un teenager, no solo en lo tocante a las cosas del corazón sino en casi todo lo demás.

Sin embargo, aun desde una perspectiva antigua, todavía me atrevo a dar algunos consejos, sugerencias o recomendaciones a los jóvenes de hoy en día, acerca de sus relaciones sentimentales, no por haber alcanzado la plena madurez en ese aspecto, sino por la experiencia vista y acumulada (que otros llaman “vejez”).

Quizá no hagan caso, pero también cabe una pequeña posibilidad de que en algo ayude, así que procedo en consecuencia, mencionando cinco errores comunes en el complicado mundo del amor, las hormonas y sus conexos.

Y aunque son para la adolescencia, algunos adultos/as no deberían desoírlos.

1. Enojarse con alguien porque no le hace caso

Si algo logra probar usted al enojarse y armar rabieta con el objeto de su devoción y afecto porque no le hace caso, es su propia inmadurez emocional.

¿En dónde leyó que es obligación de la chica o chico de quien se ha prendado el corresponder a sus requerimientos? ¿Quién lo engañó de esa manera?

Mire: no hallo otra manera de decirlo y espero no se ofenda, pero esta actitud es bastante infantil, pues usted cree que el mundo gira a su alrededor y el universo conspira para su felicidad (© Coelho).

Usted puede echarle la culpa a la multitud de novelas y canciones decadentes que explotan, cultivan, desarrollan y divulgan este sentimiento berrinchudo, pero más pronto que tarde deberá darse cuenta del absurdo que esto supone.

2. Aceptar un noviazgo por amistad

Los intereses, características y motivaciones de una relación amorosa (sea en el noviazgo, matrimonio o vida de pareja) son distintos de la pura amistad. Muchas personas confunden una cosa con la otra y aceptan una relación sentimental con el argumento de que son buenos amigos, no habiendo química corporal de por medio. El pronóstico… ya se imagina.

Si le gusta la trova, escuche atentamente la canción “Para vivir”, de Pablo Milanés, y saque sus conclusiones.

3. Insistir en la amistad después de un noviazgo

Si se terminó el amor, lo mejor es alejarse con dignidad. No se trata de quedar de enemigos, claro, pero tampoco es prudente, justo ni necesario continuar el vínculo bajo el disfraz de la amistad, especialmente si una de las partes aún tiene infundadas esperanzas de regresar. Mejor enarbolar la bandera del “No hurt feelings”, aceptar la ruptura y continuar con su vida… por separado.

4. Proceder antes de convenir

En las películas, se ven bonitas escenas donde los enamorados proceden a las acciones sin que medien palabras; en la vida real, no. Para evitar malos entendidos, decepciones y cóleras gratuitas, dejen claros desde un principio los términos de lo que va a suceder. No es que vayan a elaborar un contrato ante notario, pero el decoro exige al menos una declaración de intenciones y establecimiento de consensos... if you know what I mean.

5. Publicitar las palabras de amor

No es que dude de la sinceridad de quienes andan publicando por aquí y por allá sus parrafadas amorosas, pero he visto demasiados casos de declaraciones públicas para “el amor de mi vida” y “la persona más especial” de los que no ha quedado ni rastro a los pocos meses. O quizá estas rupturas se recuerden precisamente por esos empalagosos discursos. En todo caso, si tiene algo romántico que decirle a su chico o chica, dígaselo personalmente mirando a sus ojos con toda la ternura de que sea capaz.


miércoles, 12 de octubre de 2016

Cinco cosas que la PAES no mide

(Y SON LAS MÁS IMPORTANTES)

En un contexto educativo bastante primitivo, año con año son más los colegios e institutos que viven una auténtica obsesión por demostrar su valía en la Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES), destinando valioso tiempo y no pocos recursos para quedar entre los primeros lugares, “preparando” a sus estudiantes específicamente para dicho examen en vez de concentrarse en el desarrollo de las habilidades que marcan los programas de estudio (una de cuyas consecuencias naturales sería, precisamente, salir bien en la PAES).

Ahora bien: comoquiera que se entienda la nota obtenida en la PAES, lo cierto es que este examen no mide muchas competencias y destrezas planteadas como objetivos del proceso educativo. Esto se debe sencillamente a que es un examen de formato opción múltiple, el cual tiene limitaciones inherentes.

Menciono a continuación cinco cosas que la PAES no mide, en el caso particular de la materia Lenguaje y Literatura, habilidades que a mi parecer son las más importantes. Seguramente en las demás asignaturas habrá otras tantas.

- Expresión escrita

¿Cómo saber si un estudiante redacta con claridad, coherencia, pertinencia, ortografía y correcta puntuación? La única forma es poniéndolos a redactar, sea una breve monografía, un argumento, un informe, un currículum, un pensamiento literario, etc. Lo siento por los esforzados y bien remunerados especialistas que elaboran la PAES, pero aquí no hay opción múltiple que valga.

Cierto que en la PAES 2015 incluyeron un ítem de redacción, pero dudo mucho que este haya sido calificado: pedían 3 párrafos para ver puntuación, ortografía y claridad de ideas, pero fueron 87,500 estudiantes. Dedicándole 5 minutos a revisar cada redacción, se necesitarían 175 docentes trabajando 8 horas diarias por una semana, solo para esa pregunta. Evidentemente, la pregunta fue simbólica.

- Expresión oral

En los programas de Lenguaje y Literatura hay muchísimos contenidos y actividades orientados a desarrollar la expresión oral: desde la exposición, el debate, la entrevista y la disertación, hasta experiencias escénicas como la declamación y el montaje de obras teatrales, sin olvidar las incipientes producciones radiofónicas y videográficas. Obviamente, esto no cabe en una PAES como la nuestra.

- Comprensión lectora

Aunque muchos ítems de la PAES pueden responderse correctamente por deducción lógica (lo cual implica un buen nivel de comprensión lectora), esta prueba no evalúa la capacidad de un estudiante para comprender la idea o tesis central de un texto de cierta extensión (por ejemplo, un artículo de opinión, un texto literario narrativo o un libro), menos aún los argumentos en que se apoya el autor o las propuestas que sostiene.

- Creatividad

Uno de los ejes importantes de Lenguaje y Literatura es el descubrimiento y desarrollo de la propia creatividad, animando a los y las jóvenes a intentar expresarse a través de los diversos géneros literarios (prosa, poesía, drama, ensayo, narrativa, testimonio, etc.). Nada de esto está en la PAES.

- Gusto por las artes

Si algún éxito tendría que atribuírsele a un/a docente de Lenguaje y Literatura es, precisamente, haber despertado y cultivado en sus estudiantes el gusto por las artes, formando en ellos/as hábitos de lectura de obras literarias, así como actitudes receptivas como público frente a obras teatrales, musicales, cinematográficas, plásticas y de otra índole. No me imagino una prueba de opción múltiple que pueda medir esto.

¿Y entonces...?

Pese a lo anterior, no hay que despreciar del todo la PAES. La nota obtenida es un indicador de conocimiento de ciertos contenidos susceptibles de ser evaluados en ese formato, pero ojo: no lo es todo ni tampoco lo fundamental.


Posdata: me acomete un presentimiento aterrador (o conclusión intuitiva): si a las cinco habilidades aquí mencionadas nos atuviésemos, quizá los resultados numéricos serían aún peores que los actuales, ya de por sí magros (promedio nacional 5.41)… porque en la Guanaxia redactamos con las de batir lodo, confundimos ladridos con discursos y argumentos, todo lo que exceda a un párrafo nos parece demasiado complicado, preferimos plagiar y “versionar” antes que crear, y las artes nos las pasamos por donde ya saben.


sábado, 9 de julio de 2016

Cinco cosas que deberíamos aprender en bachillerato

(Y ENTENDER MUY BIEN)

No es esta una reflexión sobre la impresionante cantidad de contenidos que, por estar desconectados de la realidad, resultan irrelevantes y no obstante continúan impartiéndose por ley en los centros escolares. (Es más: el solo hecho de entender la educación formal principalmente como “impartir contenidos” ya es obsoleto, pero ese tampoco es el punto a tratar.)

El tema aquí es destacar ciertos temas que deberían ser prioritarios en la formación de ciudadanos y ciudadanas, que además de competentes fueran conscientes y participativos.

Es cierto que en bachillerato hay una materia llamada Orientación para la Vida, con un par de horas clase a la semana. Viendo el programa de estudios, hay allí ocho ejes: educación en derechos humanos, ambiental, en población, preventiva integral, en igualdad de oportunidades, en salud, al consumidor y en valores. Sin embargo, al momento de aterrizar, parece que estos no se concretizan lo suficiente. Dudo, además, que realmente se toquen como debe ser.

Y entre lo que se da a medias y lo que falta, la experiencia educativa fracasa.

Menciono a continuación cinco temas cuyo dominio básico no debería ser ajeno a un/a bachiller.

- Finanzas personales

Desde la elaboración de un sencillo presupuesto familiar mensual hasta la gestión de préstamos personales, pasando por las cada vez más omnipresentes tarjetas de crédito y débito, la gente llega a ponerse en manos de los financistas, prestamistas y usureros, cargando con el más tremendo analfabetismo económico. Lo peor es que acaban de entender bien el tema hasta cuando topan con el jurídico.

