domingo, 13 de abril de 2008

¡Oh, qué tristeza!

Lo que más me gustó de la película "Atonement" fueron un par de detalles de anticipación temporal en la narrativa de la primera parte de la historia, muy memorables. De todo lo demás, no puedo decir sino que la tristeza se nota en las caras, los ambientes y hasta las risas. Es una tristeza nostálgica por algo que, finalmente, nunca ocurrió. Las reseñas insisten en la expiación como tema central: si la vemos globalmente, a partir del argumento, sí, tiene sentido; pero como eso se revela hasta el final (aún más triste), me queda el sabor intenso de esa tristeza perenne, impregnada en la atmósfera, como elemento distintivo. Dignos de mencionar son estos otros detalles: la música, que es muy buena, con antigua máquina de escribir como instrumento sinfónico de percusión; el título en español “Más allá de la pasión”, que es un muy cursi; y que películas como ésta nos inducen a pensar y revalorizar lo que de verdad tenemos, cuando lo tenemos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tristeza?... Oportuno, no?
Me llama la atención este filme, veremos cuando tengo la oportunidad de verlo si algún día llego a encontrar el pequeño CD extraviado de Barry :(
Mientras, hay que saber valorar lo que se tiene, lo he ido aprendiendo por vivencias no muy agradables v.v