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Las novelas y series policiales me vienen como otras rachas de adicción (me recuerdo hace unos diez o quince años devorando libros de Agatha Christie, sorprendentes pese a la repetición de la fórmula). Es así como emprendí una frenética búsqueda de “el mejor” episodio de la legendaria serie de televisión “Columbo”, con la ineludible tarea de verificar por mí mismo la justeza de los juicios.
Según la votación de Imdb.com, el mejor de todos es “
Try and catch me” (1977), con una remarcable nota de 7.8 de 10. De trama interesantísima, tiene momentos memorables y la línea final es como la conclusión de una sinfonía; no obstante, yo no le daría el máximo galardón porque es una “meta-novela”, es decir, un guión detectivesco en donde la protagonista es una escritora de novelas detectivescas, que es como hacer una canción sobre las canciones o un poema a la poesía, aparte de un par de detalles cuestionables en el argumento (el tiempo necesario para asfixiarse en un pequeño cuarto y el enorme e innecesario riesgo de confiarle la prueba definitiva a la asesina).
En el sitio especializado http://columbo.freeukisp.co.uk/ la lista del “top ten” la encabeza
“Prescription: murder” (1968), que fue producida como una película para televisión a partir de la obra de teatro de Levinson y Link, los creadores del personaje. El elemento más interesante de este filme es, sin duda, ver a un Columbo sorprendentemente joven, aunque sin todos los elementos humorísticos que años después desarrollaría a plenitud. La trama es buena y, aunque el final es bastante predecible (aunque quizá no para la época), cumple las altas expectativas, aunque me parece insostenible catalogarlo como “el mejor”, pues eso sería prácticamente menospreciar toda la serie de los sesenta y ocho episodios subsecuentes.
Otra lista respetable está http://www.associatedcontent.com/ (tras escribir el nombre correspondiente en el buscador), siendo el galardón para
“By dawn’s early light” (1974), merced a la actuación laureada de Patrick McGoohan, así como a lo impecable de la trama, los detalles humorísticos y el modo sorprendente como Columbo revela la prueba final, a partir de una justa mezcla de deducciones y casualidades.
¿Que cuál me gusta más a mí? ¡Difícil decirlo! Estos y otros tantos episodios tienen su propia gracia, como la obsesión vinícola de “Any old port in a storm”, la intensa malicia de “A friend in deed”, la teatral trampa final de “Death lends a hand”, la irónica simpatía de “Swan Song” y el drama injusto de “Forgotten Lady”. Incluso son mencionables otro par de episodios perdidos en la normalidad de los estándares: “Make me a perfect murder”, recordable tan sólo por la observación de las “cue marks” o “quemadas de cigarro” en la esquina superior derecha de los filmes, antes de que el proyeccionista deba cambar el rollo de película; y “Columbo cries wolf”, en donde el Teniente es víctima de sus propias habilidades, las que le llevan a pegarse la equivocada de su vida... al menos por un momento.
En conclusión, no veo posible ni necesario establecer objetivamente cuál ha de ser “el mejor” episodio, en primer lugar porque, a partir de cierto nivel de excelencia, el criterio tiende a orientarse por el puro gusto personal; y en segundo lugar, porque la figura de Columbo con todas sus facetas se completa en el conjunto de la serie, o al menos en un grupo de episodios significativos.
¡Oh, una cosa más! Si alguna vez ha habido una identidad perfecta entre un hombre y su mascota, ésta ha de ser, precisamente, la de Columbo y su gracioso Basset Hound... ¡cuyo nombre es, sencillamente, “Perro”!