- Derechos ciudadanos

El término “Procuraduría General de la República” no aparece una tan sola vez en el programa de estudios de la materia Orientación para la Vida, en bachillerato. Son contados los ciudadanos que saben qué son y para qué sirven instituciones como la Defensoría del Consumidor y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Casi nadie entiende qué es la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Es prácticamente desconocida la Ley de Convivencia Ciudadana y aún más las ordenanzas municipales que desarrollan sus preceptos. No conozco a alguien que pueda pronunciar sin trabarse el término “Ley especial integral para una vida libre de violencia para las mujeres”. Hay quienes creen que la LEPINA es una enfermedad contagiosa y el Código de Trabajo, una rara antigüedad. Y así vamos.

- Impuestos

¿Cuántos ciudadanos saben cuáles son los impuestos vigentes, cuál es su monto y, especialmente, cuál es su destino? ¿Se forma a la población en una cultura de responsabilidad fiscal? ¿Tiene un bachiller el conocimiento elemental para opinar sobre el IVA y el impuesto sobre la renta? De estas y otras preguntas, ya sabemos las tristes respuestas.

- Redes sociales

¿Qué tal si educáramos a nuestros/as jóvenes para su ciudadanía virtual (que ya ejercen a lo loco desde antes de los trece años)? ¿O si les diéramos criterios para discernir entre las fuentes de información confiables y la pura charlatanería? ¿Tendríamos en el futuro menos estupideces en los comentarios de las noticias web? ¿Seríamos un poco menos irresponsables? ¿O es mucho pedir?

- Prevención de riesgos

No es solamente tener un plan de contingencia en caso de terremoto, inundación o incendio. Se trata de poner las bases de una auténtica cultura de prevención, que se refleje en cosas tan elementales como no instalar en casa una conexión eléctrica de esas que parecen tendederos, sin tener el menor conocimiento de cómo funciona la electricidad. Por supuesto, esto incluiría las leyes de tránsito y las normas de conducción a la defensiva. Y entender, claro, que en un autobús se transportan personas, no bultos ni ganado.

¿Y la educación sexual? Bueno, esa está allí en el programa, no en la realidad.


domingo, 7 de febrero de 2016

Cinco malas pancartas sobre pensiones

En medio del desconocimiento generalizado, tanto del funcionamiento de los sistemas de pensiones en El Salvador como de la propuesta gubernamental para reformarlos, y entre la propaganda política asociada al tema, se escuchan afirmaciones contundentes que, cuando no son falsas, son verdades a medias que conducen al engaño.

A continuación, se explican de la manera más franca y sencilla posible.

• Las AFP nos roban nuestro dinero

FALSO. Los ahorros de los cotizantes están allí; es más: el 82% de ellos está invertido en títulos, bonos o certificados gubernamentales (el 45% es obligatorio). Lo que la voz popular llama “robo” es el 2.2% del salario individual que cada cotizante paga a las AFP por manejar su cuenta y además el seguro en caso de muerte. Esa comisión es el capital con que dichas instituciones cubren sus costos de operación y además obtienen un buen margen de ganancia, que ronda el 44% (y no está sujeto a las limitantes regulaciones de inversión de los ahorros). Discusión aparte es si esa comisión se les podría rebajar y abonar la diferencia a las cuentas de los afiliados.

• El gobierno quiere robarse los ahorros de los trabajadores

FALSO. Según se sabe de manera no oficial (entre secretos de pasillo), lo que quiere hacer el gobierno es manejar directamente las cuentas de quienes ganan hasta dos salarios mínimos. Al recibir esas cotizaciones, tendría dinero para cumplir con el pago de pensiones del antiguo sistema público por un tiempo. Las AFP manejarían menos dinero. La duda surge porque para años venideros no está claro de dónde provendrán los fondos para pagar a quienes hoy cotizan y entonces se jubilen.

• El antiguo Sistema Público de Pensiones estaba bien

SÍ PERO NO. Jubilarse con una pensión del 70% del salario es excelente si el dinero viene de las cotizaciones e impuestos de otros. El SPP era insostenible con trabajadores que aportaban al ISSS el 3.5% de su salario, por eso quebró.

• El Sistema de Ahorro Privado solo puede dar malas pensiones

DEPENDE. Aunque es verdad que las pensiones que actualmente puede dar el SAP apenas superan el 30% del salario, esto no se debe al sistema en sí, sino a que gran parte de la inversión es obligatoria hacerla en certificados estatales, que pagan interés bajísimo (promedio 1.4%), mientras que la otra parte tiene varias limitaciones, tanto de ley como pragmáticas en el mercado de valores local. Con una rentabilidad sostenida en el tiempo y cercana al 8% las pensiones futuras casi se duplicarían, pero es ideal. La realidad posible las ubicaría en un término medio.

• No se subirá la edad de jubilación

MUY DUDOSO. Las edades de jubilación salvadoreñas son las más bajas de Centroamérica. Una mujer que se jubile a los 55 años tiene una expectativa de vida de 86 años; es decir: si trabajó 30, vivirá pensionada 31, dos tercios de eso con pensión estatal mínima una vez que agote sus ahorros en AFP. Prometer eso es demagógico o irresponsable.

viernes, 29 de enero de 2016

Los cinco (feos) mandamientos de Los Picapiedra

Una referencia fundamental de la infancia de mi Generación X es el programa televisivo de Los Picapiedra, del cual incluso publiqué un top five personal. Sin embargo, pese a ciertos inolvidables momentos, una mirada adulta, consciente y mejor informada acaba descubriendo elementos no tan divertidos y hasta perniciosos.

El primer análisis que conocí de este tema fue un breve ensayo que elaboró mi hermana Delfy en su primer año de universidad, en la carrera de psicología en la UCA en el año 1977. Yo tenía diez años de edad y, aunque sus argumentos tenían fundamento racional, no rechacé emocionalmente la teleserie y la seguí viendo por años.

Hoy, ya de mayor, volví a ver algunos episodios y encontré escenas chocantes presentadas cual puntadas humorísticas (v. gr.: un reloj de cuco en el que, para marcar las tres de la tarde, un hombre le da tres garrotazos en la cabeza a su mujer). También logré comprender mejor esos paradigmas subyacentes de los que habló la estudiante de psicología antes mencionada, los mandamientos ideológicos sobre los cuales están construidas esas situaciones “graciosas”, mismos que a continuación formulo, reconociendo en ellos la influencia de aquel análisis.

1. Le ocultarás tus proyectos y acciones a tu esposa.

Buena parte de los episodios transcurren sobre esta base: Pedro hace o quiere hacer algo, pero siempre a escondidas de Vilma; no obstante, ella se acaba enterando de una u otra forma y sobreviene el conflicto. El adjetivo que lleven las intenciones o acciones realmente no importa: pueden ser o no lícitas, riesgosas, imprudentes, osadas o hasta estúpidas; el punto es no conversarlo porque “ella nunca lo entendería” (ya sea tomar clases de ballet para mejorar en el boliche o escaparse con los Búfalos Mojados a Ciudad Frenética). Buen modelo de comunicación familiar.

2. Naciste para ser obrero, no empresario.

Las veces que Pedro renunció o fue despedido de su trabajo en la cantera para emprender proyectos particulares se cuentan por los fracasos de estos intentos, ya sea como propietario de un drive-in, fabricante de pasteles de piedramora, dueño de una sala de billar o empresario circense. La moraleja permanente es que la mejor y casi única vida a la que puede aspirar es, justamente, esa donde tiene un trabajo mal pagado y peor tratado (¿recuerdan la Operación Rebaja?), y no son pocas las ocasiones en que Vilma se encarga de recordárselo.

3. No trabes amistad con el sexo opuesto.

“Los chicos con los chicos, las chicas con las chicas”, tal es el lema en el universo picapedresco, seguramente porque hay cosas de hombres (béisbol, billar, boliche, boxeo, carreras, cartas, golf y una logia expresamente vedada a las féminas) y cosas de mujeres (chismes, salón de belleza, supermercado, tiendas de ropa y todas esas superficialidades femeninas). No recuerdo ningún episodio en donde Pedro hable con una mujer, que no encienda en Vilma las alarmas de infidelidad y celos. Y la vez que Vilma presentó a un amigo, era su exnovio Rodney Pedernal, quien de Pedro decía: “¿Dónde está, dónde está? ¡Quiero grabarle mis iniciales en la piel! ¡Jh, jh, jh!” (capítulo en donde, por cierto, hubo varios atentados sospechosamente accidentales).

4. Trata mal a tu mejor amigo.

No sé si Pablo (nombre en español que le pusieron a Barney) sea en realidad un tipo con tan buena autoestima como para comprender y soportar amistosamente el tóxico carácter de Federico (el Pedro que aquí conocemos). Lo cierto es que éste ejerce bastante violencia verbal contra su pal, aparte de una amplia gama de ingratitudes a las que el condescendiente vecino parece acceder de buen grado, no importa si lo ridiculiza en público o le roba el crédito de sus acciones meritorias.

