miércoles, 23 de julio de 2008

Litigio forestal

Todo accidente tiene una explicación más o menos lógica y una parte medianamente absurda: he ahí su paradoja esencial. Entre una y otra, uno de los dos conductores autorizados, vigentes y debidamente licenciados que hay en mi casa (que no es quien aquí escribe) rompió el vidrio trasero del vehículo en el que, de retroceso, procedía a estacionarse en el parqueo de un conocido centro comercial.

Cuenta que desde todos los retrovisores y aun torciendo la nuca se veía un potente y erguido tronco vegetal, pero desde el particular ángulo en que se encontraba el susodicho no era evidente la inclinación progresiva que el vivo trozo de madera tenía hacia el vehículo en lento pero constante movimiento: de ahí el resultado (¡crash!).

Como la compañía aseguradora cubre daños propios, los añicos a que fue reducido el mencionado cristal no se transformarán en un severo golpe monetario al bolsillo de este escribiente, aunque sí en un toque de atención hacia el responsable (¡hay que mirar bien el entorno antes de tales maniobras!); sin embargo, en el transcurso del papeleo correspondiente no he descartado del todo dos señalamientos imperativos y complementarios:

a) por haber suprimido de los programas de estudio la materia de Estética, donde se estudiaba el efecto de escorzo, la perspectiva y la contracción proyectiva en pintores de finales de la Edad Media y el Pre-renacimiento... ¡reclamar airadamente a quienes diseñaron el actual currículo educativo nacional!

b) por crecer en un sitio tan impertinente, rodeado de miles de metros cuadrados de asfalto, y aún así expandir sus pesadas ramas con inclinaciones invisibles a los ojos de un conductor en reversa: ¡demandar al árbol!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Para la filosofía y la ciencia está muy claro: El accidente nace con el invento. Entre más grande es el invento, mayor será el accidente.

Esta es la discusión actual de la tecnociencia. Por ejemplo, respecto al arsenal nuclear. Hay suficientes ojivas para destruir el planeta en tan sólo unos minutos. Y lo peor es que no se pueden desactivar de un día para otro, pues el combustible atómico tarda 25 mil años en descomponerse.

Cuando al automóvil le han puesto una capacidad de 200 km por hora, ya está escrito el tipo de accidente. ¿Para que 200 km cuando las autopistas -y la ley- permiten máximo 120 km?

El primer gran accidente de la historia fue el Big-Bang.

Bueno está tarde estalló la bombilla eléctrica de la lámpara de mi escritorio. La explicacion, es obvia.

saludos.

Anónimo dijo...

Ja!
Oportunos accidentes, necesarios sin duda para aprender de ¡todo!

¿Hubiera sido posible un accidente hoy en la misa con nuestra canción?

Anónimo dijo...

pobre Amigo, no habr�a yo querido estar en sus zapatos, probablemente lo m�s grave es lo que usted no menciona: Su rega�ada. MB

Anónimo dijo...

En mi caso demandaré al freno que no funcionó en el momento oportuno...O talvez a mi cabeza por no haber girado a ambos lados...En fin, qué se le va a hacer :S