domingo, 4 de mayo de 2014

A la altura de las circunstancias

Ya sea que usted tenga años como ciudadano/a virtual de Facebook, Twitter, blogs y sitios web, o bien acabe de comenzar sus pasos por las redes sociales virtuales, échele un ojo a este decálogo que me envió Al Phil, un tipo que dice ser gran conocedor del alma cuzcatleca. Según el remitente (quien no aclaró si lo elaboró él mismo o lo recopiló de otros sitios), siguiéndolo escrupulosamente usted estará siempre a la altura de las circunstancias en el ciberespacio de la Guanaxia Irredenta.


Decálogo del internauta guanaco

* Por Al Phil

1. Luzca radical.
Aquí no valen ni los análisis mesurados ni el equilibrio de pensamiento. Sea más revolucionario que Farabundo, más papista que el papa, más hippie que si hubiera sido concebido en Woodstock, más anticomunista que el extinto mayor D’aubuisson, más marihuanero que Bob Marley, más feminista que la Frida y la Simone enredadas en un cuadro surrealista, más anti-imperialista que Fidel y Hugo, más recalcitrante que los editorialistas de El Diario de Hoy... en fin, ya me entiende.

2. Sea indulgente con la ortografía.
Si le molestan los errores de escritura ajenos -sean ortográficos, de puntuación, de signos o gramaticales- sufrirá lo indecible en silencio; pero si se atreve a corregirlos aunque no sea en público sino en privado, caerá mal y recibirá insultos por respuesta. Eso sí: no vayan a ser suyos los errores, porque recibirá palos virtuales de todos lados.

3. Admire la fanfarronería.
Las comunidades virtuales SV están llenas de analistas más agudos que Descartes, revolucionarios/as de la talla del Che que condujeron procesos históricos, viajeros ante quienes palidece Marco Polo, músicos y poetas geniales pero incomprendidos, historiadores a cuyo lado Herodoto es un aprendiz, parejas más unidas en intenso y eterno amor que Romeo y Julieta (antes de matarse), etc. Compréndalos: estas humildes personas necesitan su atención y, sobre todo, muchos “likes”.

4. Esconda su identidad tras la imagen de sus bebés.
Ya sea que usted use una cuenta con su propio nombre o con un seudónimo, ponga como foto de perfil a su hijo/a, de preferencia si están muy pequeños y no pueden protestar. Ojo: no se ponga usted con su hijo/a, sino a la criatura sola y de ser posible con acercamiento al rostro. Así nadie dudará del amor filial y, de paso, nos confundirá a todos.

5. Publique para su audiencia al otro lado del mundo.
Si acaba de temblar, ponga “tembló”; si está lloviendo, “llueve”; si hace calor, “¡qué calooor…!”; si hubo gol en el partido que todos estamos viendo, “¡goool…!”; y así por el estilo, no importa que aquí nos hayamos dado cuenta desde la realidad misma, mejor que quede constancia.

6. Insulte en cuanto pueda.
Si piensa comentar y contestar “posts”, noticias, tuits y demás, olvídese del lenguaje respetuoso y de la persuasión estratégica: déjese ir de una vez con epítetos estándar como “cerote” y “pendejo”, con sus respectivas variantes femeninas y plurales. Ya si quiere presumir de su amplitud lingüística, puede intentar algunos artificios más complicados, que no ponemos aquí para no echarle a perder la vena creativa.

7. Sepa que Dios habita en la web.
Si usted ora en silencio, aunque brote sinceramente desde lo más íntimo de su corazón, el mensaje probablemente no llegará al destinatario; por eso, publique sus oraciones (peticiones, agradecimientos, etc.) en internet, que de esa manera es mucho más probable que Dios las atienda. De paso, todos sabremos que usted es una persona religiosa y bendecida.

8. Muestre a sus mascotas.
Es la mejor manera de ganar popularidad. No se preocupe si las fotos le quedaron borrosas, movidas o mal encuadradas: las mascotas en sí ganan muchos más “likes” y comentarios positivos que cualquier otra cosa sobre la faz del planeta. Si le puede añadir descripciones creativas como “mi bebé”, mejor aún.

9. Créaselo todo.
“Papanatas” es una “persona simple y crédula o demasiado cándida y fácil de engañar”; entonces, sea papanatas, confíe y crea en todo lo que está publicado en internet. Comparta y reenvíe cuanta historia absurda, falsa o inverosímil llegue a su muro o bandeja de entrada. ¿Para qué analizar el contenido? ¿Para qué verificar fuentes fiables? ¿Para qué validar la información? ¡Qué va! Si está en internet, es porque es cierto.

10. ESCRIBA TODO EN MAYÚSCULAS.
OLVÍDESE DE MANEJAR APROPIADAMENTE LA TECLA “SHIFT”, QUE DE ESA MANERA TENDRÁN MÁS FUERZA SUS PLANTEAMIENTOS Y DEJARÁ CLARO QUE ESTÁ HABLANDO CON ÍNTIMA CONVICCIÓN, GRANDES ASPAVIENTOS Y TODA LA RAZÓN DE SU LADO.

Posdata: ante el clamor de "¡otra, otra!" por parte del respetable, el autor envió un par de normas adicionales, que de igual forma tampoco alteran la condición de decálogo, según la definición del mataburros. Helas aquí.

- Ponga sus conversaciones privadas en público.
No use el "chat" ni el correo electrónico, mucho menos mensajes privados, que dan mucha lata; para eso, es más fácil y rápido conversar con su interlocutor en el espacio destinado a comentarios o a través del Twitter, usándolo como si fuera servicio de mensajería, con la ventaja de que así todos nos enteramos.

- Sea misterioso y enigmático/a.
Ponga frases que despierten la curiosidad (p.ej.: "¡Basta, ya no soporto más!"), pero no dé ninguna pista y evada todas las preguntas que le hagan sobre qué exactamente le está pasando".