5. Esfuérzate por ser una buena esposa-doméstica.

Vilma, “la feliz ama de casa”… poco más se puede añadir al estereotipo que promueve. Su lugar está en las labores domésticas, sacrificando siempre sus propias posibilidades de desarrollo laboral en función de preparar la cena de Pedro, todo un dogma hogareño. Quizá esto no estaría del todo mal si el buen Pedro ayudara en las tareas de la casa, pero lo único que le vemos hacer es exigir, quejarse, ensuciar… y a veces cortar el césped con la máquina-tortuga, muy a regañadientes.

Es cierto que el programa se produjo en el periodo 1960-1966 y como tal responde a la mentalidad de la época. Lo triste es que todos los de esa generación (y muchos de las posteriores) al final todavía seamos un poco picapiedras.

domingo, 24 de enero de 2016

Cinco anclas idiosincrásicas

Ya con algunos lustros de rumiar la idiosincrasia o identidad cultural de la Guanaxia Irredenta, es posible detectar en ella síntomas puntuales de estancamiento, que con el tiempo se van volviendo taras que comienzan a emanar un no tan agradable aroma. Son elementos arraigados que pudieron ser válidos, meritorios o divertidos en su momento, pero que pasado su esplendor no hemos superado y ni siquiera arrastramos, porque son verdaderas anclas que nos impiden movernos. Estos son cinco de los más notables.

• Comunistas y anticomunistas

La identidad ideológica de los principales partidos políticos todavía se define en términos de comunismo (o socialismo ortodoxo) y anticomunismo. El FMLN sigue planteando (al menos teóricamente) soluciones sacadas de manuales de los setentas, mientras Arena y la empresa privada aún se asustan con el fantasma del comunismo y enarbolan una especie de mercantilismo arcaico al que llaman erróneamente liberalismo. Las consignas no son otras que las ya desgastadas “¡El pueblo unido jamás será vencido!” y “¡Patria sí, comunismo no!”. Las opciones políticas alternativas no hallan eco en la población: nacen muertas.

• Mágico González

Cada semana aparece un nuevo y el mismo reportaje sobre el Mágico González, como si fuera nuestro mejor futbolista activo. Se acrecienta su leyenda y hasta se le atribuyen episodios ficticios. Los jóvenes hablan de él como si lo hubieran visto jugar el domingo pasado. Vivimos aferrados a la esperanza de que surja otro genio natural, de puro talento pero sin trabajo, formación y disciplina, mientras seguimos fracasando con nuestro alicaído fútbol.

• Chente y los mariachis

El esperpéntico espectáculo de un grupo de mariachis ingresando a la Fiscalía General de la República, el día de la toma de posesión del nuevo titular, solo es comparable con la transformación del Salón Azul de la Asamblea Legislativa en un antro bohemio, con el homenajeado Vicente Fernández cantando “El rey” a todo galillo. Hasta los/las jóvenes bachilleres urbanos que jamás oyen música ranchera llevan mariachis a sus despedidas de colegio. El problema no es el género, sino las letras y la idiosincrasia que allí se reproducen. Claro que frente a la opción contemporánea del reguetón, Chente sale en caballo blanco.

• Roque Dalton

Roque Dalton es el Mágico González de la poesía, por lo que el párrafo correspondiente a aquel bien se le puede aplicar a este, cambiando el nombre y matizando algunas características. En el ámbito artístico todavía van y vienen sus libros, citas, antologías, pancartas y anécdotas variopintas, como si él fuera el culmen de una imaginaria tradición poética que jamás volvió a alzar cabeza tras su desaparición física hace cuarenta años.

• Cohetes

Pese a algunas restricciones que tímidamente se han ido decretando, reventar cohetes (de puro ruido y nada de luces) sigue siendo un masivo entretenimiento, no solo en fin de año sino en cuanta ocasión se preste para ello. No importan las quemaduras infantiles, el daño auditivo, la contaminación ambiental ni la permanente crisis económica: la gente sigue quemando su dinero de la manera más insensata. Y si es en la madrugada de un día feriado, mejor.

Vistas así las cosas, uno se pregunta en qué siglo realmente vivimos.

domingo, 4 de octubre de 2015

Cinco mitos futboleros de la prensa guanaca

Mito.
4. m. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.

Con sus más y sus menos, sin descartar acaso alguna notable excepción, la prensa deportiva salvadoreña nos acomete una y otra vez con conceptos repetidos cíclicamente, que poco o nada tienen de sustento real. Forman parte de un discurso estándar aprendido y recitado por años, que se transmite de generación a generación porque la prensa vieja forma y moldea a la prensa nueva, aunque estos últimos lleguen muy bien titulados. Helos aquí.

- La noble afición

Este sintagma con su elegante epíteto nunca falta en radio, prensa y televisión. Nos quieren pintar el falso cuadro de un pueblo abnegado que sacrifica todo por su equipo. No nos cuentan los constantes insultos, el indomable acoso, el lanzamiento de líquidos semifecales, las lluvias de objetos casi contundentes, las invasiones a la cancha para penquear jugadores, etc.

- El toque fino

Que periodistas veteranos sigan con el cuento que lo propio del futbolista salvadoreño es la habilidad, el toque fino y a ras de piso, la picardía, etc., vaya y pase; pero que lo digan, escriban y repitan jóvenes recién graduados de prestigiosas universidades, ya es sintomático. Aquí, por la falta de adecuada fundamentación, prima el pelotazo y el patadón, la tarascada y el juego subterráneo. Cuenten cuántos pases buenos seguidos dan los equipos de la LMF y se darán cuenta.

- El indio cuscatleco

En tiempos de eliminatorias mundialistas, a falta de argumentos futbolísticos, siempre invocan a que debe aflorar el indio cuscatleco por aquí y por allá. Esto es contradictorio, pues reconoce implícitamente que no hay habilidad ni toque fino, sino la pura garra, el jugar con huevos, al límite de la constante extenuación, emulando las batallas -siempre perdidas pero literariamente enaltecidas- de aquellos indios pipiles que le pegaron un lanzazo en la pierna al conquistador español y los tuvieron en jaque no sé en qué tiempos casi imaginados. Claro: a la hora de los pencazos, el tal indio siempre acaba vapuleado.

- La rivalidad con México

Esa “enemistad producida por emulación o competencia muy vivas” sólo existe aquí en la Guanaxia Irredenta. No es recíproca. Los mexicanos quieren medirse y ser rivales con selecciones de gran envergadura. Su pleito en la zona de Concacaf es con los Estados Unidos. Nosotros somos, si acaso, un lugar ínfimo e incómodo donde hay que jugar de visita cada cierto tiempo, y donde pueden perder también cada tanto, al igual que en toda Centroamérica y el Caribe. No estamos en su liga, no somos el rival a vencer, no le damos sentido a su eliminatoria. A lo sumo, somos buenos golilleros.

- El pasado glorioso de los dos mundiales

El Salvador clasificó al Mundial 1970 porque México era local y tenía plaza fija. Con 7 goles recibidos sin anotar ninguno, fuimos, estuvimos y volvimos con un poco más de pena que de gloria. Luego, doce años después, volvimos a clasificar -casi de carambola- para ir a hacer el mayor ridículo mundialista en España 82. Pero esos dos eventos aún son descritos como “heroicas gestas deportivas” y a ellas se remite el imaginario colectivo, liderado por la prensa, para creer en un pasado grandioso. Hasta un documental hicieron.

Y mientras tanto, seguimos esperando que de la nada surja otro Mágico González que nos saque de la desgracia.

Ese es el mayor mito de todos.

lunes, 22 de junio de 2015

Cinco consejos docentes... por experiencia.

Just for the record y para efectos oficiales, he ejercido la profesión docente desde 1988, si bien con anterioridad a ese año tuve dos o tres experiencias que bien podría etiquetar como “de práctica y aprendizaje” y que, sin duda, también contaron a la hora de definir mi carácter y perfil profesional.

Mi trabajo ha sido principalmente en el nivel de educación secundaria (tercer ciclo y bachillerato) en instituciones escolares del sector privado, con jóvenes de edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, aunque ocasionalmente he tratado también con infantes de hasta 10 años. Tuve, además, una breve y subrepticia incursión como catedrático universitario no oficial (historia de la cual acaso me ocupe en otro momento).

Así pues, al momento de escribir esta entrada hay de por medio veintiséis años y medio de vivencias magisteriales, de las cuales algunas lecciones he sacado y no veo presuntuoso dar unas cuantas recomendaciones –“consejos”, si lo prefieren– que, ciertamente, no me enseñaron o muy poco me dijeron en la universidad. Claro, se basan en una experiencia particular, limitada, no universal, pero ojalá a alguien le sirvan tanto como a mí, para mejorar el día a día en el aula.

Aquí les van.

- Docente: tienes estudiantes mucho más listos que tú.

Si quieres, toma como parámetro el antiguo aunque hoy algo desacreditado coeficiente intelectual (CI). Estadísticamente, la mitad de la población es de inteligencia media (CI entre 90 y 110). Puede que tú mismo/a estés en este bloque. Hay una sexta parte cuya inteligencia está por encima de la media (CI entre 111 y 120) y casi un 10% llegan al nivel de “dotados” y “muy dotados” (CI 121 y más), así que seguramente tendrás dos o tres estudiantes así en tu aula. No quieras ser tú el más listo de la clase, aunque tu propio CI esté en este rango.

