El padre Brown es una creación literaria del escritor británico Gilbert Keith Chesterton (1874-1936). Este personaje de apariencia inofensiva y hasta un tanto insignificante, tiene la rara habilidad de elaborar hipótesis y encadenar supuestos de tan buena manera que concuerdan con hechos aparentemente inexplicables, de carácter criminal. Es, pues, un detective genial a quien, no obstante, no le quita la tranquilidad de su sueño el poner a los maleantes tras las rejas tanto como esperar de ellos la contricción, el arrepentimiento y la confesión voluntarias (y como prueba exhibe a su mejor discípulo, Flambeau). Agudo conocedor de la naturaleza humana, este pequeño sacerdote católico en tierras protestantes logra comprender las oscuras motivaciones del delito, aun a partir de los estereotipos. Sus relatos nos regalan, como añadido a la trama del misterio a resolver, varias frases ingeniosas, como esta tomada no tan al azar, que me pareció especialmente simpática:
- A la gente le gusta la risa frecuente -respondió el padre Brown-, pero no creo que le guste una sonrisa permanente. La alegría sin humor es un fastidio.
lunes, 4 de enero de 2010
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