viernes, 7 de octubre de 2011

Obra realizada

No creo faltar a la verdad si digo que así como están de bonitas estas fotos, cortesía de Gabriela Meléndez, así estuvo el recital de lanzamiento del CD "La vida llama", con Balada Poética el pasado martes 4 de octubre en el Centro Español.

Por supuesto, también está el resumen de vídeo. Muchas gracias a quienes han hecho posible este proyecto.

viernes, 23 de septiembre de 2011

¡Qué mal, Mafalda!

Me cae mal la "titulitis" de Mafalda. Por supuesto que apoyo la superación y desempeño profesional de las mujeres (y que no se vea como un "generoso permiso"). Obviamente, esta caricatura procede de y se entiende en el contexto de la reivindicación femenina de las décadas de los sesentas y setentas, pero la calidad de persona no la da un título. A una madre, hija, hermana, amiga, etc. se le ama por lo que es, no por su grado académico, y la falta de éste no justifica que se le espete un "mediocre" ciego y desconsiderado ante las virtudes que esta niña es incapaz de reconocer en su mamá.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Para espantar sensatos

Tras una publicación polémica y una conversación privada la semana anterior, es triste ver cómo y cuánto pululan algunas ofertas religiosas primitivas, absurdas, indignas, irracionales y francamente lesivas para la humanidad de las personas, presentadas por varias iglesias de una y otra filiación.

La publicación aludida apareció en la sección de consejos para mujeres de uno de los periódicos de mayor circulación. En esencia, lo que plantea es la sumisión de la mujer en el matrimonio, al estilo literal de Colosenses 3, 18 (“Esposas, sométanse a sus maridos como conviene entre cristianos”) llevando el mandato hasta el lecho, lugar en que ella debe siempre estar accesible, aunque no esté anímicamente dispuesta. Tras la andanada de críticas, el periódico publicó una nota aclaratoria, manifestando que dicha postura era solo la opinión de la fuente consultada, una psicóloga y pastora que, según su propio testimonio, prometió servirle al Señor por el resto de su vida si sus empleados y sus familiares quedaban a salvo en el terremoto de 1986.

Contra tan torcida percepción de lo divino, basta observar que dichos métodos de reclutamiento distan mucho de la imagen de un Dios bondadoso y, por el contrario, recuerdan más a ciertos personajes y organizaciones proclives al mal. Y contra tan retrógrada percepción de la mujer como un sub-ser en función del hombre, ya han argumentado bastante las propias implicadas y si todavía hay quienes aceptan y defienden tales conceptos, será por necedad y fanatismo, contra lo cual no hay argumento posible.

Sin embargo, por paradójico que parezca, en el fondo de esta oscura prédica hay un elemento potencialmente positivo: la legitimidad del pleno disfrute sexual de la pareja cuando coinciden las voluntades de ambos contrayentes, cosa que ni aún así se acepta en otros discursos. Esto me lleva a mirar hacia la acera de enfrente y traer a cuenta la conversación que tuve con alguien que asistió a cierto evento de iniciación.

De lo que me enteré por su medio confirmó lo que ya sabía de primera mano por referencias de otras personas directamente involucradas, tanto como por investigación y lectura de los documentos oficiales en que se basan. Se trata de una persistente línea de corte ascético medieval que considera a la carne como enemiga esencial, de donde se deriva una visión enfermiza de la sexualidad humana, ofreciendo una lista de tozudas prohibiciones, faltas imaginarias y prejuicios basados en la ignorancia. Voces entusiastas e incluso autorizadas predican ajenas a cualquier visión sensata de una moral basada en la razón y en función de la humanidad. El sexo se ve como esencialmente perverso, tan solo practicable con fines de procreación. En los periódicos nacionales de mayor circulación hay columnistas especializados/as que cargan una o dos veces por semana contra las y los impíos, definidos como tales no por su falta de compromiso ciudadano, su insolidaridad o su hipocresía, sino tan solo por sus opciones y prácticas sexuales. Lo más lamentable es que, al confrontar el asidero doctrinario se comprueba su ortodoxia, tanto como sus niveles de intolerancia y resistencia al cambio evolutivo. Discutir con esta gente no se puede, pues no tienen “oídos para oír” y ante el embate de cualquier argumento racional, solo pueden citar -muy a su conveniencia y desde la tradicional antinomia entre fe y razón- la fuente de sus creencias, con lo que se cae en un filosófico círculo vicioso.