¿Y si tomas como referencia las inteligencias múltiples? Si quieres competir en este ámbito, perderás siempre. Acéptalo: hay estudiantes que te superan en inteligencia emocional, tanto como en habilidades físicas, manejo del lenguaje o capacidades lógico-matemáticas, unos aquí y otros allá.

A todos ellos/as, respétalos y gánate su respeto enarbolando y fortaleciendo aquello en lo que sí los superas y puedes guiarlos: tu madurez de persona adulta y tu dominio de técnicas de enseñanza-aprendizaje, en donde ellos mismos pueden colaborar con sus compañeros/as.

- Maestro/a: tu materia no es la más importante para tus estudiantes.

¿Amas la asignatura que impartes, colega? Te felicito. Tu materia es la más importante para ti. Pero de ahí a que creas que sea (o creas que deba ser) la más importante para tus estudiantes, hay un precipicio de distancia. No caigas en él.

A tus alumnos y alumnas tu materia no les interesa como a ti. Con suerte, habrá unos cuantos que se entusiasmarán genuinamente y querrán sacarle el máximo provecho, incluso puede que te encuentres con un chico o chica obsesionado con estos o aquellos contenidos, pero seguramente para la mayoría será una más dentro del pensum y quizá hasta haya quienes la detesten. No lo tomes como una afrenta personal.

Ahora bien: que esta certeza no te desanime sino al contrario. Imparte la materia con todo entusiasmo y procura contagiárselo a tus educandos, prepara las mejores experiencias educativas y anímales a dar lo mejor de sí, pero ten presente esta verdad en todo momento: cada quien tiene sus preferencias, prioridades, vocaciones y afinidades, y tu bendita materia puede que no ocupe un lugar preeminente en esa amalgama de circunstancias.

Eso sí: tampoco te hagas la víctima, que esa actitud es contraproducente y cae mal.

- Profesor/a: el tiempo para diseñar un examen inteligente es una sabia inversión.

Bien se puede afirmar que hay una relación inversamente proporcional entre el tiempo dedicado a elaborar una prueba escrita y el tiempo necesario para calificarla. En ocasiones, por falta de planificación y por la prisa, uno diseña exámenes a la ligera y luego, al momento de revisar, paga el precio con creces. Por el contrario, dedicar un buen par de horas para la elaboración de una prueba objetiva, pensando desde su génesis en los criterios de corrección e indicadores clave, suele facilitar muchísimo el siempre tortuoso momento de revisión.

- Mentor/a: las notas no son un forcejeo con tus estudiantes.

Es así de simple: pon la nota que cada quien haya sacado, conforme a las actividades asignadas y los criterios estipulados. No tienes por qué hacer de esto un pugilato entre tú y tus estudiantes. Reprobar a muchos tan solo para “demostrarles” que no saben nada solo pone en evidencia un ego enfermizo; considerar una afrenta que alguien lleve un diez en tu materia, “porque el diez es para el profesor”, ya ni se diga.

Pero tan detestables son las notas que se asignan con mezquindad como aquellas que se regalan "para caer bien".

Claro está que tus alumnos y alumnas pueden salir muy bien o muy mal en determinadas pruebas, pero eso nada debe tener que ver con tus estados de ánimo, mucho menos con aspectos de control puramente disciplinario dentro del aula o con un espíritu de abuelo bonachón. En cualquier caso, si las cosas van mal en cuanto a notas, tómalo como un indicador y busca soluciones de las causas, no de los efectos. Esa risa de villano de película ante los caídos en combate no te luce.

- Educador/a: no eres uno de tus estudiantes.

No eres uno de ellos, acéptalo, así tu diferencia de edad sea de tres o treinta años. Te puedes llevar bien con la juventú’, apoyarles cuando lo necesiten, incluso darles alguno consejo si te lo piden, pero no eres y nunca serás uno de ellos.

No puedes regresar en el tiempo y, si pudieras, definitivamente no serías su profesor/a.

Si tu condición física te lo permite, ocasionalmente puedes hasta jugar un partidillo informal de futbol o baloncesto, pero no eres uno de ellos.

Según hábitos y criterios culturales, puedes permitirles que pasen del trato de “usted” al de “tú” o “vos”, pero eso no te hace uno de ellos.

Tampoco eres amigo de ellos. Te pueden contar sus penas pero tú no se las puedes contar a ellos. Ya si en su edad adulta las circunstancias de la vida los hacen coincidir, puede que entonces construyas amistades con algunos de quienes fueron tus alumnos/as, pero mientras tanto, guarda una prudente distancia y no te creas uno de ellos. Nunca, ni en tu más extraviada imaginación.

¡He dicho!

miércoles, 10 de junio de 2015

Cinco zafadas típicas de funcionarios guanacos

Antes de pasar a la esperada enumeración, aclaro lo siguiente: cuando digo “típicas” no me refiero a que estas excusas, justificaciones o evasivas sean de uso exclusivo de personajes públicos de la Guanaxia Irredenta (pues varias de ellas están en el repertorio usual de la así llamada clase política en todas partes del mundo). El uso de tal adjetivo lo justifico por su acepción de “característico o representativo de un tipo”, en este caso el funcionario o funcionaria de por estos lares, como si antes de asumir un cargo de cierta responsabilidad en cualquier órgano del Estado, e incluso en instituciones no estatales, se hubiera memorizado un manual de defensas estándar para usar a discreción en caso de críticas, cuestionamientos o exigencias ciudadanas.

Dicho lo anterior, aquí les van, para su consideración. Las coincidencias con otros contextos aplican.

- Es culpa a la administración anterior

Esta táctica es antiquísima, una de cuyas versiones más populares es la leyenda de las dos cartas que Kruschev le habría entregado a Breznev en los sesentas. La diferencia esencial es que, en ese cuento, la descarga de la propia responsabilidad solo funcionaría una vez, mientras que aquí es permanente: desde el Ejecutivo y sus ministerios, pasando por curules, hasta la más remota alcaldía municipal del trozo de república en que vivimos… ¡todo es culpa de quien estuvo antes!

- Otros lo hicieron por años, ¿por qué nunca los criticaron?

En esta variante no se niegan descaradamente las deficiencias, faltas o errores actuales; sin embargo, se ocultan en la tradición, se justifican en la costumbre que se ha hecho ley, o bien, se minimizan en la comparación de que “antes era peor”. Con frecuencia, se acaba atacando a quien critica, acusándole de no haber tenido esa acuciosa actitud de fiscalización o reclamo en el pasado, no importa si esto es cierto o no. Trátase de una traicionera aplicación del principio ajedrecístico "la mejor defensa es el ataque".

- Es una campaña de desprestigio

Toda persona o institución que tenga o crea tener enemigos puede hacer uso de tal lema. Nunca nadie usó este estribillo de manera tan reiterada como los oficiales del ejército salvadoreño durante la guerra civil, para atajar acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Pero no fueron los únicos. Cuando se comenzó a hablar del tema, algunos jerarcas de la Iglesia Católica dijeron lo mismo sobre las denuncias de abuso sexual infantil, hasta que la evidencia les obligó a cambiar radicalmente de discurso. Incluso el tristemente célebre Pastor Enmotelado, líder de una importante secta evangélica, esgrimió este recurso falaz contra sus críticos (a quienes, en un noble gesto, perdonó en público por tales afrentas).

- Hay cosas más importantes en las que fijarse

Esta es la muy conocida smoke screen o “cortina de humo”, la cual obviamente solo funciona para problemas que puedan ser vistos (con cierta verosimilitud) como menores, triviales o insignificantes en comparación con aquel que se señala (o inventa) para desviar la atención; o bien, que este último despierte más morbo o cause más sensación que el primero.

Pese a lo burdo de la triquiñuela, es un recurso táctico altamente efectivo de cara a los propios seguidores, siempre dispuestos a ver y traer a cuenta pajas o vigas en ojos ajenos para disimular los propios. ¿Me cuestionan por nepotismo? ¡Digo que los periódicos no pagan impuestos! ¿Me protestan por despidos en mi administración municipal? ¡Descubro una clínica de abortos clandestinos! Y así vamos. Wag the dog no es cine de ficción.

- Esto requiere de una solución integral

Nada mejor y más elegante -diría que hasta intelectual- que hacer ver lo complejo de un tema y las múltiples causas a las que este obedece, para dar la impresión de que se está trabajando arduamente en su solución, ganar así tiempo y al final no resolver nada. La verborrea técnica puede alternarse con consideraciones de orden histórico y hasta antropológico, sin descartar nunca las teorías conspirativas y, por supuesto, las anécdotas más o menos impresionantes. Luego de semejante alocución, hasta el más crítico ciudadano acabará aceptando que ella o él mismo es parte del problema, casi se sentirá culpable y seguramente suavizará o se olvidará de reclamar a quien está al frente.

¿Quiere ejemplos con nombre y apellido? Esos se los dejo a usted, mi estimado(a).

miércoles, 3 de junio de 2015

Cinco cantaletas guanacas que ya aburren

Cantaleta: estribillo; voz o frase que por hábito vicioso se dice con frecuencia (diccionario de la RAE).

