El diccionario de la Real Academia Española de la lengua registra cuatro acepciones del término "guanaco": la primera se refiere a un "mamífero rumiante de unos trece decímetros de altura (...) animal salvaje que habita en los Andes meridionales". Como de estos seres se dice que no son muy inteligentes, la segunda definición aplica como adjetivo para una "persona tonta, simple", mientras que la tercera es sinónimo de "aldeano". Finalmente, en el cuarto apartado, se reconoce la palabra como gentilicio aplicado a las personas originarias de la República de El Salvador.
Bien es cierto que el proceder cotidiano de no pocos connacionales justificaría la relación de significados entre una y otra acepción, pero no estoy tan convencido de que ese sea el origen semántico de este modo coloquial de identificarnos. Por eso, a falta de una mejor explicación, o de que algún académico serio nos saque de la duda, lanzo la siguiente hipótesis.
La isla de las Antillas en donde Cristóbal Colón desembarcó el 12 de Octubre de 1492 fue bautizada por él como "San Salvador", mismo nombre con el que fue fundada en 1525 la ciudad que posteriormente sería la capital de este país centroamericano. Dicha isla era conocida por los aborígenes como "Guananí" o "Guanahani", de donde surge la posibilidad que en algún momento se haya relacionado una cosa con la otra, creándose la palabra derivada en cuestión, a partir del lexema "guana-".
El letrado Joaquín Meza nos deja ver parte de su estudio sobre el término "guanaco", gentilicio de los salvadoreños. ►http://t.co/zSveEVzISA
— Rafael Fco. Góchez (@rfgochez) febrero 18, 2015
2 comentarios:
Considérate ese académico, por la hipótesis plausible que ofreces.
Sí, sí, ¿por qué? Acá, cuando leíamos el conocido poema de Roque, nos preguntábamos lo mismo.
Te acoto, aparte del significado formal, acá "guanaco" es el nombre de uno de los modelos de carros lanzaaguas que se ocupan contra los manifestantes... por eso de que escupen, asumo.
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