Si no fuera por las elaboradas escenas de violencia al crudo estilo Tarantino, uno diría que "Inglorious basterds" (2009) es una especie de comedia; retorcida y oscura, sí, pero con un malsano espíritu carnavalesco que la vuelve interesante de ver. Habiendo superado varios de los muchos clichés con que la cinematografía norteamericana enfoca el tema, y con el añadido de ver cumplido (al menos cinematográficamente) uno de los objetivos de aquella enorme matanza, hay en ella las actuaciones memorables de los protagonistas, ambos tipos sin entrañas: la teatralidad y refinamiento de Cristoph Waltz como el coronel Landa y, claro está, el inusual personaje "western" que hace Brad Pitt (comiquísimo especialmente cuando habla italiano). Eso sí: no sé si preocuparme demasiado por la fundada creencia de que se requiere de una visión de mundo demasiado escéptica, irreverente y descreída para disfrutar de esta película como se debe.
martes, 22 de diciembre de 2009
Singularmente retorcida.
Si no fuera por las elaboradas escenas de violencia al crudo estilo Tarantino, uno diría que "Inglorious basterds" (2009) es una especie de comedia; retorcida y oscura, sí, pero con un malsano espíritu carnavalesco que la vuelve interesante de ver. Habiendo superado varios de los muchos clichés con que la cinematografía norteamericana enfoca el tema, y con el añadido de ver cumplido (al menos cinematográficamente) uno de los objetivos de aquella enorme matanza, hay en ella las actuaciones memorables de los protagonistas, ambos tipos sin entrañas: la teatralidad y refinamiento de Cristoph Waltz como el coronel Landa y, claro está, el inusual personaje "western" que hace Brad Pitt (comiquísimo especialmente cuando habla italiano). Eso sí: no sé si preocuparme demasiado por la fundada creencia de que se requiere de una visión de mundo demasiado escéptica, irreverente y descreída para disfrutar de esta película como se debe.
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