Gente que tiene a su alcance y disposición un micrófono en radio o televisión, así como columnas de opinión de periódicos y otros medios digitales en la Guanaxia Irredenta (y a cuya palabra se le da mayor peso en ese engañoso concepto de “opinión pública”) acostumbran prodigar cantaletas basadas en mitos, afirmaciones no solo sin fundamento sino en contra de evidencias rastreables con un mínimo de rigor y memoria histórica. Algunas son políticas, otras culturales y otras…

Dejo aquí cinco significativas, de las cuales particularmente ya estoy harto.

- Lo nuestro es el balón a ras de piso con toque fino

¿En serio se creen esa tremenda falacia? Cuenten cuántos pases seguidos logran dar los jugadores en un partido estándar de primera división y luego hablamos. ¿Ya vieron a cuántos metros le rebota el balón cuando uno de nuestros futbolistas recibe un pase largo? Dirán que esto es una virtud que se ha perdido. ¡Falso! Traten de ver (si lo resisten) los partidos de la Selecta en el Mundial España 82 y no hallarán más que jugadas sin ton ni son, en los poquísimos momentos en que el rival nos prestó la canica. Notables excepciones aparte (Mágico, Pájaro y Cienfueguitos, por ejemplo), el aclamado “buen trato a la pelota” nunca ha sido el estándar ni la orientación primaria del futbolista guanaco; antes bien, el patadón nos define mejor.

- Los veinte años de Arena

Allá por 2010 y 2011, cuando aún no se cumplían los dos primeros años de la presidencia de Mauricio Funes, culpar de todos los males nacionales a las dos décadas que el partido Arena gobernó el país era no solo obvio, sino hasta necesario (entre otras cosas, porque por eso perdieron las elecciones). Pero que lo hagan ahora, tras seis años de gobierno efemelenista y por boca de funcionarios estatales, es un mal chiste que ya ni para memes alcanza.

Y no es que pidamos que en tan corto tiempo (considerando el universo y sus distancias) se resuelvan todos los males, pero al menos alguna sensación de que se está en vías de arreglar desaguisados (y no crear nuevos entuertos) debería haber.

- El muy católico pueblo salvadoreño

La religión en El Salvador: católicos (46.8 %), evangélicos (34.6 %), otras (2.4 %), ninguna (16.0 %). Gracias al periodista Edwin Segura que tuiteó esta información, respaldado por LPG datos. No tengo más que añadir... o quizá sí: ¿ya contaron los que dicen ser pero no ejercen?

- Paz y trabajo antes de la guerra civil

Si a estas alturas del partido alguien no tiene clara la dimensión de esta falacia ideológica, es difícil que cambie de parecer aunque se lea tres o cuatro tratados históricos. Al status quo de opresión e injusticia que generó las condiciones para la insurrección armada de los ochentas no se le puede llamar una época de “paz y trabajo”… a menos que se compartan los intereses oligárquicos de la tristemente célebre Cruzada Pro Paz y Trabajo. Pero eso ya es otro pisto.

- Las buenas épocas del rock salvadoreño

Dicen que grupos como Los Supersónicos, Los Intocables, Los Mustangs, Los Vikings, Hielo Ardiente, Los Beats y otros tantos sesenteros han sido lo mejor que se ha producido por estos lares. Dicen también que sus voces líderes (Luis López “El Monseñor del Rock Salvadoreño”, Óscar Olano, Chamba Rodríguez, etc.) son leyendas vivientes.

No lo creo tan así.

Cierto que entre esas huestes hay músicos y hasta canciones notables, y los respeto, pero la mayoría de ellos vivía del cover, la adaptación local de éxitos foráneos de la época, llegando a hacer versiones en español que no tenían nada que ver con el sentido original de la canción.

¿De dónde sacaron ese absurdo “por qué llorar” donde va “don’t let me down”? ¿Qué tiene que ver el “¡oye lo que digo!” con Proud Mary? Por supuesto, hubo temas originales memorables, como Camino de Hormigas y otros dos que tres, pero tampoco exageremos.

Estimada generación anterior a la mía: no confundan sus recuerdos de adolescencia con la mejor época musical de la vida nacional. Otra cosa es que ese repertorio sirva como gancho para llevar gente a célebres chupaderos nostálgicos, pero allí ya son las heladas las que mandan.

domingo, 24 de mayo de 2015

Tres aserciones ineludibles al venerar a Romero

Monseñor Romero ya es beato de la Iglesia Católica, lo que representa un reconocimiento institucional a su vida y obra. Él es un santo que trasciende los límites del catolicismo, pero ¿sabemos quién fue realmente Monseñor Romero y cuál la importancia de su palabra? ¿No estaremos distorsionando, edulcorando o manipulando su figura para hacerla compatible con nuestras necesidades ideológicas? ¿A cuál versión de Romero nos acogemos?

A mi modo de ver, hay tres aserciones históricas imprescindibles, implicadas necesariamente en cualquier manifestación de veneración a Monseñor Romero, sea desde el punto de vista creyente o en un sentido laico humanista más amplio. Sin ese conocimiento, sin tales certezas, el Romero al que decimos admirar será otro quizá imaginado y cómodo, pero sin sentido, jamás real.

Veámoslas.

- Denunció la represión de la derecha oligárquica

Monseñor Romero fue “la voz de los sin voz” porque, desde su postura de liderazgo como pastor, denunció la criminal represión del ejército, los cuerpos de seguridad estatales (policía, guardia y la de hacienda) y los nefastos escuadrones paramilitares (UGB, Brigada Maximiliano Hernández Martínez, etc.) contra los opositores o sospechosos de ser opositores políticos del régimen militar de la época, al servicio de la derecha oligárquica.

Esta represión incluyó amedrentamientos, atentados, cárcel, torturas y asesinatos sistemáticos contra obreros y campesinos organizados en sindicatos y comunidades, pero también contra sacerdotes y monjas a quienes se acusaba de comunistas. De igual modo, hubo víctimas que nada tenían que ver con las organizaciones de izquierda.

Prestar oídos a los centenares de denuncias, ofrecerles apoyo a través del Socorro Jurídico del Arzobispado y denunciar públicamente estos atropellos en sus homilías dominicales fueron acciones valientes de un hombre sensible y justo que, a pesar de las constantes amenazas, mantuvo hasta el final de sus días.

Pretender honrar a Monseñor Romero mientras se niegan, distorsionan o soslayan las graves circunstancias en que le tocó ejercer su labor pastoral es una contradicción insostenible, tanto como seguir enarbolando el ideario que instigó y celebró su asesinato.

- Se mantuvo a distancia de la violencia insurgente

Sí, señoras y señores: Monseñor Romero también condenó los actos de violencia de la naciente guerrilla, si bien supo distinguir entre la violencia de agresión y la violencia en defensa propia. Pero no, mis estimados y estimadas: Monseñor Romero jamás anduvo agitando a las masas para que se insurreccionaran violentamente.

Esa canción popular de la izquierda que dice ♫ “Monseñor, tu verdad / nos hace marchar / a la victoria final” ♫ es uno de tantos usos políticos de su figura, una pancarta para fines particulares. No nos engañemos: la “victoria final” es un concepto político-militar que siempre enarboló la guerrilla.

Otra cosa muy distinta es que él animara a la gente a recuperar su dignidad y exigir sus derechos. ¿Y si la valentía en la denuncia hecha por Óscar Arnulfo Romero, así como su magnicidio, inspiró o convenció a muchas personas de que la única opción posible era la lucha armada...? Sí, puede ser, pero esas son decisiones personales que cada quien toma a partir de sus circunstancias concretas. En ninguna homilía, carta pastoral, diario, prédica ni emisión radiofónica van a encontrar fundamento para las acusaciones (o reivindicaciones) de “agitador de masas” o “revolucionario” que le endilgan unos y otros.

- Fue fiel al cristianismo posconciliar

Disculpe si usted cree que la doctrina cristiana, específicamente católica, ha sido y sigue siendo única, universal e inmutable. Lamento decepcionarle: no es así. Una mínima investigación histórica le revelará que en diversos contextos la Iglesia Católica ha asumido roles diversos e incluso contradictorios.

Antes del Concilio Vaticano II, la Iglesia era aliada del poder y, en El Salvador específicamente, de la oligarquía agroexportadora. Su papel consistía en legitimar el status quo, bendiciendo el sufrimiento como garantía de que en la otra vida los pobres serán los primeros. La pobreza y todos los males humanos en este valle de lágrimas eran voluntad de Dios, rebelarse contra la autoridad terrenal terrenal era también rebelarse contra lo que Dios mismo había instaurado.

Religiosos contemporáneos de Romero formados en esa línea anacrónica -y que, a diferencia de Óscar Arnulfo, fueron incapaces de abrir su inteligencia y sensibilidad a los signos de los tiempos- se le opusieron fuertemente.

Después del Concilio Vaticano II y las conferencias episcopales de Medellín y Puebla, el giro fue radical. Si hay pobreza no es porque Dios así lo quiera, sino por el pecado social cometido por el ser humano al organizar la sociedad en beneficio de unos pocos. La dignidad humana no puede ser sólo espiritual ni ultraterrenal, sino también material, lo cual pasa por tener condiciones dignas de existencia. Esto obliga a revisar las estructuras sociales injustas y a transformarlas en beneficio de las mayorías excluidas.

