“Así en el Cielo como en la Tierra” es una película de 1995, escrita y dirigida por el español José Luis Cuerda (cuya película más celebrada es “La lengua de las mariposas”, de 1999). La vi por primera vez hace muchos años en una extraña transmisión de señal abierta del Gran Canal Latino y, tras varios intentos infructuosos por comprarla legalmente, me la encontré hace poco en los torrents.
Trátase de una comedia religiosa desenfadada, hecha sin resentimiento y hasta con un par de palmaditas. Maneja un humor que oscila entre la parodia y la farsa, sin dejar por fuera varios chascarrillos intelectuales. El Cielo es una réplica de la España rural, construido sobre la base de la interpretación literal de la Biblia y las creencias católicas tradicionales, lo que explica su título; sin embargo, todo esto se contrapone con una Tierra en donde aquéllas son cosas desactualizadas a las que nadie hace caso. De allí se derivan una serie de situaciones hilarantes y absurdas, tanto por la falta de correspondencia entre los mitos tradicionales en su concepción simplista con las realidades del presente, como por el fracaso estrepitoso de los planes de Dios Padre, que ha planeado ejecutar un Apocalipsis, digamos, de bajo presupuesto.
El gusto está no tanto en lo visual como en lo conceptual. El ritmo tiende a la tranquilidad y morosidad característica del cine europeo; no obstante, dentro de todo ello hay escenas memorables, como cuando uno de los hombres que va al Juicio Final se encara con Dios y le dice:
- Me llamo Norberto y he venido obligado. Soy ateo.
Y también cuando Dios Padre se pone a leer libros de autores ateos, como Nietzsche y Sartre, y ante la prevención que le hace su hijo, no fuera a ser y él mismo se vuelva ateo, dice: “¡Si no fuera una idea tan retorcida, me lo pensaría, fíjate!”
Mire que tiene su gracia.