sábado, 20 de febrero de 2010
La hilarante apoteosis del fracaso
Me imagino que las introducciones-propaganda como las ya citadas servirán, sí, para "vender" el filme; pero ¿es que a nadie se le ocurre mencionar que es, sobre todo, una extraordinaria comedia de humor negro que culmina con una hilarante y grotesca apoteosis del fracaso, allí donde sólo cabe decir "¡zóquela!", en el mejor estilo local?
La gracia (una de las gracias) está en que, dentro de la insostenible situación planteada, ninguno de los involucrados (excepto el guionista) pretende hacernos reír a costillas de sus males. Pues sí: ¡menuda familia y al cuerno con que si es "charming", el "apoyo incondicional" y bobadas por el estilo! Aquí de lo que se trata es de una simple, cotidiana y extraordinaria colección de "losers", creados por obra, gracia y desgracia de nuestro viejo y tan mentado amigo, el mero contexto sociocultural. Por cierto (*spoiler alert*): ¿a alguien de la familia, además del abuelo que la entrenó, se le habrá ocurrido ver antes el número que estaba preparando la niña para la demostración de talento en el tal concurso?
miércoles, 17 de febrero de 2010
Autoestima profesional
Esto viene a propósito de una agradable visita que hoy recibí, de alguien que ahora ejerce la medicina especializada, y a quien recuerdo de sus tiempos de estudiante como una persona muy aplicada, que se expresaba correctamente y a quien la materia de Letras (de los antiguos programas) le parecía interesantísima, pese a que por aquellos tiempos ya hubiera querido yo tener el repertorio de métodos y técnicas de que no me dotó la universidad, sino la experiencia y formación laboral.
Como no tengo motivos para asumir el discurso victimista de quienes perciben su trabajo como una sucesión de penas e incomprensiones, no es esta anécdota la rara excepción que le da sentido a todo. Sin embargo, sí me place declarar lo siguiente: que me alegra sobremanera constatar una vez más (y por si no me había quedado claro) la existencia de ese sentimiento exento de intereses y contaminaciones, que bien podríamos llamar... ¡afecto docente!
domingo, 14 de febrero de 2010
En vaca
Viendo y escuchando ahora el "re-make" de "We are the world... for Haiti", ¿será que ha decaído la música gringa? Lo digo porque salvo Josh Groban y Celine Dion (y un Santana a quien casi no se le oye la guitarra), del resto hay que ir a preguntarle a la Wikipedia quién rayos son. No en balde alguien comentó: "buena causa, mediocres artistas".
¿Y será que los latinoamericanos salen con su réplica bajo la frase de cajón de "no quieren quedarse atrás"? Como sea, quizá no les quedaría mal una pieza conjunta a la gente como Juan Luis Guerra, Luis Miguel, Shakira, Christian, Juanes, Carlos Vives, Ricky Martin, Chayanne, Ricardo Montaner, etc. ¡Ah, pero eso sí: que esta vez no vaya a faltar el mero Juan Gabriel!
domingo, 7 de febrero de 2010
Los Bee Gees... cuando eran buenos.
jueves, 4 de febrero de 2010
La gratuidad de un sublime sacrificio
Con la docena de hombres iracundos, pese a las argumentaciones presentadas, me quedó la sensación de que el acusado era culpable, pues la coincidencia de todos los argumentos -aun con cada "duda razonable", según el precepto jurídico- presentaría un cuadro demasiado inverosímil para que no lo fuera. Más allá de este punto, me interesa destacar que si el sentido correcto de la aplicación de la justicia fuera el del jurado disidente y con gran habilidad persuasiva, el sacrificio final del veterano Kowalski, esperado en el fondo pero sorpresivo y sublime en la forma... ¡sería totalmente inútil!
martes, 2 de febrero de 2010
¡Ah, la letra de carta!
Antiguamente, cuando se escribía con plumas de ave y luego con plumas fuente, había una clara ventaja práctica de escribir con letra de carta o cursiva: levantar la pluma lo menos posible con respecto al papel y, con ello, prevenir el goteo de la tinta. Con la aparición del lápiz y el bolígrafo, esta ventaja ya no tiene sentido; sin embargo, es interesante reflexionar sobre el porqué en los colegios y escuelas se sigue enseñando primero la letra de carta antes que la de molde.
Acerca del tema, hay muchísimo material en Internet, casi todo en inglés y casi nada en español. Los defensores de la letra de carta esgrimen todo tipo de argumentos, desde los de orden estético hasta algunos francamente románticos y hasta filosóficos. Sin embargo, en el artículo titulado “How Should We Teach Our Children to Write? Cursive First, Print Later!”, de Samuel Blumenfeld (1994), hallamos algunas consideraciones interesantes desde un punto de vista técnico, tales como las siguientes:
a) Que, contrario a la creencia popular, la letra de carta es más fácil de enseñar, pues requiere de sólo tres movimientos simples: curva inferior, curva superior y el trazo de “arriba-abajo”, mientras que la letra de molde exige movimientos más complejos para producir líneas rectas en varias direcciones y, además, círculos perfectos.
b) Que en la letra de carta es poco probable confundir las letras, debido al trazo que se requiere para producirlas; en cambio, las letras de molde “b” y “d”; “f” y “t”; “g, “q” y “p”; pueden resultar confusas para los niños pequeños.
c) Que la letra de carta ayuda a la comprensión lectora, pues al escribir cada palabra de manera continua, se abona al objetivo de leer palabras enteras y no letras o sílabas individuales.
d) Que la letra de carta enseña “disciplina espacial”, evitando errores en la separación entre letras y palabras, cosa frecuente en los niños pequeños que escriben con la letra de molde.
e) Que la letra de carta ayuda a los niños zurdos, ya que les basta con inclinar la página en el sentido de las agujas del reloj para que puedan escribir bien sin cubrir lo escrito con su propio brazo, cosa que aparentemente no se logra con la letra de molde.
f) Que la letra de carta es menos fatigosa, ya que en el proceso de enseñanza también se aprende a tomar el lápiz correctamente, sujetado entre el dedo gordo y el índice, con la punta descansado en el dedo medio, en una posición muy relajada aún en períodos largos
La tesis de Blumenfeld no es que no se enseñe letra de molde, sino que primero se enseñe letra de carta. Él asegura que la transición de letra de carta a letra de molde será siempre más fácil que la transición de letra de molde a letra de carta; la cual es, según él, poco menos que imposible.
Sin embargo, pese a sus ventajas teóricas, el hecho es que actualmente la mayoría de personas jóvenes y adultas no utiliza la letra de carta e incluso les parece más difícil que la letra de molde. ¿Por qué será?