De los certámenes literarios salvadoreños, seguramente los Juegos Florales de Zacatecoluca son los de mayor constancia y tradición, en buena parte gracias a la dedicación del profesor Roberto Monterrosa, quien los mantuvo activos desde 1977 incluso en las épocas más difíciles, ya fuera por el contexto sociopolítico o por el exiguo apoyo institucional.
Obtener un galardón allí hace bien al palmarés literario, por eso decidí participar en 1996, con el cuento "Fuego de difuntos". El diploma obtenido, totalmente hecho a mano, es colorido y simpático. La caligrafía y todo lo demás está un poco inclinado hacia la derecha, pero es artesanal y lo que cuenta es su valor simbólico.
Del cuento galardonado no tengo noticia de que haya sido publicado en físico, pero está en el libro electrónico "Recuento. Si me apuran y me piden mi "top 10" cuentístico, lo pongo sin duda.
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