Esta prédica no es, pues, una desviación de la Doctrina Social de la Iglesia, sino su pura y llana aplicación en una realidad concreta. Es cierto que la Teología de la Liberación (que ni es lo mismo ni es igual) fue bastante más allá y asustó a la propia jerarquía eclesiástica, llevando a su condena, pero si Monseñor Romero actuó como actuó no fue por “liberacionista”, sino porque supo escuchar el clamor de los oprimidos.

Con su beatificación, la Iglesia Católica reconoce la fidelidad doctrinaria de Romero a esa línea eclesial, pero también de sacerdotes como el jesuita Rutilio Grande y otros muchos asesinados en aquella época, bajo la acusación de ser comunistas. No se puede venerar a Romero como excepción o desviación de esta línea doctrinaria esencialmente cristiana.



sábado, 23 de mayo de 2015

Cinco estampas de la beatificación

Concluyó la ceremonia de beatificación de Monseñor Romero y de casi nada más se habló en el país durante la mañana del evento. Me llaman la atención cinco estampas que, de una u otra forma, reflejan la idiosincrasia del pueblo salvadoreño (para bien o para mal, usted evalúe). Helas aquí.

- Un halo solar… ¿milagroso?

A media mañana, coincidiendo con la inscripción de Romero en el libro de los beatos, se produjo un fenómeno natural bastante común, el "halo solar”. Como era de esperar, el pensamiento mitomágico de la población vio allí una señal divina.

Quien es creyente, ve milagros en lo que para los escépticos/as es solo una coincidencia, por lo que es prácticamente imposible convencerle de lo contrario.

Más allá de proseguir un debate sin claro puerto de llegada, me preocupa que la beatificación se convierta en un ritual demasiado cargado de elementos sobrenaturales, desencarnado de esas cosas del “más acá” que merecieron la atención del amado pastor.

- Una innecesaria cadena nacional

Faltando tres minutos para las diez de la mañana, un llamado a cadena nacional de radio y televisión interrumpió la transmisión en vivo del evento por parte de las estaciones de la Telecorporación Salvadoreña (TCS) y los demás canales que libremente retransmitían esa misma señal. Una vez establecida, la cadena procedió… a transmitir en vivo el evento por todas las radios y televisoras del país, así como los servicios de cable.

Sin la cadena, en cualquier rincón del país se podía sintonizar la ceremonia, con no menos de siete canales de alcance nacional disponibles. La cadena fue, en términos de cobertura geográfica, completamente innecesaria; pero en un sentido ideológico, fue incluso irrespetuosa para quienes sus creencias y sensibilidades (políticas y religiosas) les mantienen a cierta distancia de la figura de Romero. Respeto quiere respeto.

- ¿La descendencia "maldita"?

Una hora antes del inicio de la ceremonia, se vio a Roberto D’aubuisson hijo, alcalde de Santa Tecla, haciendo acto de presencia en el evento. La foto se volvió viral en redes sociales, con todo tipo de injurias para el hijo de quien la vox populi y la Comisión de la Verdad señalan como autor intelectual del magnicidio de Romero.

Repito, por si no se captó bien: “injurias para el hijo” del señalado.

No entiendo: son cristianos, predican el perdón y la reconciliación, están contra el racismo y la discriminación, se hacen llamar "progresistas"... pero atacan ferozmente a una persona a causa de las acciones atribuidas a su padre. ¡Arreglados estamos!

- Selfies en misa

No pocos clérigos regañan a sus feligreses por estar pendientes del smartphone durante las misas. Pues bien: en esta ocasión, pudimos ver a buena cantidad de sacerdotes haciéndose fotos durante la ceremonia y muy concentrados en mensajear a través de sus dispositivos. Comprendo la emociòn del momento... pero luego que no se quejen de estas costumbres populares.

- "Allá en el rostro de la Patria..."

No había terminado la ceremonia cuando Otto Meza, un genial caricaturista local, publicó esta imagen, a la que no cabe añadirle más palabras.

¿Qué tal eso?

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Posdata: sobre el significado de este reconocimiento institucional, está mi publicación anterior "Un santo más allá del catolicismo".

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Carta a los Reyes Magos

Estimados Reyes Magos:

Reciban un atento saludo desde la Guanaxia Irredenta.

Es la primera vez que les pido algo, pues mis cartas de infancia iban dirigidas a Santa Claus; sin embargo, como he leído en redes sociales que esa costumbre es imperialista, alienante o hasta satánica, mejor me atengo a la tradición de sus regalos, pese a que encuentro alguna contradicción en eso del oro.

Pero no nos metamos en berenjenales religiosos y pasemos a mi wish list.

Son diez regalitos, pero no vayan a creer que ando de abusivo. Lo que sucede es que a uno se le abre el apetito si a la par están comiendo, y uno ve y oye que las cosas solicitadas se les dan a ciertas personas por estos lares. Digo yo que nada se pierde con caer en el vicio de pedir, allá ustedes cómo administren la virtud de no dar.

Así pues, para el próximo año me gustaría lo siguiente:

Una columna permanente en un periódico de gran circulación, para publicar como si fueran temas de interés nacional las efusiones más febriles de mis íntimos fanatismos religiosos y políticos (o sus respectivas antítesis).

Un cargo de concejal en un municipio donde yo pueda autorizar eventos extremos (algo así como la versión tecleña de "Fast and furious"), aunque no esté facultado por la ley para hacerlo y sin que me quite el sueño la seguridad ciudadana, sólo para cumplir mis caprichos o los de mis cheros.

Un juez (en lo posible, con nombre de marca de jeans) que me garantice arresto domiciliario y permanentes controles de salud institucionales, en el nefasto e improbable caso de que se me acusare de algún delito que, por supuesto, declararé solemne y sonriente no haber cometido jamás.

Un look de chico guapo, mesiánico y que enamore multitudes con un discurso inspirado en Arjona, Coelho y Gloria Estefan. No incluyo en el combo “la boda del año” porque la mía fue hace muchos años y no fue parte de ninguna campaña polìtica.

Un grupo de patrocinadores para un documental (de preferencia, trilogía fílmica) sobre hechos históricos, presentados a mi conveniencia ideológica pero haciéndolo pasar por objetivo y equilibrado, a ver si así logro engancharme a alguna gente incauta.

Un hábito de ahorro tan constante y disciplinado como el de un diputado que, sobre esta base, pudo comprar en efectivo unos terrenitos de una institución estatal, que se los dio en rebaja “por ser usted”.

Una imaginación retorcida y truculenta como la del candidato que no ganó la presidencia, para escribir libretos de conspiraciones y fraudes electorales, con testigos falsos y encapuchados incluidos. Con suerte, tal vez algún productor de teleseries baratas o películas "B" las lleva a la pantalla.

Una expresión histriónica, desorbitada e indignada, como la de aquel joven plagiario literario cuando se defendió, atacando con su supuesta performance artística.

Un redondel, calle, auditorio, cuartel, monumento o parque al que pueda bautizar con el nombre de algún personaje siniestro de nuestra historia, sólo por molestar.

Y por último, un bajo perfil público, como de expresidente a quien todos quieren olvidar, pues no ha de ser ninguna gracia que a uno le anden ventilando sus intimidades, menos si son de aquellas que... ve'á.

Atentamente,

RFG

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Posdata: si no se puede nada de lo anterior, aunque sea regálenme un banner como el de Bonner.

sábado, 18 de octubre de 2014

Cinco habilidades casi perdidas

El mundo cambia, la tecnología avanza y los hábitos humanos se modifican. Unos dirán que es progreso material y otros, por el contrario, resentirán el presunto retroceso del espíritu humano, según sea la perspectiva.

Comoquiera, hay ciertas habilidades y destrezas que están en claro proceso de desaparecer casi por completo debido al desuso, a que ya no se consideran necesarias porque hay aparatos omnipresentes que resuelven mejor el mismo problema, o al cambio de circunstancias y contextos.

Helas aquí, no sé si con solo afan descriptivo o con alguna nostalgia.

1. Teclear de modo ortodoxo

Ya en la época de la máquina mecánica de escribir había una expresión que aludía a las personas que no tecleaban correctamente en el qwerty (es decir, usando todos los dedos en las teclas asignadas, con la capacidad de hacerlo sin ver el teclado): uno se mofaba de ellas diciendo que escribían “a picapollo”. Con la transición a los teclados de computadora, la prescripción ortodoxa no cambió, pero la irrupción de los teclados táctiles de tablets y smartphones es otra cosa: la manera más cómoda de escribir –y, a menudo, la única manera- es usar sólo el dedo índice de la mano dominante. Y ya con la tecnología de reconocimiento de voz, ni qué decir.

2. Ordenar alfabéticamente

Buscar una palabra en un diccionario manual o un nombre en el directorio telefónico requería de esta habilidad. Hoy el diccionario y los lugares se hallan fácilmente en la web, mientras que el directorio impreso de personas ha desaparecido, quedándonos sólo con la sección de “páginas amarillas”. Cualquier programa de procesamiento de texto o datos tiene la función de ordenar alfabéticamente. El único orden que deberemos saber es que la a va antes que la zeta.

