jueves, 23 de noviembre de 2006

Chubasco

Hasta 1985 no supe yo que tenía un vecino "músico, poeta y loco", cuya personalidad no me permite el empleo de otro trío de calificativos más que los de esta frase cajonera.

No recuerdo de qué manera llegamos a saber el uno del otro, pero a las pocas horas del primer encuentro ya estaba yo en su casa escuchando a Serrat, el inicio de la colección completa. Su nombre era, es y seguirá siendo Milton Javier Hernández, por aquel entonces, estudiante de Letras en la UCA y autor del proyecto musical más peculiar en que haya yo participado.

Milton comenzó explicándomelo con una cita de Brecht, algo así como "todo sucede sólo una vez y sólo una vez así deberá suceder". El porqué de "Chubasco" se explicaba por su misma definición: "nubarrón oscuro y cargado de humedad que se presenta en el horizonte repentinamente, y que, empujado por un viento fuerte, puede resolverse en agua o viento". Eso debíamos ser exactamente: repentinos, intensos, fugaces.

Integrantes: Milton (voz, guitarra), Claudia (¿Valle...?, lo he olvidado, pero su voz de soprano contrastaba con sus estudios de Derecho), yo mismo (guitarras, coros y arreglos), Antonieta Pinto (estudiante de Psicología, una gravísima voz de fumadora compulsiva) y Jorge Valle (bajo, guitarra y percusiones; estudiante de ingeniería antes de sufrir un colapso mental por la misma causa que el famoso pianista del filme "Shine", David Helfgott: obsesión musical).

"Chubasco" aconteció por única vez aquel año en el Auditorium de la UCA. Los trajes eran grises como nubarrones y nuestras caras se transformaron en lienzos donde dos amigos pintores, vecinos también, pusieron breves óleos (acuarelas o témperas, ¿qué más da?). Nunca supe exactamente de qué tipo de evento se trató, cómo se nos presentó ante los asistentes, qué esperaba aquel público enfervorizado. Únicamente conservo el recuerdo de la apoteosis.

Del repertorio, tengo memoria de "Días y flores" (Silvio Rodríguez), "El niño yuntero" (Miguel Hernández, música de Serrat), "Tiempo sin tiempo" (poema de Benedetti, musicalizado por el propio milton Milton), "Años" (Pablo Milanés) y para terminar... ¡"The great gig in the sky" (Pink Floyd)!

Aquel momento se pensó desde un principio como algo único e irrepetible... y así fue. Más de veinte años después, nos hemos perdido la pista unos a otros. Muy rara vez veo a Milton y su familia, imagino que Claudia ejerce en el entramado judicial, Antonieta supongo que emigró (¿a México?) y de Jorge oí que finalmente sanó, con las debidas precauciones.

Quizá si nos reencontrásemos, podríamos debatir sobre cosas pasadas y verdaderas, o sobre algo más profundo: ¿en qué nos resolvimos: en agua, en viento...?

2 comentarios:

Alexander Cabrera dijo...

La RAE define "Churrasco" como una carne asada o a la parrilla. Lo más curioso es que la categoriza como una voz onomatopéyica: el sonido de la carne desnuda tocando abruptamente el metal al rojo vivo. La carne habrían sido ustedes, el metal sus instrumentos, etc.
Mire, está bonito el recuerdo, pero lo habría tomado más en serio si no se hubieran pintado la cara.

Óscar Perdomo León dijo...

Me han gustado sus recuerdos sobre música y trova. Me ha traído a mí a la memoria los días en que yo tocaba el contrabajo en el grupo ZUNCA: http://lacasadeoscarperdomoleon.blogspot.com/2009/08/zunca-una-busqueda-de-la-raiz.html

Nota: He estado escuchando "Oración" y "No hemos olvidado". Felicitaciones.