lunes, 2 de noviembre de 2009
No por esa vía, mi gente.
Alguien que en su tiempo fue mi respetado maestro nos aconsejaba que cuando no se tiene algo bueno que decir sobre una persona o pieza artística es mejor quedarse callado. Pero pasa, primero, que no estoy tan convencido de la justeza de tal filosofía y, segundo, que detesto caer en el eufemismo de alabar “el esfuerzo” y “la intención” como virtudes allí donde los yerros abundan. Dos cortometrajes de ficción surgidos de un taller “profesional” de cine y televisión de una escuela de comunicaciones local han dejado en mí la certeza de que, por ese camino, mejor abstengámonos. De entrada, la pantalla “estirada” y deformada en sus proporciones, pasando por los pixeles visibles y la palidez mortecina de toda la proyección (aún en escenas soleadas), desembocando en guiones mal elaborados (entre lo que no se entiende y lo que mejor sería no entender), con parlamentos pésimos (aparte de mal redactados, con el “mix” inconsciente del tuteo y el voseo y los repentinos cambios de humor y tono que ni en las peores películas mexicanas), echando muy en falta la estética fotográfica, así como una buena música de ambientación (en algún caso, inexistente) y actuaciones de buenos actores y actrices mal dirigidos... ¡o sea! Quisiera creer que los otros cortos que no he visto han de estar mejor, aunque mucho me temo que todos están cortados con la misma tijera. Lamento no apuntarme al apoyo de "lo nuestro” sólo porque es nuestro (aunque sea “chafa”). Por eso y con algo de pena... “aim sorry, may friends”.
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3 comentarios:
Unas acotaciones, creo, justas: el taller no pertenece a la Escuela de Comunicaciones aludida; se trata de una especie de unión, según entiendo.
Las proyecciones en la sala fueron defectuosas en un primer momento, es cierto. Problemas de cañón y varias razones extra.
Si lo que viste fue "La odisea de Ricky Montes" (o algo así) te doy toda la razón sobre el prejuicio en potencia. Por fortuna otros cortos están bastante bien, y créeme que también abomino de justificar "lo nuestro" solo por el accidente de serlo.
Para puntualizar más, "La cofradía de los inundados" (o algo así) fácilmente podría haber acabado con la carrera actoral de los buenos amigos que allí aparecen. "Parapsi" está más aceptable como intento, salvo que carece de música (descriptiva, de ambientación o de cualquier tipo), le falta continuidad lógica en los diálogos y perpetúa la mala conjugación del "tú" y el "vos". De la función temprana, descartando la obra por vos mencionada, ¿habrá algo rescatable?
Hay que probar con los documentales. Intuyo que son de lo mejor. Reparo: ¿has pensado que «Parapsi» carece de música por una deliberación? Podría ser. Ahora: ¿en verdad la necesita? Creo que el corto funciona.
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