3. Sumar y restar mentalmente

No hablemos de las tablas de multiplicación o de la operación de dividir. Pensemos en sumas y restas de cantidades sencillas, cotidianas. Pague una cuenta de $7.50 con un billete de $10.00 y nadie sabrá que el cambio es de $2.50 a menos que acuda a la omnipresente calculadora, ya sea de escritorio o en su teléfono celular (que hay más aparatos que personas). Y si es con tarjeta de crédito, olvide la necesidad de cualquier cálculo, que en ese caso el cargo va directo, sin vuelto.

4. Memorizar números de teléfono

¿Se sabe los números de teléfono de sus contactos frecuentes? Yo no. Y la agenda de mi teléfono celular tampoco me lo recuerda, pues lo que me muestra siempre es el nombre. El colmo es que usted no se sepa su propio número de teléfono.

5. Encontrar direcciones por sí mismo(a)

El diseño ortogonal con que fueron construidas nuestras ciudades facilitaba mucho encontrar una dirección, pero entonces vinieron las nominaciones honoríficas: la 5ª calle oriente pasó a llamarse “Calle Don Fulanito de Tal” y la 8ª avenida sur fue bautizada como “Doña Sutana Menganita”. Después, las urbanizaciones de nombres elegantes con calles nombradas como flores, mares, océanos, volcanes y lagos, sin orden alfabético ni numérico. Si usted no conoce el sitio, tiene que hacer referencia tras referencia a lugares, marcas y rótulos. Haga la prueba pidiendo una pizza a domicilio.

sábado, 4 de octubre de 2014

Cinco consejos funerarios

Hasta el momento, he estado en seis funerales de familiares cercanos: tres de ellos durante la adolescencia y temprana juventud (1979, 1983 y 1986) y los otros en la plena adultez (2008, 2012 y 2014), además de unas cuantas velaciones significativas. Asumo que estaré en otros más, antes de llegar al mío propio.

Algunas muertes fueron muy duras de aceptar por lo inesperadas; en otras, en cambio, ya había conciencia de que podía suceder en cualquier momento y eso, de alguna manera, permitió mayor ecuanimidad.

Durante esas experiencias he visto una amplia gama de dolientes, cada quien con sus reacciones aprendidas o espontáneas: desde el llanto inconsolable, con gritos incluidos en los momentos críticos, hasta una extraña tranquilidad que asombra a quienes van a dar el pésame, en ocasiones más compungidos que el propio familiar.

En cuanto a las ceremonias, el recuento es disímil: desde caóticas hasta muy organizadas. Unas se quedaron solo en lo religioso mientras que otras incluyeron componentes artísticos, filosóficos, políticos o de cualquier otra índole. No faltaron las intervenciones oportunas ni tampoco las impertinentes, así como los imprevistos y situaciones incluso rocambolescas (como descubrir que el ataúd no cabía en el nicho).

Personalmente, he vivido distintos roles y protagonismos: en unas ocasiones contemplativo, en otras participativo; con respetuoso silencio unas veces, o dando extensas palabras de ánimo en otras; generalmente racional y en control de mí mismo, aunque en dos situaciones particulares estuve hundido en un dolor incontrolable.

Desde la experiencia evocada en las líneas anteriores, junto con mis creencias y conocimientos previos, me permito formular cinco recomendaciones funerarias para que, cuando le toque, sus ceremonias transcurran de la mejor manera posible y no generen recuerdos desagradables. Helas aquí, tómelas por el lado amable.

* * *

a) Tenga claro que el funeral es un homenaje a quien en vida fue el difunto/a. En ese sentido, oriente la ceremonia de manera tal que enfatice y se hable principalmente de esa persona, de sus aportes y del mejor recuerdo posible que le va a quedar a sus deudos. Aunque el componente religioso esté presente, este debe ser maduro, sobrio, sano e incluyente. Es de mal gusto usar de excusa al fallecido/a para hacer proselitismo religioso, debates sobre rituales y dogmas, especulaciones acerca del cielo y del infierno, lanzar dardos de exclusión contra quienes no comparten esas creencias, etc. Lo mismo vale para los temas políticos, morales u otros que generen divisiones.

* * *

b) Organice con racionalidad las intervenciones habladas y seleccione con sano criterio a los familiares y amigos que los tendrán a cargo, tanto en la velación o en el cementerio. No ponga a hablar en público a personas cuyo dolor esté fuera de control y nuble o bloquee su capacidad de expresarse con fluidez, eso no es justo para nadie. Cuídese mucho de los espacios para intervenciones espontáneas tipo “si alguien quiere decir algo, ahora es el momento”, pues hay quienes saben cómo comenzar pero no cómo terminar; dado el caso, ponga un tiempo razonable por turno y pida –con amabilidad asertiva- que se respete ese límite (a menos que quiera una ceremonia interminable y desesperante).

* * *

c) Por mucho dolor que haya de por medio, un funeral siempre requiere de diversos trámites que deben realizarse en un tiempo limitado, así como de muchos pequeños detalles de organización; por eso, siempre debe haber personas lúcidas, en pleno uso de sus facultades, que se encarguen de ellos. Procure, entonces, ser usted una de esas personas: ofrézcase, póngase a la orden, ayude, no regatee esfuerzos, no sea bulto.

* * *

d) Aproveche la convocatoria para reforzar sus relaciones fraternales y familiares. Si hay amigos y parientes que hasta ese momento se han dejado ver, luego de muchos años de olvido y alejamiento, no les salga con recriminaciones y recíbalos con un abrazo, sin indirectas ni ironías. De la misma forma, comprenda y no guarde resentimientos si alguna persona que usted esperaba ver allí no pudo o no quiso llegar. Haga que esa muerte sirva para mejorar todas esas relaciones sobre las que se construye la vida, que -como ve- es finita.

* * *

e) Incluya en su presupuesto hogareño un seguro funerario acorde a sus posibilidades, mejor si es en cuotas (porque cada abono le dice al oído “recuerda que eres mortal”). Piense, ubique y pregunte dónde enterraría o cremaría a un difunto/a suyo. Una persona a quien la muerte de un familiar le pilla sin ninguna previsión en este sentido es fácil víctima de usureros, y al dolor por la pérdida se suma la desesperación y angustia de un trámite que pende sobre su psique como espada de Damocles.



domingo, 31 de agosto de 2014

Entonces lo supe

DIEZ PERLAS DE SABIDURÍA EMPÍRICA EN 140 CARACTERES O MENOS

Supe de la gratuidad de las leyes de tránsito cuando le pusieron otra esquela a aquel motorista de microbús con US$3K en multas sin pagar.

Supe (o recordé) cómo se fragua la cultura nacional tras leer la gran sacada de trapos sucios a la Bailarina, cortesía de la Escritora.

Supe de nuestra vulnerabilidad política cuando endiosamos y le dimos el poder a un magnífico lanzador de críticas... por esa sola virtud.

Supe de la altura intelectual del público ilustrado cuando pidieron bajar el volumen a músicos de trova y poesía, para platicar a gusto.

Supe el estado real de la fe popular cuando el vecino no firmó la queja contra el ruido del culto porque no quería que Dios lo castigara.

Supe los criterios de la prensa especializada cuando declararon "Hacer nuestro el universo" la mejor canción nacional de todos los tiempos.

Supe en qué se habían convertido los programas de análisis al ver al Pornoabogado como panelista consuetudinario.

Supe que la literatura jamás volvería a ser fuente de orgullo nacional cuando vi a adolescentes leyendo fascinados "El asco", de H.C. Moya.

Supe que no estamos en ruta a otro Mundial cuando, 25 años después, aún hablamos del Mágico como si fuera nuestro mejor jugador activo.

Supe que la civilización había dado un paso atrás cuando "Ingrata", de Café Tacvba, era cantada a gritos por multitudes juveniles.

domingo, 18 de mayo de 2014

De tradiciones perniciosas

Es peligroso valorar positivamente actos y comportamientos por el solo hecho de ser "tradicionales" o nada más porque forman parte de la idiosincrasia, transmitida de generación en generación. Un sano juicio crítico debe aplicársele a cada circunstancia, viendo si hay algún sentido en continuar con aquello que se dice tradicional o es mejor abandonarlo en el más lejano rincón de un cofre de recuerdos destinados al olvido.

Para visualizar mejor el tema, analice usted -como padre de familia- si está en disposición de seguir estas tradiciones en cuanto a la educación de sus hijos:

- Al niño/a tierno enfermo, llévelo al curandero para que le saque a fuerza la mollera.

- Al cipotío/a travieso, hínquelo en maíz, después de la respectiva penqueada, cuando cometa alguna falta.

- Al bicho adolescente, llévelo a una casa de putas para que “lo hagan hombre”.

