CONSIDERANDO:
a) Que ya va más de una década desde que varios atletas fueron nacionalizados por decreto legislativo, para que pudieran jugar bajo la bandera de nuestro país, siendo los casos más conocidos los de futbolistas a quienes, como era previsible, una vez pasada la exigua cantidad de partidos oficiales pertinentes ya no se les vio ni el cacho por estos lares olvidados del Señor.
b) Que esa es la peor manera de malbaratar nuestra ya de por sí devaluada nacionalidad, pues tal vejación fue cometida por los mismísimos diputados/as en su calidad de autoridades legalmente constituidas.
SOLICITO a cualesquiera abogados/as de la república, especialmente a aquellos conocidos/as compañeros o exalumnos (Efraín, Tahnya, Misael, Tatiana, etc.), que presenten un recurso de inconstitucionalidad contra el o los decretos que dieron la nacionalidad a tales personas amparándose en el artículo 92 de nuestra Constitución Política, que en su numeral 3 establece que pueden ser salvadoreños por naturalización "los que por servicios notables prestados a la República obtengan esa calidad del Órgano Legislativo", siendo evidente que en el momento en que se les concedió tal condición aún no habían prestado ningún servicio a la patria, además de ser sumamente discutible que pueda considerarse un "servicio notable" al país el ocupar una plaza que normalmente le correspondería a un connacional de nacimiento, tortilla y frijol, con lo cual éste y no el otro hubiera ido por lo menos de viaje a conocer otros países y culturas.
Ya después, si el implicado o implicada siempre quiere ser salvadoreño, pues que lo haga conforme a los procedimientos que establece la ley, a partir de los años de residencia que tenga en el país.
Para mayor amplitud y argumentación, anexo los enlaces para las entradas anteriores relacionadas con el tema: "Mercenarios del deporte" y "De medallas y orgullos".
domingo, 18 de julio de 2010
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