Con semejantes opciones y alternativas, es bien difícil rebatir las críticas y sacudir las apatías de quienes viven fuera de los rebaños sagrados, que no necesariamente son gente inmoral pero que -en determinados casos, con sano apoyo espiritual y una estrategia mucho más inteligente- podrían haber tomado decisiones mucho más edificantes. En este sentido, me pregunto por qué pasan casi desapercibidas otras experiencias de crecimiento espiritual como el Discernimiento, criterio éste que bien puede servir incluso a personas razonablemente alejadas de las religiones y sectas dogmáticas, aunque no por ello de Dios.

sábado, 10 de septiembre de 2011

"Dorian Gray" sin retrato

"Now, explain it to me like I'm a four-year-old."
(Personaje de Denzel Washington en la película "Philadelphia", de 1993).

Esta entrada nace a pedido de mis ruidosos alumnos/as de la Promoción 2015 del ESJ, particularmente de Camila (del club de los topetazos, que preguntó por la película), con quienes estamos leyendo "El retrato de Dorian Gray"; sin embargo, esto no excluye que pueda ser de utilidad para el público en general.

Primero, hay que entender que una obra de arte no es su trama o argumento, sino que se realiza concretamente en una forma artística determinada, ya sea a través de la narrativa (personajes, ambiente, acción), del verso (figuras, rima, métrica), de la escena (parlamentos, luces, escenografía), de los sonidos (timbres, tonos, armonías, melodías), de la imagen (composición, colores, profundidad de campo), etc. El resultado depende de cómo se manejen dichos elementos. En este caso, estamos hablando de una novela que es obra maestra de la literatura, con las virtudes artísticas propias del género. No creo que tome menos de veinticuatro horas leerla, hay que imaginarse situaciones y personajes, haciendo muchas reflexiones y relaciones a partir de lo que está escrito, sin dejar de lado el trabajo propiamente literario del autor.

De lo anterior se sigue que toda película tendrá que ser forzosamente basada en la novela, no su simple traslado. En una oración: la película no es la novela. Esto implica hacer adaptaciones para ponerla en imágenes y diálogos con un límite de dos horas, lo cual exige recortar parlamentos y situaciones e incluso -como es lo usual- modificar con mayor o menor libertad los hechos mismos a fin de lograr un final conforme a ciertos estándares cinematográficos.

Este montón de cambios explica por qué una obra maestra de la literatura no necesariamente se convierte en una obra maestra del cine y viceversa. En la mayoría de casos, el cambio de género artístico resulta en una obra menor.

En el caso de la película "Dorian Gray", puedo señalar como principal virtud la ambientación escénica, con una selección de rostros bastante apropiada para los personajes y encuadres estéticamente agradables. En contraparte, creo que las alocuciones de los personajes principales están muy simplificadas, por lo que resultan bastante insulsas. Por otra parte, se ha perdido casi por completo una de las fuerzas principales de la novela, como lo es la pasión (artística) que siente Basil hacia Dorian, imagen de la belleza pura.

Reiterar lo dicho antes resulta ineludible: no crean que ver la película es como leer la obra. Hay demasiadas variaciones en la secuencia de acontecimientos, las motivaciones y debates de los personajes, el "qué, cómo, cuándo y dónde"; por ejemplo, si en el examen escrito de la novela llegase a preguntar cómo y por qué muere Sybil, la respuesta a partir de la película acreditaría un cero, ya que todo fue cambiado. Y no es ese el único caso, la segunda mitad del filme tiene poco que ver con el texto original.

Un aspecto a considerar con especial importancia es que la novela sugiere ciertas situaciones excepcionales en las relaciones entre Dorian, Lord Henry y Basil, así como del oscuro mundo en que se sumerge Dorian, pero precisamente la gracia de esta especie de acertijo está en que nada más las deja planteadas para la imaginación del lector o lectora. En cambio, en la película ya ha habido una interpretación del guionista y del director, por lo que se presentan directamente dichas escenas, convirtiendo lo que en el texto era un abanico de posibilidades en tan solo una de ellas.

