Comencé a escuchar de "Lost" al darme cuenta de que cierta persona organizaba su rutina y hasta su vida sentimental con el fin de no perderse la emisión semanal de la teleserie. Le pregunté entonces el porqué de tanta alharaca y obtuve la única y sentenciosa respuesta de: "es que no la vas a entender, tendrías que haberla visto desde la primera temporada..." (o sea, cuatro años antes de aquel entonces). Así pues, para enterarme de la trama general tuve que recurrir a la miserable aunque útil mediación de Internet, con lo que logré unir los retazos de información obtenida de otros devotos.
Admito la débil base en que me fundamento, pues tengo nula experiencia en cuanto espectador: no he seguido las peripecias de ese grupo de sobrevivientes perdidos en una isla misteriosa, en la cual ocurren todo tipo de situaciones inexplicables o aparentemente absurdas, tanto así como para haber dado lugar a muchísimas "teorías" explicativas por parte de los seguidores de este culto mediático, en las cuales se incluyen conspiraciones, realidades virtuales, universos paralelos, experimentos secretos, extraterrestres, etc. Yo, realmente, lo único que he visto de la afamada producción es un total aproximado de quince minutos repartidos en dos episodios diferentes, capturados mientras efectuaba la ociosa y vacua labor de pasar uno tras otro los canales de cable.
Pese a todo lo anterior, al enterarme del revuelo armado en estos días en torno al esperado "capítulo final", tengo la sensación de que quizá me perdí de uno de las mayores estafas mediáticas a nivel de ficción, por cuanto los espectadores han estado obsesionados por años por "entender qué está pasando", cuando las sospechas más razonables de uno, a la distancia, apuntan al simple hecho de que ni los mismos guionistas lo saben, pues acabaron enredados en su propia telaraña de truculentos giros argumentales, urdida por la necesidad de mantener el suspense hasta donde ya no se pudiera más... con el solo y gravísimo error de haber reventado la pita antes de que se acabara el rollo.
martes, 25 de mayo de 2010
sábado, 22 de mayo de 2010
Todo en su justo sitio
"Shutter island" (2010) es una pequeña obra maestra de la cinematografía de Martin Scorsese, un reto superado en eso de manejar el suspense conforme a las normas clásicas, especialmente en cuanto a su resolución imprevista pero coherente. Ciertamente, aunque desde el inicio hay pistas que permiten hipótesis no tan desvariadas por parte del espectador, no es sino hasta el final cuando se sacia la curiosidad generada por el juego mental establecido entre el objeto y el sujeto por el solo acto de sentarse a verla, pacto necesario e imprescindible en este tipo de películas. La gracia está en que todo tiene su justo sitio, su lugar exacto, su "paso a paso" en el desmontaje del misterio allí planteado. Eso sí, nunca está de más un sano consejo: ¡impida a toda costa que le cuenten el final antes de verla!
miércoles, 19 de mayo de 2010
Gotitas de corrupción institucionalizada
No es precisamente agradable la sensación emergente al enterarse de que uno tiene una multa de tránsito de $11.82 (más $0.46 de intereses por mora), aplicada por exceder el nivel del polarizado del vehículo (vidrios oscurecidos), especialmente si se tiene en cuenta:
Al pensar en cuántos casos así habrá dentro del "sistema", yo no creo que se trate de un error involuntario: más me parece una política de corrupción institucional perfectamente calculada, pues de gotita en gotita... ¡bien se llenan algunos barriles!
- Que jamás policía de tránsito alguno me ha detenido para aplicarme una multa por cualesquiera motivos.
- Que, después de diez meses de impuesta la multa fantasma, no he recibido la notificación respectiva.
- Que los vidrios del dicho vehículo son tan claros como la vitrina del camarín de San Antonio, que tenía mi abuelita.