¿Ajá…?

domingo, 4 de mayo de 2014

A la altura de las circunstancias

Ya sea que usted tenga años como ciudadano/a virtual de Facebook, Twitter, blogs y sitios web, o bien acabe de comenzar sus pasos por las redes sociales virtuales, échele un ojo a este decálogo que me envió Al Phil, un tipo que dice ser gran conocedor del alma cuzcatleca. Según el remitente (quien no aclaró si lo elaboró él mismo o lo recopiló de otros sitios), siguiéndolo escrupulosamente usted estará siempre a la altura de las circunstancias en el ciberespacio de la Guanaxia Irredenta.


Decálogo del internauta guanaco

* Por Al Phil

1. Luzca radical.
Aquí no valen ni los análisis mesurados ni el equilibrio de pensamiento. Sea más revolucionario que Farabundo, más papista que el papa, más hippie que si hubiera sido concebido en Woodstock, más anticomunista que el extinto mayor D’aubuisson, más marihuanero que Bob Marley, más feminista que la Frida y la Simone enredadas en un cuadro surrealista, más anti-imperialista que Fidel y Hugo, más recalcitrante que los editorialistas de El Diario de Hoy... en fin, ya me entiende.

2. Sea indulgente con la ortografía.
Si le molestan los errores de escritura ajenos -sean ortográficos, de puntuación, de signos o gramaticales- sufrirá lo indecible en silencio; pero si se atreve a corregirlos aunque no sea en público sino en privado, caerá mal y recibirá insultos por respuesta. Eso sí: no vayan a ser suyos los errores, porque recibirá palos virtuales de todos lados.

3. Admire la fanfarronería.
Las comunidades virtuales SV están llenas de analistas más agudos que Descartes, revolucionarios/as de la talla del Che que condujeron procesos históricos, viajeros ante quienes palidece Marco Polo, músicos y poetas geniales pero incomprendidos, historiadores a cuyo lado Herodoto es un aprendiz, parejas más unidas en intenso y eterno amor que Romeo y Julieta (antes de matarse), etc. Compréndalos: estas humildes personas necesitan su atención y, sobre todo, muchos “likes”.

4. Esconda su identidad tras la imagen de sus bebés.
Ya sea que usted use una cuenta con su propio nombre o con un seudónimo, ponga como foto de perfil a su hijo/a, de preferencia si están muy pequeños y no pueden protestar. Ojo: no se ponga usted con su hijo/a, sino a la criatura sola y de ser posible con acercamiento al rostro. Así nadie dudará del amor filial y, de paso, nos confundirá a todos.

5. Publique para su audiencia al otro lado del mundo.
Si acaba de temblar, ponga “tembló”; si está lloviendo, “llueve”; si hace calor, “¡qué calooor…!”; si hubo gol en el partido que todos estamos viendo, “¡goool…!”; y así por el estilo, no importa que aquí nos hayamos dado cuenta desde la realidad misma, mejor que quede constancia.

6. Insulte en cuanto pueda.
Si piensa comentar y contestar “posts”, noticias, tuits y demás, olvídese del lenguaje respetuoso y de la persuasión estratégica: déjese ir de una vez con epítetos estándar como “cerote” y “pendejo”, con sus respectivas variantes femeninas y plurales. Ya si quiere presumir de su amplitud lingüística, puede intentar algunos artificios más complicados, que no ponemos aquí para no echarle a perder la vena creativa.

7. Sepa que Dios habita en la web.
Si usted ora en silencio, aunque brote sinceramente desde lo más íntimo de su corazón, el mensaje probablemente no llegará al destinatario; por eso, publique sus oraciones (peticiones, agradecimientos, etc.) en internet, que de esa manera es mucho más probable que Dios las atienda. De paso, todos sabremos que usted es una persona religiosa y bendecida.

8. Muestre a sus mascotas.
Es la mejor manera de ganar popularidad. No se preocupe si las fotos le quedaron borrosas, movidas o mal encuadradas: las mascotas en sí ganan muchos más “likes” y comentarios positivos que cualquier otra cosa sobre la faz del planeta. Si le puede añadir descripciones creativas como “mi bebé”, mejor aún.

9. Créaselo todo.
“Papanatas” es una “persona simple y crédula o demasiado cándida y fácil de engañar”; entonces, sea papanatas, confíe y crea en todo lo que está publicado en internet. Comparta y reenvíe cuanta historia absurda, falsa o inverosímil llegue a su muro o bandeja de entrada. ¿Para qué analizar el contenido? ¿Para qué verificar fuentes fiables? ¿Para qué validar la información? ¡Qué va! Si está en internet, es porque es cierto.

10. ESCRIBA TODO EN MAYÚSCULAS.
OLVÍDESE DE MANEJAR APROPIADAMENTE LA TECLA “SHIFT”, QUE DE ESA MANERA TENDRÁN MÁS FUERZA SUS PLANTEAMIENTOS Y DEJARÁ CLARO QUE ESTÁ HABLANDO CON ÍNTIMA CONVICCIÓN, GRANDES ASPAVIENTOS Y TODA LA RAZÓN DE SU LADO.

Posdata: ante el clamor de "¡otra, otra!" por parte del respetable, el autor envió un par de normas adicionales, que de igual forma tampoco alteran la condición de decálogo, según la definición del mataburros. Helas aquí.

- Ponga sus conversaciones privadas en público.
No use el "chat" ni el correo electrónico, mucho menos mensajes privados, que dan mucha lata; para eso, es más fácil y rápido conversar con su interlocutor en el espacio destinado a comentarios o a través del Twitter, usándolo como si fuera servicio de mensajería, con la ventaja de que así todos nos enteramos.

- Sea misterioso y enigmático/a.
Ponga frases que despierten la curiosidad (p.ej.: "¡Basta, ya no soporto más!"), pero no dé ninguna pista y evada todas las preguntas que le hagan sobre qué exactamente le está pasando".

jueves, 13 de marzo de 2014

"Posts" poselectorales

FMLN: 50.11%
Arena: 49.89%


© Caricatura de Alecus.

Se está configurando el escenario más feo: que la diferencia sea tan pequeña como para sostener la no aceptación del resultado por parte del que pierda, con lo que se vendrían semanas de protestas interminables. ¡Voto a la prudencia!

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Agenda para el próximo mes: unos, pidiendo abrir urnas y proceder al recuento voto por voto; otros, que no, que así está bien. Y mientras tanto, los problemas del país seguirán tirados...

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No me extraña el discurso pleitista de Norman, pero si hubiera sido al revés, creo que Sánchez Cerén habría dicho prácticamente lo mismo. ¡Qué pena!

* * *

De acuerdo con que se cuente "voto por voto" si es necesario, aunque se tarden un mes. Ambas fórmulas presidenciales deben comprometerse públicamente a aceptar el resultado final que dé el proceso, especialmente la de Arena, cuyo candidato, en un arranque de insensatez, invocó a la Fuerza Armada para que interviniese (golpe de estado).

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A la espera de que el escrutinio final lo haga oficial, y pese a las resistencias y berrinches que aún persisten en la oposición, pienso que el gane del FMLN es preferible así, ajustado y no holgado, pues eso frena el triunfalismo (que ya quisieran algunos/as exacerbados) e impone prudencia en su proceder.

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De la memoria histórica: en 1984 Arena perdió la elección presidencial por casi 100,000 votos. Recuerdo claramente que entonces dijeron -y aún hoy siguen diciendo- que hubo fraude, aunque sin lograr demostrarlo. Treinta años después, la pérdida puede ser por apenas 6,000 votos. Me pregunto si la actitud será diferente.

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A la petición de nulidad y de nuevas elecciones, por parte de Arena, le faltó añadir esto: "y en caso de tampoco ganarlas, que el TSE las repita una y otra vez hasta que logremos un resultado favorable". Si fueran niños jugando al "gol del gane" en los recreos de colegio, vaya y pase, pero este berrinche es impropio de gentes que se autodenominan "dirigentes" políticos.

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Hasta ayer, Arena pedía conteo voto por voto, pero hoy claman por anular la elección, aduciendo irregularidades que no son de actas, sino de situaciones externas e incomprobables (a juzgar por las "pruebas": rumores, grabaciones dudosas, dicen que dicen, etc.). Da la impresión de que su objetivo no es aclarar el proceso sino deslegitimar el resultado.

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Norman Quijano y sus patrocinadores han convertido lo que pudo ser una "derrota con sabor a victoria" en una "derrota con sabor a derrota", exacerbando la frustración de su militancia más fiel y, con ello, abonando reacciones violentas que, ciertamente, no necesitamos.

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Vean la descarada postura partidista de LPG La Prensa Gráfica en su primera plana (edición impresa): "Denuncian 20 mil votos dobles". Amplifican una afirmación basada en especulaciones (que en su misma nota periodística se revela sin fundamento -> http://bit.ly/1cV0Jwn ), propagando la tesis de fraude y deslegitimación de las autoridades legalmente constituidas.

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Si FMLN hubiera perdido por pocos votos, ¿estaría ahora mismo agitando a las masas en las calles? Quizá, tal vez, es un escenario hipotético probable... pero puramente especulativo; en cambio, el berrinche de Arena es totalmente real, penoso y peligroso.

Posdata: Un saludo para las casas encuestadoras de la Guanaxia Irredenta: si yo dirigiera una como las de ustedes, después de esta elección la cierro y mejor invierto en cultivo y venta de mangos verdes.