Finalmente, téngase presente que la novela se lee en el contexto de la materia desde un enfoque moral: la dualidad entre la imagen exterior y la corrupción interior, relacionado con la vanidad exacerbada más el sinsentido final de una vida dedicada al enfermizo culto a sí mismo. En la película hay algunas escenas sexuales que desvían la atención de los puntos verdaderamente importantes, pues el morbo generalmente obstaculiza el correcto análisis y, por el contrario, fomenta ciertos prejuicios.

En síntesis: ¡novela, sí; película, no!

sábado, 3 de septiembre de 2011

Contra dioses nefastos

“La cuestión central no será si se cree o no en Dios,
sino en qué Dios se cree”

José María Mardones en "Matar a nuestros dioses"

El título del libro “Matar a nuestros dioses”, del teólogo y religioso español José María Mardones (1943-2006), expresa con precisión provocativa su propósito fundamental, derribar ciertas imágenes monstruosas de Dios, que considera erróneas y dañinas -a saber: el Dios del miedo, milagrero e intervencionista (la más difícil de erradicar), hambriento de sacrificios, impositivo y dictatorial, externo y lejano, individualista y violento- y sustituirlas por sus respectivas antítesis, es decir, el Dios del amor, bienintencionado, de la vida, de la libertad, que nos rodea, solidario y pacífico.

Para seguir fructíferamente su línea de pensamiento se requiere receptividad, apertura mental y espíritu librepensador. Aunque el autor –por su filiación, prudencia política y espíritu constructivo- se cuida mucho de no manifestar con tanta vehemencia una postura explícita opuesta a la ortodoxia católica reflejada en los textos oficiales, es evidente que estas consideradas falsas imágenes de Dios contra las que apunta su argumentación provienen de las enseñanzas tradicionales cuya fuente misma hay que ver con ojos críticos (“No estaría mal que aceptáramos los pecados de la Escritura, de la misma Biblia y de cualquier libro sagrado: ofrece imágenes inadecuadas y peligrosas de Dios”).

No obstante lo anterior, el autor fundamenta la imagen de un Dios benévolo, respetuoso y amoroso para con el ser humano, en textos e interpretaciones bíblicas cuidadosamente seleccionados, teniendo presente que en la Biblia no hay una única imagen de Dios y que lo razonable es tomar aquella que sirva de base, en palabras de Mardones, para “una vivencia positiva y sana de la religión. En definitiva, una religión y un Dios presentables en la plaza pública”. Lo interesante de esta propuesta es que depende de la opción humana, con lo cual aparta radicalmente de los nefastos fundamentalismos y fanatismos opresores de conciencias.

Comentario especial merece el subtítulo del libro, “Un Dios para un creyente adulto”. No se trata de que esta imagen progresista de Dios se predique y difunda únicamente entre personas mayores mientras a la niñez y juventud se le sigue presentando su contraparte. Se trata de que la imagen de Dios que se anuncia a las personas de todas las edades sea la de un Dios evolucionado, de modo tal que desde la infancia se pongan las bases para ese “creyente adulto” que se busca, en contraposición al creyente inmaduro, literalista, obcecado, bipolar y primitivo que tanto daño ha hecho en la historia.

Concluyo este comentario con una cita del autor, muestra representativa de su pensamiento y pequeña prueba de compatibilidad para quienes quieran buscar la obra y revisar sus propias convicciones.

“Tanto creyentes como no creyentes, cuando lo hacen con seriedad y de buena fe, son seres que se mueven en afirmaciones sobre el sentido de la realidad y de la existencia que solo pueden sostener razonablemente. No hay pruebas definitivas para nadie sobre la totalidad y sentido de la realidad y de la vida. Y hay razones tanto para la existencia de Dios como también para su no existencia”.

sábado, 27 de agosto de 2011

Buen híbrido

Desde que vi el trailer de "Cowboys & aliens" por Internet, la propuesta me llamó la atención: poner extraterrestres en western suena novedoso. Basada -como muchas- en un comic o paquín, esta película está bastante bien distribuida en las secuencias de batallas y pausas, guardando cierta distancia de las usuales producciones hollywoodenses, sin que por ello deje de serlo.

