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Tengo tres despertadores y uno más de reserva: el primero, el televisor programado en
Cartoon Network; el segundo, la radio en alguna emisora local de
“24/7”; el tercero y más importante, mi reloj biológico (por si acaso, a veces programo la alarma del teléfono celular). Es así como últimamente lo primero que veo al abrir los ojos es a Tom y Jerry. Nunca fueron de mi especial gusto, pero debido a su cotidiana y madrugadora aparición he podido apreciar el esmerado arte narrativo de la música de fondo, cada una compuesta y ejecutada especialmente para cada episodio, en perfecta sincronización con cada movimiento, a un abismo de distancia de los fondos repetitivos, estándar y sin ninguna expresividad de otras caricaturas olvidables, de menos éxito, presupuesto e ingenio. Sin embargo, he detectado un creciente problema colateral: como disfruto mucho siguiendo la narración a través de su música, esto me lleva a cerrar los ojos y tener exactamente el efecto contrario al objetivo esperado: ¡el grave riesgo de dormirme de nuevo!
2 comentarios:
Jaja! Que fatal volverse a dormir x)
Bueno también es excesivo tener tres y casi cuatro despertadores :|
Pero hurra por Tommy y Jerry, inolvidables casi "clásicos".
Ups... pequeño detalle. Hmm ¿a qué horas se levanta/trata de levantarse?
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