Al pensar en cuántos casos así habrá dentro del "sistema", yo no creo que se trate de un error involuntario: más me parece una política de corrupción institucional perfectamente calculada, pues de gotita en gotita... ¡bien se llenan algunos barriles!
viernes, 14 de mayo de 2010
Un artículo-reseña eclesiástico
En esta ocasión, comparto el artículo-reseña aparecido este día en LPG, sobre la visita del General de los Jesuitas, hace un par de semanas. Como es usual, un clic sobre la imagen basta para llegar al texto en cuestión.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Del "memento mori" al "living funeral"
El recibo mensual del pago anticipado y a plazos de un funeral tiene la saludable función de recordarle a uno su condición fugaz, perecedera, efímera: es aquel esclavo que dicen que iba tras el general romano victorioso diciéndole el incómodo memento mori, "recuerda que eres mortal". Por contra, es intrínseca la desventaja de estar comprando algo que no será disfrutado (al menos conscientemente) por la persona que lo vaya a usar. No sé si para subsanar dicho problema es que ha surgido el moderno concepto del living funeral, ceremonia idéntica en todo a un funeral normal, excepto que el difunto aún no ha fallecido y los "dolientes" pueden patentizarle su aprecio a algo más que un cadáver. Yo, particularmente, me lo pensaría, toda vez que lograse solucionar las dos enormes objeciones que tengo para organizarme tal acto: la primera, que una vez terminada la ronda de saludos y afectos, uno puede sentirse tan deprimido como aquel niño de kinder a quien olvidaron llegar a recoger; y la segunda, que si uno no se muere en el transcurso de los tres o cuatro meses siguientes al tal "funeral en vida", la majada se va a considerar engañada... ¡y capaz que llegan a reclamar!
domingo, 9 de mayo de 2010
Se fue Don Paco
Hará cosa de 24 años que Don Paco Escobar tuvo el gesto generoso de animarme a escribir, merced a la coincidencia profesor-alumno en las aulas de la UCA. El término que utilizó para justificarse fue algo así como "la propensión filo-genética" y de allí el agradecimiento que le brindé años después, cuando ya decía yo que era escritor (oficio que hoy se puede poner en el DUI sin necesidad de presentar título).
Pocos años de coincidencias didácticas espacio-temporales y muchos años siendo referencia estética, autor de un magnífico guión didáctico ("De la sal y la rosa") que debería ser una película, más de una frase célebre sobre el trabajo y la condición de los y las artístas de por aquí (la anécdota de los cangrejos, sobre todo) y presunto protagonista de una célebre "zoca" (cuya ausente acepción de "acción de liarse a golpes" en el diccionario de la RAE prueba la inoperancia de la Academia Salvadoreña de la Lengua): tales son los buenos recuerdos de que doy fe y testimonio. En cuanto a las desaveniencias y críticas -que las hubo, y fuertes- sólo prueban que Don Paco, muy a su gusto, no fue de sustancia etérea, sino simplemente lo mejor que pudo en cuanto ser humano. Por eso, he aquí su epitafio, dicho y escrito por él mismo cuando recibió en 1995 el Premio Nacional de Cultura:
Pocos años de coincidencias didácticas espacio-temporales y muchos años siendo referencia estética, autor de un magnífico guión didáctico ("De la sal y la rosa") que debería ser una película, más de una frase célebre sobre el trabajo y la condición de los y las artístas de por aquí (la anécdota de los cangrejos, sobre todo) y presunto protagonista de una célebre "zoca" (cuya ausente acepción de "acción de liarse a golpes" en el diccionario de la RAE prueba la inoperancia de la Academia Salvadoreña de la Lengua): tales son los buenos recuerdos de que doy fe y testimonio. En cuanto a las desaveniencias y críticas -que las hubo, y fuertes- sólo prueban que Don Paco, muy a su gusto, no fue de sustancia etérea, sino simplemente lo mejor que pudo en cuanto ser humano. Por eso, he aquí su epitafio, dicho y escrito por él mismo cuando recibió en 1995 el Premio Nacional de Cultura:
"Si en cuanto escribo y enseño existe algo de bueno, la obra es de Dios; yo acaso sólo soy... un esforzado instrumento."
sábado, 1 de mayo de 2010
Una ficción verosímil
Con la diferencia de contextos, ya tendríamos prejuicio suficiente: un motín carcelario que en España es una excepcional ficción dramática, aquí es una cotidiana realidad escalofriante; no obstante, "Celda 211" (2009) es una película que funciona por lo verosímil de la lógica interna, en ocasiones bastante lejos de las tan criticadas fórmulas hollywoodenses. Una virtud especial es que el suspenso creado desde el instante primero se mantiene constante y creciente, volviéndose incierta casi cualquier anticipación al desenlace, en medio de ese juego de lealtades y traiciones que constituye una revuelta como la allí planteada. Eso sí: que aun cuando la cantidad de sangre no es excesiva ni exagerada... ¡es bastante!
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