sábado, 29 de octubre de 2016

Cinco errores amorosos

DE ADOLESCENTES E INCLUSO ADULTOS/AS

No tengo la menor duda de que los códigos amorosos de mi lejana juventud ya no están vigentes. Pertenezco a otra época y me da grima pensar qué habría sido de mí si hubiera nacido en el milenio y ahora mismo fuera un teenager, no solo en lo tocante a las cosas del corazón sino en casi todo lo demás.

Sin embargo, aun desde una perspectiva antigua, todavía me atrevo a dar algunos consejos, sugerencias o recomendaciones a los jóvenes de hoy en día, acerca de sus relaciones sentimentales, no por haber alcanzado la plena madurez en ese aspecto, sino por la experiencia vista y acumulada (que otros llaman “vejez”).

Quizá no hagan caso, pero también cabe una pequeña posibilidad de que en algo ayude, así que procedo en consecuencia, mencionando cinco errores comunes en el complicado mundo del amor, las hormonas y sus conexos.

Y aunque son para la adolescencia, algunos adultos/as no deberían desoírlos.

1. Enojarse con alguien porque no le hace caso

Si algo logra probar usted al enojarse y armar rabieta con el objeto de su devoción y afecto porque no le hace caso, es su propia inmadurez emocional.

¿En dónde leyó que es obligación de la chica o chico de quien se ha prendado el corresponder a sus requerimientos? ¿Quién lo engañó de esa manera?

Mire: no hallo otra manera de decirlo y espero no se ofenda, pero esta actitud es bastante infantil, pues usted cree que el mundo gira a su alrededor y el universo conspira para su felicidad (© Coelho).

Usted puede echarle la culpa a la multitud de novelas y canciones decadentes que explotan, cultivan, desarrollan y divulgan este sentimiento berrinchudo, pero más pronto que tarde deberá darse cuenta del absurdo que esto supone.

2. Aceptar un noviazgo por amistad

Los intereses, características y motivaciones de una relación amorosa (sea en el noviazgo, matrimonio o vida de pareja) son distintos de la pura amistad. Muchas personas confunden una cosa con la otra y aceptan una relación sentimental con el argumento de que son buenos amigos, no habiendo química corporal de por medio. El pronóstico… ya se imagina.

Si le gusta la trova, escuche atentamente la canción “Para vivir”, de Pablo Milanés, y saque sus conclusiones.

3. Insistir en la amistad después de un noviazgo

Si se terminó el amor, lo mejor es alejarse con dignidad. No se trata de quedar de enemigos, claro, pero tampoco es prudente, justo ni necesario continuar el vínculo bajo el disfraz de la amistad, especialmente si una de las partes aún tiene infundadas esperanzas de regresar. Mejor enarbolar la bandera del “No hurt feelings”, aceptar la ruptura y continuar con su vida… por separado.

4. Proceder antes de convenir

En las películas, se ven bonitas escenas donde los enamorados proceden a las acciones sin que medien palabras; en la vida real, no. Para evitar malos entendidos, decepciones y cóleras gratuitas, dejen claros desde un principio los términos de lo que va a suceder. No es que vayan a elaborar un contrato ante notario, pero el decoro exige al menos una declaración de intenciones y establecimiento de consensos... if you know what I mean.

5. Publicitar las palabras de amor

No es que dude de la sinceridad de quienes andan publicando por aquí y por allá sus parrafadas amorosas, pero he visto demasiados casos de declaraciones públicas para “el amor de mi vida” y “la persona más especial” de los que no ha quedado ni rastro a los pocos meses. O quizá estas rupturas se recuerden precisamente por esos empalagosos discursos. En todo caso, si tiene algo romántico que decirle a su chico o chica, dígaselo personalmente mirando a sus ojos con toda la ternura de que sea capaz.