A partir del talante clinteastwoodiano rudo y silencioso que tiene el protagonista Daniel Craig, así como el primer papel de viejito explícito de Harrison Ford, el filme tiene momentos humorísticos destacables (el perro traidor, el reconocimiento del "patrón", las discusiones por el liderazgo), alguna frase interesante del personaje Meacham, el predicador (“God doesn’t care who you were. He cares who you are now”, prácticamente lo mismo que le dice Kuato-Sartre a Hauser-Quaid en "Total recall": "You are what you do. A man is defined by his actions, not his memory", punto de confluencia para que aporten creyentes y no creyentes) y un recordatorio sobre cómo los humanos asimilamos lo desconocido a partir de los esquemas previos ("¿Demonios? Bueno, no lo sé... Coinciden con la descripción, pero...").

Por supuesto que en este tipo de películas hay buena cantidad de situaciones predecibles: desde tanta mala puntería de los villanos y la buena de los héroes, hasta la gran explosión final con la que se salvará el mundo, además de Han Solo apareciendo en el momento oportuno para salvar a Luke Skywalker. Pero ubiquémonos: uno va a verlas para pasar un buen rato de aventuras, con alguna sorpresa incluida, y pecaría de necio y desubicado quien esperase otra cosa.

En conclusión: le doy 8 de 10, satisfecho de haberla elegido por sobre capitanes norteamericanos genéticamente modificados y guerreros intergalácticos en verde neón.

domingo, 21 de agosto de 2011

Revisando dioses y religiones

“God is not great, the case against religion”, de Christhoper Hitchens, es un libro al que más vale referirse por su título en inglés, donde el adjetivo “great” tiene la significación de “wonderful, first-rate, very good”. El argumento central de Hitchens es que las religiones y sus prácticas son, por decirlo suavemente, bastante menos edificantes de lo que se cree.

Una observación y precaución importante -ya con el libro entre manos- es entender que el autor, al igual que todas las religiones, ve a Dios y a la religión asociados en el mismo concepto: Dios sería lo que su religión establece, de ahí que el alegato contra una sea extensivo para el otro.

Al respecto de esta cuestionable unidad conceptual, habemos otros, en cambio, que vemos el debate sobre la existencia o no de Dios como algo esencialmente distinto del debate sobre las religiones, tanto así que si ese Ser Superior existe debe estar, francamente, muy a disgusto con no pocas de las doctrinas elaboradas, predicadas, manipuladas e impuestas en su nombre. El escritor católico José María Mardones lo expresa con otras palabras en el libro “Matar a nuestros dioses” (que actualmente leo en paralelo con los ensayos de Bertrand Russell): “Siempre habría que estar distinguiendo entre lo que es nuestra idea y representación de Dios y lo que es Dios”.

Ya en el desarrollo de los diecinueve capítulos, hay poco que refutar ante el mar de referencias filosóficas e históricas que el autor aporta. Particularmente, me sorprendió darme cuenta de lo fuertes que están y lo peligrosos que son los fundamentalismos en la época actual y en diversas partes del mundo (añadamos al recuento los recientes episodios de terrorismo religioso en Noruega y España), cosa que a veces quizá olvidamos por vivir en país donde -si bien pululan las prédicas torpes, literales, retrógradas y anacrónicas- en general se respetan los artículos 6 y 25 de la Constitución Política (libertad de pensamiento y libertad de culto), aunque hay ciertos sectores que arden en deseos e intentos por derribar el concepto del Estado laico.

Como ya indiqué en una entrada anterior, el capítulo dedicado al argumento del “diseño inteligente” fue el que más me llamó la atención, haciéndome dar una mirada retrospectiva a mis tiempos filosóficos de la UCA. El otro capítulo que ha motivado fuerte debate, y que previsiblemente desembocará en un próximo escrito, es el que cuestiona la idea -muy arraigada y generalmente aceptada- de que la religión hace que las personas se comporten mejor.

En síntesis, ha sido esta una lectura ilustrativa de una postura filosófica legítima que no obstante -vistos los fanatismos y cuadraturas mentales de una y otra índole- resulta imposible de recomendar para quienes claman por suprimir cualesquiera argumentos que sientan como amenazas para sus construcciones mentales.

lunes, 15 de agosto de 2011

Eclesiastés 1, 18.

“Mientras más se sabe, más se sufre”

Eclesiastés 1, 18.

Comento aquí tres interpretaciones de sentido.


