sábado, 20 de septiembre de 2025

Propuesta para Premio Nacional de Cultura: Julio Yúdice

El Ministerio de Cultura ha publicado las bases para el Premio Nacional de Cultura, edición XXXVI, dedicado a radio y televisión, personaje de influencia cultural. El alcance de este galardón abarca a “actores, actrices, presentadores y locutores salvadoreños/as cuya trayectoria en radio y televisión se haya distinguido por la creación, interpretación y sostenimiento de personajes que han marcado profundamente el imaginario colectivo salvadoreño”.

De acuerdo al documento oficial, “reconocer estos personajes es valorar su capacidad de conectar con generaciones enteras a través de la actuación, locución y animación. su papel en la construcción simbólica de la identidad nacional, su contribución a la crítica social, el humor, la pedagogía y la representación cultural por medio de los medios masivos”.

Dentro de los requisitos establecidos está “que su labor artística haya tenido influencia sostenida en la cultura popular salvadoreña, mediante programas, series, radionovelas, comedias, segmentos educativos o de entretenimiento” y “que con su trabajo hayan contribuido a la memoria colectiva, la reflexión social y la formación de públicos, además de haber inspirado a nuevas generaciones”.

Desde mi perspectiva, no se me ocurre alguien más apropiado para recibir el galardón que Julio Yúdice, conocido y reconocido por sus personajes de comedia Tenchis Céliber y Tula Altacasa. Ambas son caricaturizaciones de dos estratos sociales: una, la Tenchis, refleja a la mujer salvadoreña de escasos recursos económicos, con su idiosincrasia y lenguaje propios de una cultura de exclusión social y educativa, pero de carácter fuerte, valiente ante la adversidad y sin renunciar a la esperanza; otra, doña Tula, encarna a ese sector que en un tiempo se llamó la “pequeña burguesía”, una mujer de clase media alta, acomodada sin llegar a la opulencia y, por lo tanto, con ínfulas de grandeza, presumida y altanera, sin poder ocultar cierto arribismo y muchas veces rozando el ridículo.

Tenchis y Tula son una dicotomía genial. Yúdice las ha interpretado por décadas, con realismo pero también con bondad, disparando con sutileza y humor su crítica social a modos y costumbres, que no todos suelen ver (y me refiero a medios, prensa y espectadores), todo ello desde una asombrosa capacidad de observación e interpretación.

Por todo lo anterior, hago pública mi propuesta de que la edición XXXVI del Premio Nacional de Cultura se le entregue, merecidamente, al artista de la comedia Julio Ernesto Hernández Yúdice.

Espero que sea retomada por las instituciones correspondientes, para que la presenten con toda formalidad.

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