jueves, 20 de marzo de 2014

Cuando “El rey” es un himno

Varias canciones han sido propuestas como “segundo himno nacional” de El Salvador, y de ellas ya me ocupé en una entrada anterior. Sin embargo, hay una que aparece en toda celebración como un auténtico himno de batalla, desde graduaciones a todo nivel hasta ganes y logros de cualquier clase imaginable.

Trátase de “El rey”, canción compuesta por el mexicano José Alfredo Jiménez a mediados del siglo XX, un auténtico himno del macho matón latinoamericano, cuya versión más popular es la gritada por Vicente Fernández.

¡Con dinero y sin dinero,
hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley!

Jodido y solo, al mismo tiempo consciente y ajeno a la realidad, grita su berrinche permanente en un auténtico delirio de grandeza.

No tengo trono ni reina
ni nadie que me comprenda...
¡pero sigo siendo el rey!

Es impresionante ver cómo aquí y allá, desde las nuevas generaciones hasta los más ancianos, hombres e incluso mujeres alzan uno o ambos puños entre gritos de reivindicación de un alma con complejo de inferioridad que, para compensarlo, quiere sentirse grande y todopoderosa.

Si por la capacidad de expresar el sentimiento más hondo del espíritu patrio hemos de tener un “segundo himno nacional”, tristemente creo que esta pieza de cantina hace méritos.

¿Hasta cuándo...?

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