La primera, incluida como nota a pie de página en la Biblia Latinoamericana, dice así: “La misma inquietud está presente en el mundo de hoy. Los promotores de la ciencia afirmaron que el progreso iba a liberar al hombre de todo mal. Nuestro siglo ha perdido esa seguridad: el desarrollo no es un camino a la vida fácil, el hombre es esclavo de su cerebro y de su ciencia, obligado a asumir las consecuencias cada vez más terribles. No puede detenerse, pero no sabe adónde va.”

En principio, tiene un ligero tinte retrógrado frente al pensamiento laico; sin embargo, lleva parte de razón al desconfiar de las promesas simplistas de redención del positivismo, las revoluciones y la acumulación de conocimientos y -en ellos- de poder.


La segunda expresa el contraste entre las expectativas morales de la persona contra la realidad circundante, vista de modo pesimista en su injusticias, degradaciones y sufrimientos. Conocer de cerca las miserias humanas y saberse radicalmente impotente para cambiarlas lleva inevitablemente al sufrimiento y la angustia. Por tal razón muchas personas prefieren cerrar ojos y oídos como un mecanismo de defensa y preservación de su estabilidad mental.


La tercera es la base de la prohibición de leer –fuera de lo oficialmente autorizado– en el mundo imaginado por Ray Bradbury en la novela "Fahrenheit 451", porque leer implica pensar. El escritor español Ignacio Gómez de Liaño la explica así: no solo es "por el esfuerzo que requiere el conocimiento (...) sino porque el que sabe algo más que los demás, el que es consciente de que sabe algo más, sufre porque los demás no lo saben, y sobre todo cuando descubre que los demás no están interesados para nada en eso."


¡Vaya dilema!

domingo, 14 de agosto de 2011

Con estrella y ahijada

Esta presentación de mi música en la voz de Sarita Cáceres en el programa "Viva la mañana" (3/8/11) contó con la presencia especial de mi ilustre ahijada Alejandra Marcela Ventura, acompañada en el baile de bachata por Nathan Ortiz. El antecedente es que Marcela -como ella gusta ser llamada- hizo la danza contemporánea en el video "no pro" que produjimos hace un año al lanzar "Con las rosas de mi suerte" pero desde entonces no había pensado en otra colaboración, sino hasta que platicaba con Guayo Quijano en la UCA después del tercer recital de "Balada Poética", comentándole que, para la próxima, pondríamos coreografía en escena, para enriquecer la experiencia estética.

La oportunidad de hacerlo en esta aparición televisiva tuvo todas las posibilidades de no concretarse debido, primero, a ciertos clics virtuales que no detallaré y, segundo, a una enorme y desesperante cola bancaria; sin embargo, ella y Nathan ensayaron por varias horas un día antes de la presentación para dejar todo listo: un baile que yo simplemente puedo describir como "gusanoso"... ¡y muy bonito!

domingo, 7 de agosto de 2011

Poderosos argumentos

No estoy seguro si fue en 1990 o 1991, pero sí ocurrió en el Auditorio de la UCA en uno de los primeros homenajes artísticos a los mártires. Allí presentamos esta canción con el grupo "Sinapsis", la cual quedó guardada hasta que en 2007 la retomé para mi recopilación personal "No hemos olvidado". Luego, en la Vigilia de los Mártires 2010 -de donde procede el material de vídeo, gracias a Audiovisuales UCA- la canté de nuevo, esa vez en un escenario más amplio. Ahora, aprovechando los recursos tecnológicos disponibles, he podido hacer este videoclip, utilizando además fotografías alusivas al tema. Espero que sea bien recibido.


Poderosos argumentos

© Letra: Rafael Francisco Góchez
© Música: RFG & Juan Carlos Carranza

Aunque su voz reposa tranquila
Y su memoria duerme callada
Aunque sus ojos cierra la noche
Con su respiración congelada

Lanza en medio del silencio
Poderosos argumentos
Como cuando el sol derrota a la noche

Aunque sus manos se han divorciado
De los papeles y las palabras
Aunque las balas han retirado
De su cerebro las nobles alas

Lanza en medio del silencio
Poderosos argumentos
Como cuando el sol derrota a la noche

Vivirá
en cada grito que rompa el miedo
vivirá
en cada paso contra la muerte
vivirá
en el esfuerzo del hombre justo
cuando la vida no llore mucho
cuando suene la palabra “libertad”