sábado, 28 de agosto de 2010
Prejuicio confirmado
domingo, 22 de agosto de 2010
Sentirse artista
Cada cierto tiempo, en intervalos absolutamente irregulares, me siento artista, sin otra pretensión más que hacer algo que guste, tanto en forma como en contenido, y recibir un legítimo reconocimiento, usualmente de carácter afectivo (pues de lo monetario... forget about it). Anoche fue una de esas ocasiones, en mi papel de compositor y músico acompañando a Sarita Cáceres, que fue invitada especial en el concierto de la Orquesta "Simiente", del maestro Nelson Huezo, en el Teatro Presidente.
Hicimos tres canciones: "Supernova" y "El amor viví", sólo con guitarra y voz, y "Con las rosas de mi suerte", acompañados por todo el grupo. Detallitos aparte (de esos de los cuales casi siempre sólo se da cuenta quien tiene en su mente la pieza ideal), el público se mostró complacido y llovieron felicitaciones sinceras.
Como aún no tengo el vídeo, he de creer en la aprobación recibida, ya que adentro del escenario hubo un problema técnico de monitores y nada más percibíamos el rebote del sonido, con medio segundo de retraso. Incluso así, me pareció que las piezas unplugged estuvieron a la altura de las circunstancias y la canción de las rosas sobrevivió a la condición acústica ya mencionada y a la dificultad de que únicamente hubo dos sesiones parciales de trabajo y un solo ensayo con el grupo completo.
Sarita, por su parte, confirmó la vocación artística que propició este acontecimiento y se vio muy bien en un escenario grande frente a medio millar de personas. El arquitecto escénico a cargo de la producción le dijo: "¡Felicidades, has crecido mucho!" Y es muy cierto.
Con permisito, doña Virginia.
sábado, 21 de agosto de 2010
Compensación o azar
El policía estrictamente hablando, cumplió con su deber, sospecho que porque yo no entré en la discusión de si era justa o no la esquela. Pienso que, de haberlo hecho, habría terminado todo en un micro-soborno (o "mordida") por aquello de "hey, hombre, no sea tan hecho leña, mire que ando buscando una dirección y no conozco la zona, además venía despacio y con las luces intermitentes puestas; y por último, es un pasajito donde no se puede ir a más de cinco kilómetros por hora". Tampoco iba a ponerme a filosofar sobre la diferencia entre lo legal y lo justo.
Pero como para todo hay que hallar algún asidero moral, vital y exisencial, vengo yo y me acuerdo en ese instante de la creencia enunciada al principio, o sea, ¿qué cuenta me está pasando la mera life por la suma de otros dos acontecimientos recientes? Helos aquí: primero, el pago que finalmente no se me cobró por un servicio previamente convenido (de noble carácter artístico, no sean malpensados/as); y el segundo, una pequeña reparación vehicular sin honorarios, tipo entre cherada, que en cualquier otro taller me habría significado algunos billetitos.
Ponderando la una y las otras cosas, vengo yo de optimista, echo cuentas... ¡y resulta que hasta salí ganando!
La mera "alienation"
martes, 17 de agosto de 2010
De cultos incautos
domingo, 15 de agosto de 2010
"Los protestantes" en la realidad
Luego de varias semanas de arduo, tenso y copioso trabajo, este grupo de jóvenes presentó la obra "Los protestantes", breve pieza teatral de mi autoría, bajo la esforzada dirección de Rosa Salguero. Yo en lo personal (¿o qué hay otro modo, pues?), les doy las gracias por haberle puesto vida a los parlamentos imaginados. Y sin que lo siguiente derive en un culto a la síntesis -considerando además que uno, en cuanto escritor-espectador, tiene difícil emitir un juicio crítico que pase por objetivo- ateniéndose a los comentarios comúnmente expresados (más en la segunda que en la primera función), se puede fundamentar la opinión de que los diecisiete personajes en escena, más los treinta y cinco minutos de duración... ¡estuvieron muy bien!
jueves, 12 de agosto de 2010
Lo que sí y lo que no acepto
Traigo a cuenta este asunto a propósito de la publicación de "Con las rosas de mi suerte", balada que canta Sarita Cáceres. No creo pecar de inmodesto si digo que casi todos los comentarios han sido favorables, tanto por la voz de la cantante como por la letra, música y arreglos. Del videoclip “económico” (en el buen sentido del término) lo mejor que se puede esperar es que pase desapercibido, es decir, que no desmerezca la calidad del audio.
Como productor del audiovisual, puedo aceptar yerros de iluminación, maquillaje, resolución de pantalla, alguna sombra inoportuna y hasta algún detalle de sincronización, todo lo cual no obsta para que el resultado esté objetivamente decente. En cuanto a la música, convengo en que la orquesta suena poco espontánea en algunas partes, ya que salvo las guitarras el resto son instrumentos MIDI que, por muy avanzados que sean, no pierden su carácter electrónico. Incluso, aun sin ser especialista en danza contemporánea, podría debatir sobre algún movimiento de la expresión corporal. De la novel cantante, convengo en que su presencia ante cámara todavía debe ganar más seguridad, aunque asumo plena responsabilidad de diseño en cuanto a que ella no mire directamente al lente.
Lo que no voy a aceptar son críticas contra la naturaleza misma de la obra, pues en esto no hay concesión posible. En este sentido, defiendo con filial ferocidad el carácter metafórico del poema y el reto que supone interpretarlo, blindo el tono suave-nostálgico del arreglo orquestal y me pongo capa y espada en pro de la inclusión de la danza contemporánea en el vídeo.
Para que nos entendamos: la obra es así y no de otro modo. Así fue sentida y así fue pensada. Así es su naturaleza... ¡y es en cuanto tal que se abraza o se rechaza!
viernes, 6 de agosto de 2010
Home made videoclip
Este momento, tras un par de noches de todo trabajo y cero sueño, el término que menos-menos quiero oír es "editar vídeo"; tampoco hablar de códecs, compatibilidades ni sincronizaciones. No obstante, nada se compara a la placentera sensación de la obra terminada. Eso sí: la viñeta de "hecho en casa" es nada más para ubicar este videoclip en su contexto; o sea... ¡no es zafada!
lunes, 2 de agosto de 2010
Nolan rules!
"El origen" ("Inception", 2010) viene a ser audiovisualmente tan buena como "Matrix" (la primera, la que sirve), pero con un plus: el manejo de varias realidades virtuales oníricas en cascada y, sobre todo, la instalación o propagación de la duda cartesiana, esa que en ciertos momentos puntuales de nuestras vidas nos cuestiona si lo que percibimos por los sentidos será o no será real, uno de los temas recurrentes de Christopher Nolan ("Memento", "The prestige"), desarrollado en esta ocasión hasta sus consecuencias más profundas. Considerando otros antecedentes argumentales además de la ya mencionada "Matrix" ("Existenz", "The thirteenth floor", "The cell", "Dark city" y "The Truman show", entre otras), uno se pregunta: ¿habrá algo más que se pueda hacer o decir con respecto al tema?