Peor que los flujos de alcohol y cerveza quizá sea lo que se habla alrededor de ellos, algo así como el feedback permanente de nuestra cultura del subdesarrollo, todo en una particular mezcla de machismo y homofobia, que redunda en misoginia. Que los “chupaderos” sean establecimientos legítimos y prósperos, bien cabe. Que, cuando el tema es el fútbol, cambie un poco el tono de la conversación, es posible. Pero que de ahí el macho salga ideológicamente bien apertrechado, sea el ciudadano común o los de la cantina intelectual, ni dudarlo.No hay impertinencia más grande que un sobrio en una mesa de borrachos.
“Gotas muertas”, RFG.
lunes, 4 de diciembre de 2006
Chupando cultura
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